Hemos tenido la enorme suerte de hablar con María Pérez Sánz y Cristina Rosenvinge gracias al Festival de Cine de Sevilla de su cinta ‘Karen’. La directora extremeña y la intérprete, se han atrevido a contar la historia de Karen Blixen, esa figura a la que todos conocemos por ser la autora de Memorias de África. Hoy os traemos como ha sido el rodaje de esta cinta que nos transporta al corazón de Kenia para su directora, María Pérez Sánz. No dejes de leer.
Marta: Buenos días, María. Muchas gracias por atendernos.
María: Muchas gracias a vosotros por interesaros.
Marta: Hoy hablaremos contigo primero y luego con Christina de ‘Karen’ que es tu último largometraje, y tengo que decir que verla ha sido como viajar a otra época, un verdadero placer, es preciosa. Enhorabuena.
María: Muchísimas gracias.
Marta: Supongo que podemos empezar por el principio, ¿Cómo describirías tu ‘Karen’?
María: Para mi es un retrato doméstico, el retrato domestico de la vida africana de Karen. A mi me encantan los espacios interiores, las casas, lo que ocurre en el despertar, en el desayuno… Me parece que esas pequeñas cosas, esas conversaciones aparentemente intrascendentes son las que mas marcan nuestra vida. Entonces, bueno, yo quería hacer algo totalmente opuesto a lo que ya había hecho Sydney Pollack en su película, una película que ya todo el público conocía y que no tenía sentido repetir, yo quería centrarme mucho en ese espacio doméstico y en concreto la relación de Karen con su criado, Farah. Para mi el personaje más interesante y especial de todos sus escritos sobre África, en ‘Memorias de África’, ‘Sombras en la hierba’… y bueno, esa era mi idea, lo que me impulsaba.
Marta: Y, ¿Ha sido un encuentro casual o te atraía ya la figura de Karen Blixen?
María: Ha sido más bien casual, pero yo prefiero llamarlo destino, porque creo bastante en él tal y como le ocurre a Karen. Yo estaba buscando una idea para rodar en el paisaje extremeño, una historia de colonos en África tenía digamos esa fantasía. Enseguida apareció la figura de Karen Blixen y fue ahí cuando empecé a bucear mucho más en ella, en todo lo que había escrito y de alguna manera ella ya se va apoderando de la película y lo que empieza como una hazaña un poco loca de adaptar ‘Memorias de África’ en Extremadura se convierte en otra cosa muy diferente.
Marta: Claro, hablando un poco de esos aspectos técnicos, aunque luego volvamos a la historia. ¿Cómo se recrea África en Extremadura?
María: Pues no hice mucho, la verdad es que esta tampoco es una película de alto presupuesto. No tenía digamos, demasiadas opciones de modificar el paisaje. Yo tenía ya ese presentimiento y esa intuición de que el paisaje extremeño en verano cuando está amarillo con las aves que emigran a África y que pasan por Extremadura, sus atardeceres me llevaban a mi idea de África, porque luego viajé a África más tarde, no había conocido aún nada. En cuanto coloqué a Christina allí con su rifle y a Farah con su túnica y turbante, de repente, funcionó. Y ya te digo, yo no hice nada por editar Extremadura, por evitar la realidad. Yo dejé que todo lo que estaba allí se mostrara en la película, porque no dejaba de ser una ficción y no importaba que no estuviéramos allí en las verdaderas colinas de África.
Marta: ¿Y qué tal ha sido intentar recrear un espacio colonialista? Porque supongo habréis utilizado alguna villa o edificación similar en la zona.
María: Es verdad que en Extremadura era muy difícil encontrar una casa digamos con arquitectura colonial, porque no se da, pero si que es verdad que el mundo de la burguesía y de la aristocracia en Extremadura como en muchas otras regiones de España tiene mucho que ver con el universo colonial incluso digamos en lo decorativo y el mobiliario. El atrezzo, los muebles está casi todo sacado de fincas de amigos, de conocidos, de vecinos, de mi familia. Y existen muchas conexiones con el mobiliario de la casa de Karen. Al final, es un mundo también feudalista, de señores y criados, de amos y siervos y todo eso está conectado a la historia de Karen y que realmente es algo universal.
Marta: Claro, Karen Blixen fue una mujer de su época, criada entre paños, paños imperialistas y sufragistas, una mezcla bastante particular.
María: Sí, tuvo alguna tía feminista que estuvo en el parlamento danés. Tenía una familia, sobre todo materna, bastante liberal para la época, por lo que contaba con algunas influencias interesantes que hicieron que fuera una mujer bastante adelantada a su época, bastante atípica en su fortaleza y en sus decisiones.
Marta: Se atreve con una plantación de café, pero a mi sobre todo lo que me cautiva de la cinta es eso que tu ya comentabas que a ti también te fascina que es la relación que tiene con Farah, que no deja de ser su criado. Ahí vemos ese imperialismo fuerte, ¿no?
María: Sí, es una relación marcada por una situación de poder de ella, pero digamos que el también tiene ciertas rindas porque es su conexión con el mundo africano con todos los que trabajan para ella, con el servicio de la casa, es su conexión digamos, con el país. Es a través de él que ella establece sus relaciones, entonces está en sus manos. El uno está en las manos del otro de alguna manera y luego está también esta idea tan fuerte de destino que hay entre los dos y que les une, digamos, que aunque no estén destinados fuertemente a encontrarse al final lo hacen.
Marta: Además, hay un momento en que en esa visión que tenemos de la vida doméstica, nos inmiscuimos en la enfermedad de Karen y vemos que es Farah quien se hace cargo de ella, vemos esa parte del cuidado, no solo de la relación de el como un trabajador o de su vínculo con el exterior, sino también de esa vida más íntima, más personal.
María: Sí, desde luego yo creo que fue Farah la persona que, al menos en sus años en África, porque evidentemente Farah se quedó allí y Karen se marchó, pero la persona que más acceso tuvo a su intimidad, compartir su dolor es algo fuerte y por eso me importaba que eso estuviera en la película. Farah era la persona que estaba al lado de su cama. Ni amante, ni su marido, ni nigún europeo el que estaba allí.
Marta: Los diálogos son muy medidos, pausados, pero son más que suficientes. Ha tenido que ser complejo mezclar la película en este aspecto.
María: Si, la mayoría de los diálogos vienen inspirados por los escritos de ella, sobre todo por las cartas que escribía desde África a sus familiares y amigos, más que por la novela que tenía esa parte idealizante y ética que me interesaba menos, así que digamos que mucho trabajo para construir esos diálogos a partir de lecturas y sobre todo mucho trabajo de concreción y de dejar cosas fuera. De ver que era lo verdaderamente importante y hacer que la película fuera muy pequeña, muy delicada, muy sencilla y que solo estuviese lo esencial.
Marta: ¿Cómo llegas a trabajar con Christina? ¿Qué nos puedes contar de esta parte de la película? Porque ella es vital en la recreación de Karen.
María: Para mi ella es lo más especial de la película. Realmente estoy muy contenta de que haya hecho esta película conmigo. Yo creo en el destino un poco también como hiciera Karen, y Christina tiene ascendencia danesa, sabe lo que es vivir en una familia danesa, sabe lo que se siente, como funciona la moral de ese país y luego su universo personal, artístico musical también tenía para mi conexiones con el de Isak Dinesen. Realmente fue una intuición fuerte. Primero le plantee que hiciera la música, pero yo ya sabía que quería que fuese Karen y en cuanto conseguí ganar un poco de confianza con ella y pude explicarle lo que quería hacer, le planteé que hiciera ella el papel, y luego hemos descubierto pues muchas conexiones. Por ejemplo, el abuelo de Christina fue amigo del hermano de Karen Blixen. Había un montón de coincidencias, casualidades que nos hacían pensar a las dos que había un destino para hacer esta película juntas.
Marta: La verdad es que la película en ese aspecto ha quedado maravillosa, la música es preciosa acompaña verdaderamente. En la parte del principio cuando aparece el paisaje y comienza a sonar la música te transporta totalmente, de ahí que choque tanto que sea Extremadura, porque quizá como que tu te ves muy lejos y estás ahí a la vuelta de la esquina. ¿Hay alguna anécdota del rodaje que puedas compartir?
María: Hay muchas, fue un rodaje bastante loco, rodamos en solo 10 días en 16mm y sin monitor, un poco a la antigua usanza. Yo elegía el plano con el director de fotografía, Ion De Sosa, y luego el rodaba y yo me ponía muy cerquita de la cámara, mirando a los actores y así dábamos las tomas por buenas. Había algo muy puro que nos exigía mucha concentración y creo que fue bueno para la película. La otra cosa a destacar era que vivíamos en el campo, haciendo una peli underground de bajo presupuesto, pero vivíamos como aristócratas, en una finca maravillosa, pasándonoslo de maravilla y Christina Rosenvinge nunca la he visto tan feliz, era la felicidad en persona y eso digamos que tiró de todo el carro. De repente, el momento en que Christina se plantó delante de la cámara, se acabaron las tonterías y nos pusimos todos enserio porque sabíamos que había algo ahí muy especial pasando.
Marta: ¿Qué sensación crees que está dejando la película? Ahora mismo estáis en el Festival de Sevilla, ¿Qué piensas al respecto?
María: La película todavía la ha visto muy poca gente. Soy muy celosa y no la suelo enseñar. De momento solo la habéis visto la prensa. Esta tarde es el primer pase en el que va a estar público, entonces, bueno, lo poco que me llega la verdad que son palabras muy interesantes, porque la película en el tiempo que estamos ahora, por los temas que trata y también por lo que estamos viviendo se ve de una manera muy especial, algo que no tiene que ver conmigo, sino que en la vida ocurren. Así que las sensaciones son buenas, pero como te digo de momento solo la prensa pero estoy deseando que la vea el público y compartir impresiones.
Marta: Como comentabas están siendo tiempos verdaderamente complicados cinematográficamente hablando. Los cines lo están pasando verdaderamente mal. ¿Tenéis alguna proyección temporal?, ¿Sabéis cuando podrá verse en cartelera?
María: Nuestra idea es que se estrene en salas en la primavera de 2021. Vamos a ver si para entonces la cosa ha escampado un poco. Ahora la idea es que siga un poco rodando en festivales y esperar para el estreno en primavera. Espero que así sea y que la suerte nos acompañe.
Marta: Estoy segura que sí porque la película llega y sobre todo más que llegar se queda contigo. Es una de esas películas que, al menos para mi, que cuando la estás viendo la estás disfrutando pero que cuando la recuerdas siempre hay detalles que vuelven.
María: Qué bonito lo que me dices. Me alegra un montón.
Marta: Muchísima suerte con el evento estos días, hoy esta tarde en Sevilla, y bueno, espero que podamos hablar pronto y que sea todo un éxito en primavera. Muchas gracias
María: Muchas gracias, me ha encantado lo que me has dicho de la película. Ha sido un placer charlar contigo.
Marta: Un placer igualmente.
María: Muchas gracias, un abrazo.
Entrevista grabada el 8 de noviembre de 2020