Top 10 inicios de películas

10 inicios - 2001

¿Nunca os habéis preguntado qué tiene esa película que tanto os gusta, o que tanto detestáis? Banda sonora, director y reparto, producción, guión, efectos especiales, pechos y escenas de cama, crímenes, romances bien contados o caídas y porrazos tan absurdos que han acabado por sacaros una sonrisa. «De todo un poco», diréis. Pero yo os digo que uno de los factores más importantes para generar la conexión entre pantalla y espectador es el inicio de la película. Películas que empiezan con potencia, pero que se desinflan conforme avanza la trama, que aburren a su comienzo pero acaban con miles de explosiones, o con un apasionado beso que salva el mundo. El inicio de la película es, sin duda, clave para engancharnos hasta el final. Por ello, os quiero presentar mi top 10 de comienzos de cine, teniendo encuenta que me dejo bastantes sin mencionar. El orden seguido no es estricto, aunque he intentado ordenarlos en relación a su calidad conforme avanza la lista.

 

'Misión Imposible' ('Mission: Impossible', Brian de Palma, 1996)

El final de la guerra fría eliminó el concepto clásico de espía, surgido a raíz de la colisión de los dos bloques beligerantes. Pero ha ido virando hacia un enemigo transnacional, como son los terroristas, o hacia un enemigo invisible e impredecible, causante de la mayoría de las desgracias de las agencias de inteligencia: sus propios empleados. Brian de Palma ('Carrie', 'El precio del poder'), tras haberse bebido hasta la última gota del suspense de Hitchcock, nos plantea dos impactantes comienzos para ‘Misión Imposible’. En el primero, muy breve, presenta a los personajes y nos muestra la tendencia ambigua que va a seguir la historia, donde nada va a ser lo que parece. En el segundo, más dilatado, y que alguno podría no considerar como planteamiento de la cinta, nos cuenta cómo una aparente operación rutinaria se va convirtiendo poco a poco en catástrofe total.

Hasta el último momento no sabía si incluir o no ‘Misión Imposible’ en el top, pero un revisionado terminó por convencerme de ello. Hay algo misterioso en esta cinta, que hace que te quedes pegado en el asiento con la sucesión de acontecimientos. Se trata de una muestra de gran calidad por parte de un director, a mi parecer, minusvalorado. Lástima que no pueda ofreceros el clip completo, pero arriba tenéis una muestra del fracaso de la operación.

Por pertenecer a la misma franquicia, incluiría los comienzos del resto de entregas, con especial atención a la entrega dirigida por JJ Abrams: 'Misión Imposible III' ('Mission: Impossible III', JJ Abrams, 2006).

 

'La noche de Halloween' ('Halloween', John Carpenter, 1978)

Tras varios minutos de trávelin con steadicam -apuesta arriesgada por la juventud de esta cámara, pero excelente elección- hacia el interior de una oscura casa, donde vemos la sombra del cámara y donde somos conscientes de cada uno de sus movimientos, nos percatamos de que se trata de un excelente plano subjetivo. Todo el ingenio y la maestría de un por aquel entonces joven John Carpenter, puede ser resumido en la secuencia inicial de su tercer largometraje. El escaso presupuesto, personal para el rodaje y tiempo de grabación hicieron milagros en el resultado final del producto. La cámara se convierte en un joven Michael Myers y nos muestra el nacimiento del implacable asesino de Halloween: su primer asesinato. Carpenter hace muestra de un suspense maestro, traído directamente de Hitchcock ('Con la muerte en los talones', 'Psicosis') -sí, otro joven director que bebe del maestro-, del que también toma prestado el cuchillo del asesino. La histérica música, compuesta en tres días por el propio Carpenter, termina de completar el ambiente a la perfección.

Si queréis saber más sobre la magia de 'Halloween': http://www.youtube.com/watch?v=lXtPgnuL330

 

'Hasta que llegó su hora' ('C'era una volta il West', Sergio Leone, 1968)

Si el western es el género de géneros, ‘Hasta que llegó su hora’ debería ser considerado el western de los westernes. Un Sergio Leone en estado de gracia se preocupa por la impecable puesta en escena de las casi tres horas que dura la cinta. Y su inicio, otro que ya forma parte de la historia del cine. Tres pistoleros que homenajean a su anterior 'Trilogía del dólar' ('Por un puñado de dólares', 'La muerte tenía un precio' y 'El bueno, el malo y el feo') van a toparse con un cuarto, que los liquida y da por concluída la trilogía, acabando de golpe con el trío al que nos tenía acostumbrados. Es posible que la negativa del protagonista de la mencionada trilogía, Clint Eastwood ('Cometieron dos errores', 'El desafío de las águilas') a trabajar de nuevo con Leone, llevara a la creación de esta escena, pues podría verse como una rotura de relaciones entre Leone y Eastwood.

Un montaje pausado, tranquilo, nos indica que no es la primera vez que los tres pistoleros esperan a alguien para ajusticiarlo. Leone nos transmite una tensión e incomodidad con un absoluto silencio, donde ruidos como una gota de agua o una mosca están exagerados hasta el extremo. La tensión se hace real cuando el ruido del tren se sobrepone a lo visual, y los pistoleros contraen sus músculos. Nadie baja del tren. Silencio. Se van a casa. Pero, de repente, suena una armónica.

 

'Sed de Ma'l ('Touch of Evil', Orson Welles, 1958)

No creo que la aparición de este título sorprenda a nadie, pues el plano secuencia que da comienzo a esta película es ya legendario. Inspiración directa del nacimiento de Myers, desde la activación de la cuenta atrás de la bomba en suelo mejicano, hasta su explosión en suelo norteamericano, se suceden diferentes escenas coordinadas a la perfección. Normalmente, por el juego de cámaras dejamos pasar ciertas situaciones que no han visto los personajes, pero que son tan descaradas, que nos obligamos a pensar que les han pasado desapercibidas para que la película nos sea creíble y continuemos inmersos en ella. En 'Sed de mal' se da uno de estos momentos, justo cuando el señor de la bomba la coloca en el maletero del descapotable, que utilizará en unos segundos la pareja que veíamos acercarse un momento atrás. De hecho, está rodado con tal maestría, que la situación resulta incluso más creíble.

El coche bomba se cruza hasta cuatro veces con la pareja a la que sigue la cámara, llegando hasta la frontera con Estados Unidos, donde permanecen juntos durante un buen rato. La tensión de inminente muerte es mantenida durante interminables minutos, acompañada de música de fiesta, creando un fuerte contraste. Algo nos dice que no explotará hasta que esté bien lejos de Charlton Heston ('Ben-Hur', 'Los diez mandamientos') y Janet Leigh ('Psicosis', 'El mensajero del miedo'), pues sin ellos no habría película. Aún así, el ambiente creado por Welles para el comienzo de ‘Sed de mal’ es difícil de superar.

 

'La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza' (‘Starwars. Episode IV: A new hope’, George Lucas, 1977)

Imaginaos que estáis sentados en una butaca del cine donde se va estrenar una nueva película de ciencia ficción. Es el año 1977 y, aunque los efectos especiales están mejorando bastante, aún queda mucho camino por andar. De repente, ahí está, el logo de la FOX, y un mensaje que nunca se te olvidará: «Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…». Tras esto, un potente comienzo de banda sonora, como si varios planetas estuvieran colisionando entre ellos, muestra un título, corto y contundente: Star Wars. La pantalla acaba de capturarte. El título se fuga hacia el infinito en el espacio y comienzan a deslizarse unas breves líneas que te introducen la historia. «Me tenían enganchado —piensas—, pero no he venido al cine a leer. Espero que no se enrollen demasiado».

Guerra civil, naves espaciales rebeldes, primera victoria contra el malvado Imperio Galáctico, batalla, espías rebeldes, planos secretos, destrucción «esto mejora por momentos —te dices a ti mismo al ir leyendo todo ese potencial cinematográfico—», destruir un planeta entero «¡brutal! Por Dios, que empiece ya». Bien, parece que ya acaban los créditos. Esa tal princesa Leia tiene los planos secretos que pueden devolver la libertad a la galaxia entera. Desde luego, han conseguido transmitirte el ambiente de la historia, y que desees por encima de todo formar parte de ese grupo de rebeldes. Piensas entonces que la película presentará ahora a los personajes, hasta que llegue a un clímax total, o eso esperas, donde destruyan por completo al imperio. ¡Mentira! La cinta termina de engancharte completamente con la pequeña nave que intenta escaparse entre tres planetas, mientras es perseguida y atacada por un titánico crucero espacial…

Enhorabuena, espectador de 1977. Has asistido a un estreno histórico, que ha cambiado la forma de hacer cine hasta nuestros días.

 

‘Tiburón’ (‘Jaws’, Steven Spielberg, 1975)

 

El grito de «¡tiburón!» es para el mar lo que el de «¡fuego!» es para la tierra. Todos sentimos una cierta alarma o una incómoda tensión cuando lo escuchamos, incluso aunque nos estén gastando una broma y tengamos certeza de que no es real. Uno de los máximos culpables de ese miedo irracional que tenemos o que hemos tenido alguna vez a los tiburones, es Steven Spielberg ('E.T. El extraterrestre', 'Parque Jurásico'). Allá por 1975, el gran tiburón blanco del maestro Spielberg consiguió crear una histeria colectiva no vista desde que el maestro Orson Welles adaptara la novela de H. G. Wells, La guerra de los mundos, en la radio norteamericana.

En un plano subjetivo bajo el agua, acompañado del histriónico leitmotiv creado por John Williams (‘La guerra de las galaxias’, ‘E.T. El extraterrestre’), se nos presenta al horrible monstruo. Por supuesto, no llegaremos a verlo hasta bien avanzada la película. El tema de John Williams es decisivo e imprescindible para establecer el vínculo entre bestia y víctima, pues el ritmo de este va aumentando, como si de unos latidos de corazón se tratase, conforme la distancia entre ambos disminuye. Tras el avance decisivo de la criatura, Spielberg nos muestra sus habilidades de depredador. Arriba tenéis el último baño de la joven Chris.

 

'Star Trek' ('Startrek', JJ Abrams, 2009)

http://youtu.be/N5BONJcookQ

Siguiendo la estela de las naves espaciales de George Lucas ('THX 1138', 'American Graffiti'), nos llega una cinta relativamente joven como para formar parte de esta lista. El universo Star Trek y su franquicia, tan expandidos y en ocasiones contradictorios, necesitaban encarecidamente la actualización realizada en 2009. Es cierto que nunca me he encontrado entre los seguidores de la saga, si bien lo he intentado en varias ocasiones. Por muy intelectual y racional que se nos haya presentado siempre, no solo necesitaba un lavado de cara, sino un reinicio total. Tras las múltiples entregas realizadas para mantener en pie la franquicia, por fin se dio con el único director capaz de ponerla a la altura de su potencial. Y tanto que lo consiguió.

La labor de JJ Abrams ('Misión Imposible III', 'Star Wars: Episodio VII') fue extraordinaria, y completada con una indispensable banda sonora de Michael Giaccino ('Perdidos', 'Super 8'). Los primeros minutos de largometraje rompen completamente con la línea temporal de la historia, para crear un nuevo y efectivo universo Star Trek. No es de extrañar que haya sido el elegido por Disney para continuar con la saga estelar de George Lucas, cuyos resultados podremos comprobar en 2015.

 

'El resplandor' (‘The shining’, Stanley Kubrick, 1980)

Una inquietante melodía fabricada con sintetizadores nos acompaña en un viaje hacia alguna parte. El trávelin sin sentido aparente se ancla inmediatamente en un coche, que comparte el viaje con la melodía y con nosotros. Vamos dejando kilómetros y coches atrás, conforme el camino se va complicando. ¿Nos alejamos de la civilización? ¿Hacia dónde nos dirigimos? O, ¿hacia dónde nos dirige Kubrick? Mansos, nos dejamos llevar hasta el final del camino, donde el paisaje y la melodía se van haciendo más inhóspitos.

Está más que demostrado que la última palabra sobre la credibilidad de lo que vemos la tiene lo que oímos. Los planos maestros que acompañan nuestro viaje se ven influido por la necrosis que nos transmite la banda sonora. Si no os lo creéis, bajad el volumen del vídeo mientras escucháis, por ejemplo, este otro:

 

Si bien es cierto que la falta de música puede echar a perder una película, hay otras que han conseguido fastidiar el ritmo de la historia por saturación. Esta cinta, sin duda, merece un lugar alto en el top 10. 

 

‘En busca del arca perdida’ (‘Raiders of the lost ark’, Steven Spielberg, 1981)

JJ Abrams ha recibido muy buenas lecciones de Steven Spielberg, y estoy seguro de que acabará tomando su relevo dentro de pocos años. Los primeros minutos de ‘En busca del arca perdida’ son el ejemplo perfecto de cómo debería ser presentado un héroe en el cine. Un héroe va siempre acompañado de un símbolo o imagen que lo identifica. En el caso de Indiana Jones (Harrison Ford), podemos resumirlo todo en una silueta de su sombrero, que se ve completada con un látigo. Este elemento es quizá disparatado, pero lo cierto es que salva la vida a Indi tantas veces en las hasta ahora cuatro películas, que no podemos concebir su imagen desligada de él.

Continuando con los minutos de presentación del héroe, todos los elementos van a ser establecidos. Una misión, un objetivo o un objeto revestido de misticismo van a ocupar en todo momento los deseos de Indi; un desfile de animales serán vistos durante las aventuras del héroe, junto con los insectos más horribles y asquerosos que el espectador pueda imaginar; de todos estos, odia a las serpientes, por lo que serán un recurso a menudo utilizado; siempre va a contar con amigos incondicionales, con malvados enemigos y con tipos ambiguos, que le ayudarán o le traicionarán según la ocasión; y siempre va a conseguir su objetivo final, con atajos o desvíos aparentes del camino, sin importar las pruebas o misterios que deba superar.

 

‘2001: Una odisea del espacio’ (‘2001: A space odyssey’, Stanley Kubrick, 1968)

 

Esta película requiere de un cierto interés por parte del espectador, por lo que no es recomendable para un visionado superficial. La primera secuencia, que es uno de los mejores inicios de película de la historia de la humanidad, ocurre en unos veinte minutos maestros sin diálogos. Al principio, solo había oscuridad. Luego, se puso en marcha la creación del universo. Hasta cinco minutos de música in crescendo sobre un fondo negro expresan la aparición de las condiciones ideales para la vida, y una determinada alineación de planetas favorecen el desarrollo de la inteligencia.

Sigamos. Un grupo de antepasados nuestros, ya bajados de los árboles, es expulsado de su reserva de agua por otro grupo. No tienen nada para comer ni posibilidades de sobrevivir, hasta que uno de los simios exiliados descubre cómo usar una herramienta para machacar huesos. El uso de la porra les proporcionará comida, les ayudará a recuperar el charco y, lo más importante, les obligará a utilizar solo dos patas para caminar.

Pero algo ocurre que nunca nos habían contado en los libros de historia. Frente a la irregularidad e imperfección del ambiente, aparece de la nada el famoso monolito que todos conocemos. El maestro Kubrick hace que la perfecta forma del monolito, tallada al milímetro, contraste con la irregularidad del terreno que rodea a los simios. En el primer plano del monolito, los simios forman un círculo alrededor de él, asustados y admiradores de esa pieza mística llegada de la nada; en la composición del segundo plano, más cerrada, se produce la unión entre el cielo y la tierra, con el monolito funcionando como enlace, como tótem, mientras los simios se acercan y lo palpan; en un tercer plano más cercano, donde los simios y el monolito casi forman una masa negra uniforme, se presupone el traspaso de la chispa de la inteligencia desde los cielos hasta los futuros humanos; y un último plano nos deja claro que la posición de la Tierra entre sus planetas vecinos no es casual.

Sin duda, los simios se sitúan en mi top 1. Es en sí una pieza maestra audiovisual que, tal y como yo lo veo, tardará bastante tiempo en ser superada.

 

Menciones especiales

Con una lista tan limitada, se han quedado atrás muchos principios notables. Seguro que vosotros tenéis algunos que habré pasado por alto. Pero antes, no puedo obviar ‘Encuentros en la tercera fase’ (‘Close ecounters on the third kind’, Steven Spielberg, 1977), con los aviones de la segunda guerra mundial aparecidos en Nuevo México cuarenta años después; las secuencias del hospital y de la casa de ’28 días después’ (’28 days later’, Danny Boyle, 2002) y ’28 semanas después’ (’28 weeks later’, Guillermo del Toro, 2007); ‘Funny games’ (Michael Hanneke, 1997), similar a lo que os planteo con ‘El resplandor’; el plano secuencia de ‘La hoguera de las vanidades’ (‘The bonfire of the vanities’, Brian de Palma, 1990), con un Bruce Willis con pelo; la confusión maestra de Hitchcock con George Kaplan en ‘Con la muerte en los talones’ (‘North by northwest’, Alfred Hitchcock, 1959), o la muerte acaecida en ‘La soga’ (‘Rope’, Alfred Hitchcock, 1948); y la secuencia maestra del desembarco de Normandía de ‘Salvar al soldado Ryan’ (‘Saving private Ryan’, Steven Spielberg, 1998), que quizá debería estar en la lista.

  • ‘Funny games’: 
  • ‘Encuentros en la tercera fase’: 
  • ’28 días después’: 
  • ’28 semanas después’: 
  • ‘Salvar al soldado Ryan’: 
  • ‘La hoguera de las vanidades’: 
  • ‘La soga’: 
  • ‘Con la muerte en los talones’: 

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