El invierno se ha adelantado. Dos fracasados buscadores de oro junto a un maltrecho trineo de perros, intentan regresar a casa mientras los cimientos de su amistad se desmoronan.
Desde bien pronto, al comenzar tu andadura en ‘Sauerdogs’, te das cuenta que el viaje va a ser intenso como poco. Guillermo de Oliveira es el director de este western helado que nos lleva directos a la relación entre dos personajes tan opuestos como interesantes; dos buscavidas que van avanzando con las últimas fuerzas que poseen inmersos en un terreno hostil y creado para ofrecer dificultad. Un viaje que nos transporta de manera directa en una obra que bebe y se sumerge en diferentes aspectos fuertemente impregnados en su metraje: la relación en general, la supervivencia de los protagonistas, el afrontamiento frente a las situaciones que van sucediendo y un largo etcétera que podríamos alargar atendiendo a pequeños y diversos matices dentro de todo lo que va narrando que demuestran desde buen manejo hacia lo creado hasta un cariño inmenso por el género.
‘Sauerdogs’ no es algo tranquilo, por mucho que su pausado ritmo narrativo y su guion puedan hacernos pensar si no estamos del todo dentro en lo que vamos descubriendo. ‘Sauerdogs’ refuerza en la tensión latente aunque casi muda que se demuestra a cada segundo en los protagonistas todo lo que va queriendo mostrarnos, y alimenta pasito a paso un escenario que, si bien es cierto esperas tenga un momento climax, no estás del todo preparado para ello. Sobre todo porque, y sin contar spoilers, ese detallado final es una mezcla inmensa de diferentes cosas a su vez que van desde lo humano, animal y su naturaleza hasta un mensaje descifrable si se ponen los sentidos por completo para ello.
Pero ‘Sauerdogs’ tiene algo maravilloso y bello que no se puede pasar por alto. Su fotografía es un ejemplo de trabajo, una magnífica muestra de como hacer planos que vayan siendo el pegamento perfecto para cada situación y cada palabra en la trama. Esas imágenes y esa ambientación son un ejercicio digno de aplaudir que elevan la calidad artística de ‘Sauerdogs’ hasta unas cotas inmensas. Carlos de Miguel es el principal culpable de que sintamos frío, angustia, agobio, pero a la vez veamos belleza y seamos sensatos que las situaciones son complejas por el mero lugar en el que nuestros protagonistas se encuentan. Protagonistas a los que, por cierto, dan vida un August Diehl maravilloso y un Jonathan Mellor cuya mirada se te queda dentro. Un gran peso este cortometraje sobre sus hombros, y una carga que llevan con una solvencia inmensa.
Esta ambientación de la que hablamos que nos deja boquiabiertos, además del escenario, los perros y todo lo que debe acontecer a un western de estas características se consigue, y no quería dejarme el nombrarlo, gracias a un trabajo perfectamente elaborado de vestuario y maquillaje. Los ropajes son maravillososo y llaman muchísimo la atención. En definitiva, ‘Sauerdogs’ es un trabajo bárbaro por parte de Guillermo de Oliveira y equipo. Un cortometraje ágil, intenso y que te mantiene con los ojos fijos en la pantalla sin poder casi pestañear, disfrutando de cada segundo de metraje que tenemos enfrente. Una historia dura, bella en imagen, elaborada en narración y que te deja unas ganas de más de lo más curiosas.
Tráiler de ‘Sauerdogs’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones