Entrevistamos a Sandra Kogut, directora de ‘Tres veranos’

Con motivo del estreno de ‘Tres veranos’ hemos tenido la oportunidad de charlar con Sandra Kogut, su directora, sobre la cinta, su proceso creativo y las motivaciones que le han llevado a crearla. No te pierdas una conversación distendida y muy esclarecedora.

Pero antes.

¿Quién es Sandra Kogut’?

Nacida en Río de Janeiro, Brasil, Sandra Kogut también ha vivido y trabajado en Francia y Estados Unidos. Comenzó su carrera como artista creando obras de performance e instalaciones, antes de dedicarse al cine documental y de ficción. Su trabajo, que se sitúa en la frontera entre el documental y la ficción, ha sido presentado en muchos lugares, incluyendo el Museo de Arte Moderno y el Museo Guggenheim (Nueva York), el Archivo de Cine de Harvard y el Forum des Images (París). Su primer largometraje, Mutum, se estrenó en el Festival de Cannes (Quincena de los Realizadores) y pasó por numerosos festivales como Toronto, Berlín, Rotterdam y otros, recibiendo más de veinte premios en todo el mundo. Durante un año en Berlín como invitada del DAAD Künstlerprogramm en 2011, escribió el guion de su largometraje Campo Grande (2015) que rodó en Brasil. Campo Grande se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y ganó varios premios internacionales.

¿Aún no has visto ‘Tres veranos’? Lee la crítica aquí.

Tres veranos’, la vida siempre continua (Sandra Kogut, 2019)

Y ahora sí, comencemos con la entrevista.

Marta: Sandra, encantada de conocerte. Muchas gracias por tu tiempo, nos ha encantado la película.

Sandra Kogut: ¡Hola! Gracias.

Marta: Ha sido muy entretenida, y te pone a pensar mientras los minutos vuelan y te ves inmerso en ella y para cuando ha terminado te ves pensando «¿Qué acaba de pasar? » Todo ocurre en verano, ¿Por qué esta estación? ¿Qué te ofrece que no ofrecen las demás?

Sandra Kogut: Bueno, quizá lo primero sea explicar que verano en Brasil es el ‘invierno’ del hemisferio norte, y a veces en Europa la gente se sorprende al ver como se celebra la Navidad siendo ‘verano’, estando bajo el sol, en el mar…Había dos razones principales para escoger esta estación. La primera es que quería contar una historia a través de los ojos de los personajes que normalmente ‘no vemos’, que son invisibles. La gran historia, del hombre rico y poderoso, en su mansión, que se ve envuelto en un escándalo de corrupción, es de alguna manera una historia que hemos escuchado porque ocurre en todos los países. Por eso quería estructurar la cinta de forma episódica, porque quería hablar sobre el paso del tiempo y usar lo que ocurre entre ‘veranos’, las partes que no vemos en la película para contar la historia que ya conocemos. Los veranos, las partes que vemos son la historia que desarrollan esos personajes ‘invisibles’, los empleados. Era una forma de hablar del paso del tiempo, ya que vemos tres veranos consecutivos, siempre en el mismo momento del año, la última semana del año y vemos lo que cambia y lo que no.
Escogí esta semana, entre Navidad y Año nuevo, particularmente, porque es un momento muy intenso. Empieza en Navidad, con todo el drama familiar, los encuentros y termina con Año Nuevo, con todas las promesas, con los ‘este año será mejor’. Además, verano en Brasil es un momento en el que tienes la impresión de que alguien ha presionado un botón y todo está exaltado, los sonidos son más intensos y los colores más brillantes, y… esas casas de verano son pura ostentación. Todo se concentra, todo sobre lo que quería hablar.

Marta: Planteas una historia en un espacio muy pequeño. Se trata de una casa muy lujosa, pero es más bien una prisión por decirlo de alguna manera, para esa gente que vive y trabaja ahí. No dejan casi nunca ese lugar, solo salen al mar una vez y a la playa en dos o tres ocasiones. Son personajes muy resilentes por aguantar ahí, el personaje principal, Madá, es una persona feliz, pero muy triste a un mismo tiempo, y por eso creo que la resilencia es lo principal que vemos en la cinta. Se mueve por la casa, siendo parte de ella, pero sin pertenecerle nada. ¿Cómo llegaste a este personaje?

Sandra Kogut: Para mi la casa es ese espacio en el que quedar atrapado, casi como náufragos de un navío que se ha hundido. La casa representa un poco el país, los extremos, las diferencias y las complejidades sociales. Hay áreas destinadas exclusivamente a los empleados y otras que son para la gente rica. Está todo muy organizado hasta que llega un momento en que esa diferenciación se rompe y de pronto los empleados tienen acceso a las dependencias principales. ¿Qué ocurre cuando los jefes salen de escena y ceden su espacio a los empleados? ¿Qué es lo que pasa? Creo que esta es una de esas preguntas que lanza ‘Tres Veranos’. Madá, la protagonista, es la fuerza humana que lo mueve todo. En una sociedad en la que ves a todo el mundo ensimismado, ofuscado por el dinero y la avaricia, ella es el único personaje que piensa de forma colectiva, se preocupa por los demás, busca un espacio común, haciéndose cargo de los demás, por lo que es un personaje que trae mucha esperanza, a pesar de todo lo que les pasa.

Marta: Hay muchísima ironía en los diálogos, cuando los empleados hablan entre ellos en la cocina… Creo que esta parte es muy asociable a algo que todos haríamos o diríamos, por lo que son escenas muy divertidas de ver, de experimentar. Luego, también tienes la posibilidad de experimentar la otra parte, esos momentos tristes cuando sus esperanzas y todo se va al carajo en solo un momento. Las relaciones entre ‘iguales’ y no tan iguales son sencillamente espejos en los que todos nos hemos mirado. Pero quizá la relación más interesante es la que se genera entre el señor mayor, el padre del dueño de la casa y Madá. ¿Qué hay detrás de esa relación que no vemos en pantalla?

Sandra Kogut: Creo que ese encuentro entre dos mundos que normalmente no interactúan entre sí, es muy conmovedor. Ambos están en los márgenes de sus historias, nunca son protagonistas de la vida que les rodea. El anciano con quien nadie habla y la empleada del hogar que se encuentra siempre entre bambalinas, que siempre están al margen, cuando todo se derrumba, encuentran su lugar, se ven el uno al otro y encuentran una situación vital que compartir. Esta es una de las partes más conmovedoras de toda la historia porque todo se basa en su humanidad, y creo que ahí es donde radica la esperanza que reside en la película. Esa humanidad es la que hace que las personas se acerquen las unas a las otras. Por supuesto que hay mucha ironía, muchas risas y también. lágrimas. El humor que me interesa es el humanístico, ese humor en el que nunca te estás riendo de otra persona, sino con ella. Hay veces que incluso te ríes porque te reconoces en alguna escena y esto, reírte junto a los personajes, creo es una herramienta muy poderosa para invitar al espectador a adentrarse en la película.

Marta: ¿Qué te gustaría que la gente sacase de esta cinta, de su visionado?

Sandra Kogut: Hay algo que he tenido la oportunidad de ver cuando he viajado con la película en debates y post visionados en muy distintos sitios. La gente podía identificarse con los personajes, independientemente de lugar y reconocían situaciones, ya fuese porque a nivel político en su país está ocurriendo algo similar o porque reconocen a los personajes en alguien que conocen. Recuerdo en Turquía un hombre que me decía «Madá es un personaje turco, es justo como mi tía», y yo antes de eso iba con el miedo de pensar que quizá Turquía y Brasil eran sitios tan diferentes que quizá la gente no iba a captar la película como yo lo había pensado. Por otra parte en La Habana me decían, «nosotros estamos siempre soñando con abrir nuestro propio negocio»… Cuando haces una película puedes querer decir muchas cosas, pero la película solo existe si los personajes tienen alma, si los ves como seres humanos, así que lo que espero es que los espectadores vean el alma de Madá.

Marta: Para mi fue así, me sentía muy relacionada con todos los personajes porque veía trocitos de mi en todos ellos. Supongo que por eso me encantó tanto la cinta. Querría hacerte una pregunta antes de terminar. ¿Por qué te decantaste por el arte y más tarde por el cine?

Sandra Kogut: Siempre he amado el cine y recuerdo pensar, «si es algo que amo tanto, ¿Por que no hacerlo parte de mi vida?» Hacer películas es como algo existencial para mi. Creo cosas como las veo, está enraizado en mi.

Marta: Muchas gracias por compartir estos minutos con nosotros. Te deseamos mucho éxito con ‘Tres veranos’.

Sandra Kogut: Muchas gracias a vosotros.

Tráiler

Entrevista en Versión Original

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