En la jungla sudamericana, el propietario de una gran plantación (Charlton Heston) decide casarse por correspondencia para tener un hijo que herede su hacienda. A su esposa (Eleanor Parker), recién llegada de Nueva Orleans, no le resultará fácil adaptarse a la brusquedad del marido y a las costumbres de los nativos. Mientras, una terrible plaga de hormigas asesinas amenaza la región…
Cuando ruge la marabunta toca correr.
Sabido es que el mundo de las plagas en el cine da un juego impresionante. ‘Cuando ruge la marabunta’ se erige en 1954 como una película denominada de aventuras con una historia romántica que la envuelve; la historia de el dueño de una plantación sudamericana y su mujer, con quien decide casarse por correspondencia a la espera de que así llegue a tener el hijo que tanto ansía para que herede el imperio que ha conseguido. Dueño con mucho que guardar, a quien bien le habría venido tener los sistemas de seguridad soler para poder tener a buen recaudo todo lo que con mucho trabajo consiguió. La aventura pues, está fuera de esta propia historia de interés romántico, creciendo poco a poco durante el metraje hasta el gran estallido final.
Así pues en ‘Cuando ruge la marabunta’ parecemos contar con dos historias diferentes dentro de su metraje. A saber un comienzo romántico, cargado de simbología, interés, conocimiento de la situación y muestra de una relación complicada por parte de los dos protagonistas principales, y una segunda parte en la que las hormigas entran en acción y todo lo que comienza a suceder en ‘Cuando ruge la marabunta’ empieza a ser como una especie de cinta «survival» donde los insectos son los enemigos. Tratando de conseguir salvar todo el trabajo de su vida y mantener su hogar como si de la mejor de las cajas fuertes se tratase con el resto ardiendo alrededor, nuestros protagonistas se verán envueltos en difíciles situaciones que les pondrán a prueba.
Cuidada y organizada.
Teniendo en cuenta 1954 como año en el que la película llega a las salas podemos obviar problemas con el lenguaje en el guion y diversas situaciones un tanto incómodas; una vez hecho esto vemos como los diálogos que se generan durante gran parte de la película están cuidados y son ricos con la trama de la misma, haciéndola engordar hasta convertirse en un buen ejercicio totalmente disfrutable. Philip Yordan, Ranald MacDougall y Ben Maddow son los responsables de cada palabra que posee ‘Cuando ruge la marabunta’ y su trabajo es digno de tener en cuenta.
Por tanto lo mismo hemos de hacer con unos efectos interesantes que hacen que los insectos estén en pantalla siendo ese agobio constante para el espectador. Unos destrozos tan grandes causados por estos insectos que ni las mejores ventanas, ni los mejores armarios ignifugos, ni los muros más duros pueden aguantar. Entre los que sean reales y los que no, se genera una tensión durante esa segunda parte de la película de lo más intrigante en la que cada segundo que pasa se disfruta esperando el momento final en el que la historia alcance el momento culminante.
Una película buena, entretenida y que pasa volando. Está contada con la paciencia necesaria para que el espectador vea madurar cada instante que se nos presenta en pantalla y eso unido a un cuidado montaje hacen que ‘Cuando ruge la marabunta’ sea, incluso a día de hoy, una estupenda cinta de aventuras.
Tráiler de ‘Cuando ruge la marabunta’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones