La primera temporada de ‘The Studio’ acaba de finalizar en Apple TV+, plataforma que ha demostrado tener productos televisivos de altísimo nivel. Para el que suscribe es una de las mejores series en lo que llevamos de año. Dirigen, escriben y producen Evan Goldberg y Seth Rogen, tándem artífice de series como ‘The Boys’, ‘Preacher’ o películas como ‘Sausage Party’, ‘The Interview’ o ‘Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem’.
Con el cine tradicional intentando mantenerse vivo y relevante, Matt y su equipo de ejecutivos luchan contra sus propias inseguridades, artistas narcisistas y grandes capos corporativos, siempre con la esquiva meta de hacer grandes películas. Vistiendo de traje para disfrazar una continua sensación de pánico, cada fiesta, visita al set, decisión de cásting, reunión de márketing y entrega de premios les presenta una oportunidad para el brillante éxito o la catástrofe definitiva.
Goldberg y Rogen, con esta serie, nos regalan una sátira magistral sobre cómo funcionan los engranajes de la industria del entretenimiento en el Hollywood actual. Su puesta en escena, coreografiada al milímetro, junto al mordaz e hiriente guion bien estructurado, la hacen una verdadera delicia. El humor, realmente afilado e inteligente, transita vericuetos que, lejos de perderse en naderías, es llevado a lindes abismales y demenciales.
Semana a semana, he disfrutado muchísimo de esta hilarante comedia, cuyo espíritu rima, si bien desde mecanismos distintos, con ‘Hacks’, magnífica serie de HBO aún en emisión, con la que podemos establecer ciertos paralelismos, juego de espejos que funcionan a la perfección.
Para quien eche de menos ‘Curb Your Enthusiasm’, del maestro Larry David, o ‘Entourage’, de Doug Ellin, ‘The Studio’, de igual forma, está plagado de historias enajenadas y metalingüísticas, personajes que dan vergüenza ajena, y unos cameos sobresalientes que no desvelaré. Cada episodio, que fusiona forma y fondo, tiene su propia identidad, en su mayoría conformados por planos secuencia, nunca descuidando el ritmo endiablado/neurótico (o cocainómano) al servicio del humor, sublimidad cinematográfica, subtextos llenos de matices, y un profundo respeto, desde la desvergüenza, por el mundo del séptimo arte.
Tráiler ‘The Studio’
¿nos encanta?
Overall
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Fotografía
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Interpretaciones
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Banda Sonora
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Edición y montaje
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Guion
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Originalidad