No son tantas las veces que te sientas a escribir y se te empañan los ojos de la emoción al recordar los personajes que acabas de dejar atrás una vez el último episodio llega a su fin. ‘Si la vida te da mandarinas’ deja una profunda huella. La sensación de agridulce felicidad baña el guion y alimenta una historia que lo tiene todo de excepcional y nada de particular. ¿Qué ocurre en este K-drama que tanto nos hace alabarlo, añadiendo que es lo mejor que hemos visto en un tiempo? La vida pasar, día tras día, golpe tras golpe, intento tras intento, por tener un mañana mejor.
En la Isla de Jeju, una valiente chica, Oh Ae-soon (IU) y un joven con el corazón de acero, Yang Gwan-shik (Park BoGum) viven una bonita historia, repleta de desafíos y triunfos, que demuestra que el amor trasciende generaciones y puede ser para siempre.
Una vez más Dramaland nos recuerda que hace falta todo un pueblo para que una sola persona pueda sobrevivir. Somos seres comunitarios y esa vida compartida, con sus más y sus menos es la clara protagonista de esta historia de superación y supervivencia en uno de los parajes más bonitos del planeta. La belleza de la Isla de Jeju toma la pantalla y nos deja sin aliento. Un lugar bañado por el mar, con playas de negra roca volcánica, altas cumbres y una belleza natural sin par, que engaña con su presencia idílica, a quien solo se queda en su superficie. ‘Si la vida te da mandarinas…’ te hace vivir y ver trabajar esa tierra. Un mar profundo lleno de peligros y soledad en el que las Hanyeo a duras penas encuentran alimento para dar de comer a sus familias arriesgando sus vidas bajo el agua, mientras sus padres, hermanos y maridos lo hacen en la superficie en largas jornadas de pesca que maltratan sus cuerpos jornada tras jornada.
‘Si la vida te da mandarinas…’ va de vidas honestas, dignas de vivirse y relatarse. Vidas llenas de complejidades que merecen ser recordadas por la felicidad que dejaron tras de si. Esta es una de las series más humanas que podrás ver. No importa de dónde vengas ni a donde vayas, conectarás con ella porque sus protagonistas sueñan con su vida ideal, son golpeadas por el destino, dejan esos sueños atrás y crean metas y sueños nuevos con los que intentar dar sentido al sinsentido que es vivir.
Una de las cosas más bonitas que tiene este K-drama, y tiene muchas, es la forma sútil en la que a través de las estaciones del año, intenta dar forma a las distintas fases y momentos que viven los protagonistas. Los inviernos, a veces, son más largos de lo que nos gustaría, pero el verano siempre llega, luminoso y tranquilo, aunque se tome su tiempo en aparecer. Por suerte, la primavera también llega, y a veces, incluso lo hace en mitad del invierno, para darnos el impulso suficiente para continuar. El guion es un diez. Es capaz de expresar lo cambiante de la vida y cómo, aunque en esencia siempre estamos ahí, podemos ser muchas personas a lo largo de nuestras vidas sin necesariamente perdernos por el camino, siempre y cuando recordemos y no nos arrepintamos del tiempo vivido.
Un reparto insuperable
‘Si la vida te da mandarinas…’ es la joya que es por su fantástico reparto. El K-drama dirigido por Kim Won-Suk, si, el director de ‘My ahjussi‘ y ‘Signal‘, vuelve a escoger de forma impecable a quienes deben dar vida a la historia. Así vuelve a trabajar con IU para un papel protagónico doble, pues la polifacética artista hace de madre e hija en dos generaciones distintas, abriendo con ello su abanico interpretativo, una vez más. No hay reto que esta actriz no supere con creces, es un camaleón con una fuerte presencia en pantalla. No importa quien tenga que ser, es siempre la mejor versión de ese personaje, porque siempre nos deja la sensación de que ha nacido para interpretar el papel que tiene en sus manos.
Si lloraste en ‘My ahjussi’, prepara los pañuelos, porque aquí vas a ser un mar de lágrimas quieras o no. Le acompaña en esa misión de hacernos sentir toda ina miriada de emociones Park Bo Gum, uno de los mejores actores de su generación. El chico que nos diera precisos momentos en k-dramas como ‘Encounter‘, nos vuelve a derretir con su reservada presencia interpretando a un joven amable, completamente enamorado y fiel, que torna en un compañero de vida indispensable para quienes tienen la suerte de vivir a su lado. Consigue el actor encogernos de tristeza y hacernos reir con su mirada y postura. Es probablemente este el papel sobre el que con el tiempo volvamos al recordar su carrera, como uno pivotante y vital en su crecimiento como actor.
En los papeles maduros tenemos a Moon So-Ri y a Park Hae-Joon. Ambos actores cuentan con un recorrido extenso que abarca décadas de trabajo por el que pensábamos no podrían darnos algo mejor de lo que ya habían entregado. Nos equivocabamos. Tanto Moon So-Ri como Park Hae-Joon parecen cortados por el mismo patrón, complementándose de forma excepcional, haciéndonos sentir en casa. La ternura y complicidad de sus gestos derriten nuestro corazón dejándonos una sensación de paz dentro del tumulto diario, imposible de olvidar cuando acaba la serie. Es a través de sus personajes que se habla de la vida bien compartida. De lo dificil que puede ser el día a día y lo necesario que es tener con quien compartir el dolor y las alegrías. Con ellos se habla sin reservas de los sueños compartidos que se quedaron en el camino, de recoger las ilusiones rotas y reconstruirlas para que la siguiente generación pueda tener lo que quiera tener, cumpliendo sus sueños, ya que ellos son ahora el sueño que les hace seguir adelante.
Jeon Gwang-Rye vuelve a ser clave una vez más. Tal y como ha pasado en incontables K-dramas antes emitidos, la actriz se vuelve el corazón de la serie pese a no ser la protagonista. En esta ocasión da vida a la madre de la protagonista, marcando su forma de vivir, luchar y seguir hacia delante. Gracias a una interpretación flamante se ha llevado el Baeksang 2025 como actriz secundaria. Uno de los muchos que se ha llevado la serie, hemos de añadir.
Junto a este reparto de élite debemos mencionar a Choi Dae-Hoon, Jang Hye-Jin y Kim Sun-Ho, porque son quienes complementan la historia con personajes que permiten contrastar y comparar las distintas formas de vivir y entender las relaciones de familia y pareja que llenan de luces y sombras nuestra existencia. Con una construcción sólida de sus personajes, ‘Si la vida te da mandarinas…’ consigue hacernos pensar en como vivimos siendo, unas veces, madres, hijas o amantes, y otras, cada una de esas cosas a un mismo tiempo.
Técnicamente magistral
Recrear un espacio temporal de más de 50 años en una serie es siempre un trabajo ingente para todos los componentes del equipo artístico. Hay que tener en cuenta infinidad de variables. ¿Cuales son los objetos cotidianos en los años 60? ¿Cuales en la década de los 90? ¿Qué ropas vestían? ¿Qué estaba de moda? ¿Cómo era la isla de Jeju? ¿Cómo representar Seúl? ‘Si la vida te da mandarinas…’ es un doscientos en ese apartado. Como pasase en ‘Reply 1988‘ nos sentimos cómodos en todas las escenas. Es como viajar en el tiempo y sentirte en casa. Todo está donde tiene que estar con el color y textura idóneos.
Los escenarios y vestuario son impecables, pero mejor aun es el trabajo de maquillaje, que transforma a los protagonistas ofreciéndonos cambios sustanciales en su piel dejándonos ver el paso de los años y, también, el peso del día a día. Momentos radiantes y apagados, dependiendo de las circunstancias vitales que se estén mostrando. Todo esto se acompaña de una cinematografía espectacular que nos deja sin aliento con la belleza de su luz y el contraste de las estaciones en los exteriores, dejándonos escenas intimistas y de gran detalle para unos interiores que nos hacen sentir dentro de la escena.
Solo podría ponerle una pega a este K-drama, y tiene que ver con su banda sonora. Mientras que la edición de sonido es brutal, su música de acompañamiento se queda en eso, en una melodía que escuchamos de cuando en cuando, pero que no termina de calar de forma profunda en nuestros corazones, pasando demasiado desapercibida. No cerrarás los ojos y escucharás unas notas claras como seguro te pasa con ‘Pachinko‘ o ‘Moon Lovers‘, pero seguro tendrás escenas clavadas en el pecho en las que resonorán frases inolvidables.
Gracias a ese vasto guion con el que cuenta la serie, podemos disfrutar en más de una ocasión de anotaciones históricas clave para el desarrollo de la Corea del Sur que nos ha cautivado en cada acercamiento que hemos hecho a ella. Son decenas las maravillosas refencias culturales que nos sorprenden y arrancan una sonrisa,. Las Olimpiadas, ‘Cinema paradiso’ por vez primera en una sala de cine o la princesa Diana en los periódicos, aunque ninguna como ver a las protagonistas quedar tan embelesadas como nosotras con ‘Sandglass‘ o la aún por ver ‘Eyes of Dawn’. Ojalá haber estado ahí para vivirla con la emoción que solo ofrece el ‘en emisión’.
Prepara la caja de pañuelos, vas a necesitarla. Si la vida te da mandarinas, cómetelas, vas a necesitar la energía y la dulzura que se encuentra en las pequeñas cosas para seguir hacia delante. Bienvenida a Dramaland.
Tráiler de ‘Si la vida te da mandarinas’
¿nos encanta?
Overall
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Fotografía
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Interpretaciones
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Banda Sonora
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Edición y montaje
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Guion
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Originalidad
User Review
( votes)Lo mejor:
- Unas interpretaciones de lujo con la élite de la industria en su plantel.
- Una fotografía preciosa y llena de detalles.
- Un guion cotidiano, lleno de reflexiones vitales que sacuden el alma.