Hace unos meses muchas personas dejaban de creer en el amor después de que Antonio Banderas y Melanie Griffith anunciaran su separación. Fue uno de los sucesos personales que también afectó al mundo del cine, ya que era una de las parejas más consolidadas de Hollywood desde que se conociesen en el rodaje de ‘Two Much‘ de Fernando Trueba.
‘Autómata’ se convirtió así en la última película en la que el actor andaluz y la actriz neoyorquina compartieron cartel como matrimonio. La historia ambientada en un mundo distópico y futurista, donde la tecnología es la única solución para mantener a la poca población viva, prometía bastante, sobre todo al ser una película con una producción importante española, algo innovador en el cine de ciencia-ficción nacional, dirigida por el madrileño Gabe Ibáñez.
El protagonismo de Antonio Banderas se hace patente en todo el metraje de la película, por lo tanto, se convierte en la mayor atracción del film, además de caer todo el peso del film en él, el problema es que los componentes que acompañan al actor no le ayudan demasiado, no hay nada que destaque lo suficiente como para hacer brillar su interpretación, sino que mantiene el mismo tono desde el minuto uno hasta el último minuto de la película, y eso se puede ver incluso en las escenas de desesperación que tendrían que emocionar al público, pero no hay una pasión que se entienda o que implique algo de empatía.
En relación a lo expuesto anteriormente, la parte técnica y componentes de la puesta en escena están bastante trabajados, no hay una producción innovadora y que rompa esquemas, pero si consigue impresionar al espectador con una calidad visual bastante importante, sobre todo para mantener la verosimilitud de lo que se quiere contar y que no parezca un plató. Los robots son bastante básicos, no hay una innovación o algo en particular, la realidad es que deberían jugar un papel más importante pero se quedan el camino, siendo una simple excusa para poder realizar la película, junto con el mensaje «humanista» y «rebelde» que suele tener este tipo del filmes que abordan la «humanización de lo tecnológico», demasiado visto y mascado, podía haberse realizado desde otra perspectiva esta «robotización».
Con respecto a la parte del equipo artístico, los co-protagonistas si pueden llamarse así, o mejor dicho, actores secundarios no destacan ninguno por ningún lado. Son los típicos personajes necesarios para no dejar abandonado al protagonista en la trama, pero ninguna trama secundaria está bien desarrollada, un ejemplo claro es el personaje de Robert Forster, que tiene más peso que el resto pero su final en la parte narrativa es tan atribulado como el de los demás, al igual que el de Birgitte Hjort Sørensen, que acompaña a Banderas como su esposa, enternecedora mas no enamora. El ejemplo claro del maltrato que sufren los personajes en esta película se ve en la figura de Melanie Griffith y su personaje de la doctora Duprè, prometía ser una gran revelación pero se quedó en una revelación efímera y casi pegada con cola para poder ver en la misma escena a la pareja, pura morbosidad cinematográfica para atraer a los fans del entonces matrimonio.
El guion tiene algunos vacíos narrativos y tiene un ritmo bastante constante, cosa mala para una película de acción y ciencia-ficción, ni siquiera las partes de mayor tensión consigue despejarse de esa tranquilidad a la que acostumbra el film al espectador, lo que consigue que entretenga pero no emocione, una película que se deja ver, pero que acaba aburriendo y terminando como empezó, con las mismas expectativas, solo que resolviendo la trama y cerrándola completamente, para por lo menos no dejar al espectador perdido y provocar la desesperación de la audiencia.
En conclusión, una innovación en el cine español que abre la puerta a otras producciones nacionales, aunque hay que mencionar que el film es una co-producción junto a otros países como Bulgaria, Estados Unidos y Canada, pero ve que hay más allá del drama y la comedia. Muy mejorable, le falta mucha tensión y dinamismo narrativo y fílmico, no es un buen ejemplo de película futurista y robótica. Una atracción para que brille Antonio Banderas pero ni siquiera cumple este punto como se tenía previsto. Un quiero y no puedo que se deja ver, una vez.