‘Diamante de sangre’ (Edward Zwick, 2006) | A buenas horas

‘Diamante de sangre’ es una de esas producciones que siempre son relevantes. Es una película que veas cuándo veas, te atrapa. Cuenta con un reparto espectacular con actores de la talla de Leonardo DiCaprio, Jennifer Connelly o Djimon Hounsou, y además tiene una historia que merece la pena ser contada.

Un largometraje que nos lleva al continente más dañado por el imperialismo brutal y la codicia humana, África. Incluso en la actualidad seguimos dañando y apropiándonos de lo que no es nuestro. Si hay un beneficio económico siempre habrá la posibilidad y los pocos escrúpulos de ir a por ello, se atropellen los derechos y dignidad humana que haga falta.

‘Diamante de sangre’ es una cinta sobre el poder de destrucción del capitalismo. Se habla no solo del comercio y extracción ilegal de diamantes, sino de otras fuentes de riqueza como el petróleo o el oro.

Es 1999, Sierra Leona lleva ocho años de guerra civil. Facciones rebeldes, como el Frente Revolucionario Unido (FRU), aterrorizan a los campesinos y los obligan a trabajar en las minas de diamantes, que sirven para financiar la guerra. Mientras todo esto ocurre, oportunistas buscando hacer fortuna aprovechan la situación para sacar tajada en el mercado ilegal, ya sea haciendo de intermediarios para vender esos diamantes o como fuerzas paramilitares que pueden ser contratadas por gobiernos para acabar con las facciones rebeldes.

Esta cinta de Edward Zwick, a pesar de su extenso metraje, tiene cada minuto contado. Es cierto que hay escenas que se nos hacen algo cuesta arriba, quizá porque las vemos venir demasiado, pero todas ellas son necesarias. No hay un momento aburrido. Las escenas de acción y las persecuciones en coche quitan el aliento y no dejan descanso.

Por otra parte la crueldad y brutalidad de la guerra y el conflicto armado es desgarrador, no se oscurece ni oculta. Se trata de lleno la militarización de niños y se ve como se les arrastra a una vida de zombies asesinos sin voluntad. Esta parte es quizá la más sobrecogedora no solo por como se presenta sino porque nos da de lleno con una realidad que ni siquiera pensamos.

Nos sentimos tan atrapados en la selva como los protagonistas. Es un film que habla de esperanza por una nación mejor incluso cuando es el infierno sobre la tierra. Presenta la posibilidad de amar entre tanta muerte y destrucción y sobre todo habla de la avaricia y el egoísmo aunque prefiere centrarse en el sacrificio, la resilencia y la amistad. ‘Diamante de sangre’ juega además con la intensidad de la trama de sus personajes.

Con Leonardo Dicaprio se crea al arquetipo perfecto de una película dramática/bélica/ de aventuras. Danny Archer es hombre dañado por su entorno, una guerra sin fin de la que solo quiere escapar. Ese es su objetivo final y pondrá en juego su vida para poder salir del infierno que siempre lo ha rodeado.

Con el paso del metraje vamos conociendo su pasado mientras sus relaciones con el resto de personajes se desarrollan. Se nos planta delante a un personaje sin escrúpulos, egoísta e incluso altanero, al menos esa es la primera impresión. Siendo, sin embargo, más bien, un superviviente nato con conciencia a pesar de todo.

Djimon Hounsou es Solomon Vandy, un pescador cuya vida desaparece de un plumazo cuando los rebeldes llegan a su poblado y lo secuestran para obligarlo a trabajar buscando diamantes. Es un personaje sin lugar a dudas decidido, y sobre todo honesto. Honesto con sus intenciones y con sus límites. Con una interpretación de diez Djimon Hounsou es capaz de pasar del semblante más impasible a la pura desesperación cuando se entera de la desaparición de su hijo.

Jennifer Connelly da vida a Maddy Bowen una curtida reportera que busca una historia más que de sentido a su vida y al mundo que la rodea. Es sin lugar a dudas el vínculo con Occidente que el largometraje tanto requiere. ¿Cómo si no íbamos a comprender o a conocer la explotación humana tras los diamantes de sangre?

Por desgracia, aquí es donde ‘Diamante de sangre’ falla, es demasiado triunfalista. Se llega a mencionar en la cinta que de conocerse que los diamantes cuestan la vida a la gente, dejarían de comercializarse, o al menos, el ciudadano ‘medio’ americano no los adquiriría. Sí, claro. Esta parte es una bofetada en pleno rostro.

Es inmaduro, no hay otra forma de decirlo, y todo lo positivo que encontramos en las líneas de guión del personaje de Leonardo o de Djimon Hounsou queda irrelevante cuando estas frases de Jennifer Connelly resuenan en pantalla.

Se trata de una dulcificación de la realidad que no era necesaria. Obviamente mucha gente es consciente de esta problemática, pero lo cierto es que al final del día se vende ese otro sueño americano, hasta de soslayo aquí. Esa historia en la que si conociésemos la realidad le podríamos freno. Todo excusas y mentiras.

En su conjunto, ciertamente, se presenta una película sólida de la que disfrutar gracias a su intensidad, acción y trama muy interesante. Eso sí, tiene un metraje bastante largo, por lo que te recomendamos preparar un buen bol de palomitas.

Tráiler

¿Pasa el corte?
Overall
3.6
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Edición y montaje
  • Banda Sonora
  • Guion

Puntos fuertes

  • Leonardo DiCaprio en un papel muy sólido.
  • Bellos y salvajes paisajes
  • Una pequeña dosis de realidad

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