Crítica de ‘Upgrade: Primera clase’ (2024) | Prime Video

Ana es una ambiciosa becaria que sueña con una carrera en el mundo del arte mientras intenta impresionar a su exigente jefa Claire. Cuando la suben a primera clase en un viaje de trabajo, en el avión conoce al atractivo Will, que confunde a Ana con su jefa; una mentira piadosa que desencadena una glamurosa cadena de acontecimientos, romances y oportunidades hasta que su mentira amenaza con salir a la luz.

Efectiva podría ser perfectamente uno de los adjetivos que definiese ‘Upgrade: Primera clase’. Como comedia romántica que se precie, los clichés más manidos y reconocidos de este tipo de cine deben estar presentes, pero no siempre se realizan de una manera que funcione tan bien como en esta película, no entrando en lo burlesco, en lo antipático o en lo directamente no creíble. No siempre que se cuente una historia de amor de este estilo que lo hace ‘Upgrade: Primera clase’, y en todas estas feel-good movies se hace de manera intensa ni que aporte algo, y la mayor parte de lo que vemos aquí es positivo en cuanto a sumar al género del que estamos hablando. También hay que destacar por encima de todo el carisma de Camila Mendes, la cual se queda el peso de la cinta durante todo el metraje y que en lugar de pesarle más de la cuenta, lo utiliza para asentarse y lucirse con una interpretación estupenda.

Un cierto aroma de ‘El diablo viste de Prada’ sobrevuela ‘Upgrade: Primera clase’ (eso sí, salvando las distancias de la grandísima cinta de David Frankel). Al final, Ana, nuestra protagonista, es una mujer muy ambiciosa que quiere labrarse un nombre dentro del mundo del arte, mundo que parece ser totalmente despiadado y en el que los números mandan por encima de todo. Ese ambiente profesional que mantiene la cinta, esas aptitudes laborales puestas a prueba continuamente y la presión por destacar es lo que comparte y lo que, en ciertos aspectos, alimenta la trama de la película haciendo que el enamoramiento que se precisa para que sea una comedia del estilo esté justificado. Hasta ese punto, en términos de originalidad, si que es destacable.

Dejándonos llevar y haciendo que nuestra mente entre en consonancia con lo que ‘Upgrade: Primera clase’ quiere contarnos y su forma de hacerlo, vamos a disfrutar de una película de tono clásico en cuanto a las comedias, con un aspecto narrativos que le hace ser ligera, sencilla y de un consumo fácil y que nos va enseñando todo en su momento justo y en la medida pertinente para que el efecto sorpresivo sea real y el climax funcione. No es nada del otro mundo, pero funciona.

Dónde ver Upgrade: Primera clase

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