Fred Baillif es un director y productor de cine autodidacta de Suiza. Se graduó del Instituto de Estudios Sociales de Ginebra en 2000, momento en el que se dedicó profesionalmente a ser trabajador social, lugar de donde nace su cercanía y crítica directa al sistema de acogida de jóvenes. En ‘The Fam’ se muestra la realidad que muchas jóvenes viven en las casa de acogida y se crítica duramente la necesidad de crear un hogar para ellas y lo lejos que se está de el.
Un grupo de chicas adolescentes alojadas en una casa de acogida vive junto a los trabajadores sociales. Esta experiencia crea inesperadas tensiones e intimidades. Viven bajo el mismo techo pero no se han elegido el uno al otro. Un incidente desencadena una cadena de reacciones exageradas, pero su ansia de vida también fortalece los lazos. Como una familia.
Marta: Fred, muchas gracias por hablar con nosotros. Esperamos que Seminci 2021 esté yendo genial.
Fred Baillif: Si, está siendo una experiencia muy grata.
Marta: Vamos a ello entonces. Decir antes de empezar que me ha encantado ver ‘The fam’. No ha sido fácil de ver por el tema que pones ahí fuera., pero creo que es necesario y muy interesante la forma en la que lo presentas. ¿Qué te hizo acercarte a esta historia, hablar de ella?
Fred Baillif: Gracias por tus palabras. Fueron muchas las razones, pero quizá la primera sea que en mi vida muchas mujeres cercanas a mi me han contado en alguna ocasión que han sido abusadas, sexualmente abusadas, sobre todo en los últimos cinco o diez años, con los movimientos feministas que han ido surgiendo muchas se han atrevido a hablar. Hay tantas que no se el número exacto de ellas que se ha abierto a hablar de ello en mi círculo personal. Sus historias eran de locos, siendo abusadas por padres, tíos o abuelos. Este es el mayor problema de la sociedad actual, y así es como el proyectó comenzó. Quería hablar de sus historias, pero el trauma era tan grande que muchas de ellas no podían presentarlo al mundo. Por ello decidí ponerlo en un contexto que yo conocía y poder así hablar de ello. Durante mi investigación en la casa de acogida, un lugar en el que yo trabajé como trabajador social hace más de veinte años, nos abrieron sus puertas y encontré temas y personas muy interesantes. Sabía que iba a trabajar con esas jóvenes en este proyecto. Las historias vienen de ellas, por así decirlo, ya que los personajes son todos ficticios, pero están creados e inspirados en historias y experiencias de mujeres que han sido abusadas y de los trabajadores que están con ellas.
Marta: ¿Cómo preparas a gente tan joven para trabajar delante de la cámara sobre un asunto tan doloroso y complicado?
Fred Baillif: Es un proceso muy largo. Primero hay que construir una relación con ellas. Ha sido el trabajo de dos años, creando lazos, entrevistándolas y contándoles cosas sobre mi. No podía ser algo superficial. No podía ser como cuando yo era trabajador social y tenía que mantener mis distancias con ellas. Tenían que conocerme, de verdad y yo a ellas. Necesitaba ser cercano a ellas para poder trabajar bien. Una vez la relación fue sólida empezamos a trabajar con talleres de improvisación y actuación. Había que enseñarles a actuar sin actuar, a ser ellas mismas en esas situaciones que no eran propias. Cada personaje había sido construido para ser cercano a quienes ellas son. Algunas de ellas tenían tanto talento que podías hacerlas actuar y que fuera creíble, pero para la mayoría era necesaria esa cercanía, y por ello lo hice. A partir de ahí es un proceso largo el de hacer que estén cómodas y confíen en mi y sean capaces de entregar ante la cámara lo que finalmente entregan.
Marta: En términos de historia, ¿Por qué usaste capítulos para contarla? ¿Cómo te ayudó?
Fred Baillif: Es muy complejo hacer películas corales. Creí que sería interesante ir revelando la información especial de los personajes cuando tuvieran algo intenso y especial que contar. Hice primero un montaje linear, estaba bien, pero no era lo suficientemente bueno, así que pensé en ir de nuevo al guion y eso fue justo cuando tuvimos el primer encierro de la pandemia así que tuve mucho tiempo para volver a rehacerlo todo dándole forma como si de un puzzle gigante se tratase.
Marta: ¿Cuál dirías que ha sido el apartado más complejo durante todo el proceso?
Fred Baillif: Sin lugar a dudas ha sido el tener que lidiar con las instituciones. Porque eran conscientes del tipo de cinta que estábamos grabando desde el principio, nos abrieron sus puertas y justo en el último momento, dos semanas antes de que empezáramos a grabar entró una nueva directora en el centro y todo se canceló. Perdimos dos chicas del cast, dos menores, y el sitio en el que íbamos a grabar. Había que buscar un sitio nuevo, menos mal que lo encontramos en un lugar con la mentalidad más abierta. El otro gran problema fue trabajar con chicas que no creían en si mismas y que tenían un nivel de autoestima muy bajo. Se negaban a hacer algunas cosas en el set de rodaje, llegaban tarde…, siempre había que estar haciendo compromisos con ellas, pero fue bien. He tenido que trabajar mucho la comunicación con ellas, saber como se encontraban y sentían. Era un diálogo continuo. Si alguna no aparecía teníamos que buscar una solución y el resultado ha sido muy bueno. Cómo vengo del documental supongo que estoy acostumbrado a no tenerlo todo ajustado a un horario o esquema.
Marta: Mientras estás viendo la película te das cuenta de como todo el conjunto es un proceso de aprendizaje, cómo se comportan como crecen y como conviven las unas con las otras, introduciendo en ese proceso al espectador. Has trabajado temas muy complicados de gestionar emocionalmente con gente muy joven, y aún así la puesta en escena final ha sido magistral.
Fred Baillif: Siempre hemos sido muy cuidadosos, por eso tenía que conocerlas a ellas muy bien y ellas a mi. Me tenía que asegurar que siempre era ficción, que nada de lo que había en el guion les tocase demasiado cerca en su vida real. En ningún momento se les ha impuesto nada, hemos tenido mucho cuidado con eso. Los trabajadores sociales que vemos en la cinta, muchos de ellos han trabajado con estas chicas y con esas problemáticas. Claudia, quien interpreta Laura, era su directora en la vida real en el pasado, por lo que se conocían muy bien y pudimos trabajar muy fluido.
Marta: ¿Qué nos puedes contar del alcance que está teniendo la película?
Fred Baillif: al ser un drama tan duro es difícil saber que piensa la gente de el nada más salir de la sala, pero es cierto que el ambiente en los festivales y la recepción en los mismos ha sido positiva. Es una película que muestra dos cosas: la primera es que se pueden lograr cosas cuando se confía en la gente. Yo les di toda mi confianza a estas chicas y lo han dado todo. No son frágiles, son mucho más fuertes de lo que pensamos y no les damos todo el crédito que merecen. El segundo sería sobre las instituciones, y la forma en la que trabajan, es demasiado esteril.
Marta: En la cinta lo podemos ver, que al final del día esos centros de menores son muy fríos. Vemos a trabajadores que tienen que marcharse a casa una vez termina el turno, pero esas chicas permanecen allí sin un calor y amor continuo y real que les permita estar completamente protegidas.
Fred Baillif: Para mi esa es la mayor de las contradicciones. Fue el sinsentido de trabajar en esa línea. Desde que estudias te enseñan a mantener la distancia y yo creo que es ahí donde está el error. Necesitan protección, absolutamente, pero la verdadera necesidad viene en términos de cariño y confianza. Darles un proyecto en el que trabajar, apoyarlas en sus sueños. Y esto realmente no es algo que hagan los trabajadores sociales porque no tienen el tiempo y porque las instituciones siempre tienen miedo de que se construyan relaciones reales entre los trabajadores y las usuarias. Para mi ese es el fallo del sistema y por eso a día de hoy hago cine independiente y no me dedico más a esa rama, ahora no tengo que mantener la distancia puedo acercarme, conectar y mantener una relación personal que espero les haya ayudado en algo.
Marta: Se podría decir que has derribado todos los muros que conocías y has intentando crear relaciones positivas mientras dabas vida a esta obra que nos acerca un poco a cómo viven y sienten estas jóvenes. Ha sido fantástico poder hablar contigo. Te deseo mucha suerte en el festival y con el proyecto en general, así como deseamos que las jóvenes que hemos visto en pantalla crezcan y sean mujeres felices y de éxito en el futuro.
Fred Baillif: Muchas gracias por tu tiempo. Hasta pronto.