El ambicioso actor neoyorquino Edward se somete a una intervención quirúrgica radical para transformar drásticamente su aspecto. Como resultado, muchas cosas cambian en su vida y, sin embargo, todo sigue perturbadoramente igual. Aunque haya cambiado exteriormente y pueda empezar una nueva vida, sigue siendo quien es y no quien quiere ser. Entonces se pierde el papel de su vida y su nuevo rostro de ensueño se convierte en una pesadilla.
El proceso completo por el que pasas viendo ‘A Different Man’ es una montaña rusa de emociones, pero empezando en un punto altísimo y cuyos bajones siguen, aun así, estando en otro punto bien alto. El vértigo se puede apoderar en instantes diversos de ti si no abres la puerta a entrar en la película justo desde el principio, momento en el que la obra ya te ha presentado todo lo que es y todo aquello que tiene dentro de sí para ofrecerte y para hacer que te abones a esta extraña sátira que se va nutriendo a sí misma a cada segundo de metraje que vamos viendo. Pero si has cogido el ticket adecuado y has comprado la historia que Aaron Schimberg dibuja, entrarás en una experiencia bastante bella en su compleja totalidad.
Así pues, ‘A Different Man’ muestras retazos de ser una intensa fábula que utiliza el aspecto más lúgubre del personaje para ir mostrando un viaje personal del mismo que tiene mucha continuidad y ligeras paradas por el camino. La dualidad personal que mantiene el mismo entre la persona que es y la que quiere ser, así como la persona que se ve por fuera o la que se ve por dentro es tan compleja de manejar que resulta soberbio el trabajo aquí realizado. Este es el principal rubí de una película bañada en piedras preciosas, puesto que como eje principal e historia germen del resto, el personaje es de una complejidad absoluta que ya de por sí merece la pena observar.
Pero es que luego, además de semejante personaje, tenemos un trabajo ingenioso a más no poder, en el que el humor negro está llevado de una manera excesivamente elegante y que gana enteros como obra artística gracias a la poca pretenciosidad con la que cuenta en su elaboración completa. Original en su historia, la trama es muy ágil y la película pasa volando frente a nuestra retina, y cuando estamos teniendo frente a nosotros un relato de tamaña complejidad es bien agradecido que se nos cuente de dicha manera.
Para contar esto, tres pilares fundamentales: Sebastian Stan, Renate Reinsve y Adam Pearson. El primero es ese personaje cuya potencia en la primera parte de la película es absolutamente inmensa y que coloca los cimientos de la obra. Renate tiene una capacidad abrumadora durante todo ‘A Different Man’ para cambiar de registros y ser un disfrute lleno de una calidad interpretativa inmensa y lo de Adam es para levantarse de la butaca y aplaudir; un personaje con el que te ríes y con el que te lo pasas bien y un tremendo actor que se come la pantalla desde que sale al inicio.
Y es que unido a una bellísima fotografía que aúna todo lo necesario del ambiente que la película debe tener para contar su historia; a un trabajo con la música y el sonido muy envolvente y a todo lo relacionado con un montaje que hace que disfrutemos la película, ‘A Different Man’ es una poderosísima película plagada de instantes que la convierten en algo maravilloso que poder disfrutar.
Tráiler ‘A Different Man’.
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Edición y montaje
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Banda Sonora
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Guion
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Interpretaciones