Rosa Blas Traisac y Claudia Traisac: “Nuestras generaciones no son tan distintas”

Después de la derrota’ es el contundente y alegórico título con el que la productora y guionista Claudia Blas Traisac firma su primer largo de ficción. Delante de cámara su hija, Claudia Traisac, encarna el impulso y la desesperanza de una generación (reconocible) que rema por salir a flote entre desengaños profesionales, alquileres desorbitados y una dinámica presa de la incertidumbre. 

También del aislamiento, punto de partida de esta conversación triangular que se fusiona con las decenas de voces (y elucubraciones) del gran salón del Café del Círculo de Bellas Artes. A poco más de una hora del pre-estreno. Hermética al calor insurgente de la tarde y enérgica como el estímulo que vertebra cualquier debate de un acto creativo y social. 

Mariasun Miquel: La película nos acerca a un grupo de jóvenes treintañeros cargados de sueños, pero abatidos por los fracasos personales. Sin resortes. ¿La soledad era esto? 

Rosa Blas Traisac: Creo que estamos muy solos y que tampoco tenemos mucho horizonte ideológico. Si eres un poco más de izquierdas, por ejemplo, estás mucho más solo. Aunque te intentes reconciliar con cierto segmento político y simpatices con el origen y lo que se quiere defender, ha habido una gran decepción para las generaciones nuevas con los acontecimientos de los últimos tiempos.  

Claudia Traisac: La película es muy actual. Mi madre tiraba de muchas experiencias suyas, parte de ellas de hace años, y ahora a mi edad, cuando terminamos la película, me di cuenta cómo eran de paralelas a la gente cercana. Me parece fuerte esa cosa circular que tiene lo que contamos, que habla de lo que nosotros, los jóvenes, estamos viviendo. 

Mariasun Miquel: Rosa, ¿las vivencias de los personajes beben de tu etapa de juventud?  

Rosa Blas Traisac: Yo di clases hace años en la escuela Pedro Almodóvar, de Alcorcón.  Mis alumnos eran del Sur de Madrid, de familias de clase obrera. Gente muy talentosa y esforzada. Un día una estudiante me contó cómo vio su CV en la basura al salir de la productora donde acababa de entregarlo. Ahí comprendes que la pelea está contaminada, sueñas con algo que es imposible. He vivido esa crueldad, a pesar de tener arrojo. Fui una de las primeras mujeres que salió de la ECAM, pero para una chica rubia era difícil. Me han hecho vacíos en muchos lugares. Casi todo el mundo tenía un mínimo precio que te quería cobrar y yo llegaba llorando a casa. 

Mariasun Miquel: ¿Hemos vivido una fábula cuando pensábamos que había territorios incontestablemente conquistados? 

Claudia Traisac: Vivimos un momento en el que estamos viendo mucho atraso. Hay una fuerza que no quiere que se avance, pero a la vez la gente escucha más. Creo que ahora todos sabemos un poco cómo funciona todo, lo mal que lo han pasado las mujeres y las estructuras de poder que siguen existiendo. Se dan conversaciones por las que antes eras excluida si las ponías sobre la mesa. Esto me da fuerza, hay un germen y unas preguntas que ya no da miedo hacer. 

Mariasun Miquel: ¿Tenemos superada la ley del silencio en ese caso?  

Claudia Traisac: No tanto. Se genera una imagen de excesivo progreso y me parece que aquí la prensa tiene un papel fundamental. Es peligroso porque en el fondo sigue habiendo cosas muy ancladas en el pasado y sigue siendo un mundo… que mira quién gobierna en muchos países ahora mismo. Estamos aún en ello, queda mucho camino. 

Rosa Blas Traisac: Una circunstancia es el tema de las mujeres, pero la otra tiene ese algo determinante que es la clase social, que afecta a todos. Yo tengo en este instante conciencia de dos cosas: De que soy de una clase social baja y, además, mujer. Por ejemplo, Miguel, coproductor de la película, también tiene origen humilde y sufrió en su tiempo el estigma por su homosexualidad. Hace no tanto los directores que lo eran intentaban llevar su carrera escorando un poco este tema. 

Mariasun Miquel: En la película, trasladando a primer plano la industria, vemos a sus protagonistas soñar con vivir del cine y no apenas malvivir. 

Claudia Traisac: Creo que en el cine pervive esto de venir de un lugar de privilegio, de ser una clase social adinerada, y esto se ve poco en la ficción. La película tiene el valor de tratarlo. Debería haber más acceso a hacer cine porque se acaban generando discursos que no son del todo reales. Es una pena que se tan complicado. Depende de tener parte de privilegio o de tener mucha suerte. 

Rosa Blas Traisac: No deja  de ser un poco desalentador ir a una sala y, aunque lo hayan hecho con la mejor intención y empatía, descubrir que la mayoría de las historias de pobres, digamos, las cuenta gente de un estatus totalmente ajeno a la pobreza.  

Mariasun Miquel: Cuando se leen crónicas sobre La movida da la sensación de que la problemática de la heroína, de la epidemia que produjo la droga, ha quedado muy escorada por el fenómeno artístico. Sus artistas provenían, en un amplio espectro, de clases pudientes. 

Rosa Blas Traisac: Me gustó y me llamó mucho la atención cómo hablaba de este tema Carla Simón a raíz de su nueva película. La mayoría de la gente que sufrió con la heroína, el sida… es gente que se rebeló contra el sistema, pero de una manera que acabó con ellos mismos. Yo tuve una prima, que desgraciadamente murió por las drogas, y te das cuenta de que esa gente pensaba que iba a cambiar el mundo, que las drogas no creaban dependencia… Los que se salvaron fueron los que se marcharon a otro lugar, los que se quedaron en ese entorno cayeron todos. Cantidad de hijos perdieron a sus padres y cantidad de padres a sus hijos. 

Mariasun Miquel: ¿Cuáles pensáis que son los males de nuestro tiempo, mirando a través de los jóvenes de Después de la derrota

Rosa Blas Traisac: Una cosa fundamental es que el dinero y las oportunidades están mal repartidas. Los ascensores sociales no funcionan y se ha producido un enfado con las élites, con los políticos, que lo está rentabilizado gente como Trump. Está generando que haya una parte de gente que se abstiene y no quiere saber nada del mundo y otra gente que ve que todo está tan mal y que “si yo me voy a morir, te vas a morir tú”. Hay una corrupción que se ha incrustado en el sistema. 

Claudia Traisac: Sí, que es aceptada, que casi ni es llamada corrupción. 

Rosa Blas Traisac: Como estos países nórdicos que ahora son narco-estados cuando siempre se les consideraba el ejemplo de la socialdemocracia y los políticos españoles les veían como un ejemplo del que tomar nota. 

Claudia Traisac: Si añadimos el tema del teléfono móvil y la atención… Ayer me dijeron de una serie que se está haciendo ahora y se enfocaba a las nuevas generaciones, que ven a veces con doble pantalla, a la vez que TikTok o a velocidad por dos. A mí me da mucha ansiedad pensarlo. Vivo en una sociedad que siento que está muy acelerada, igual que yo y lo que me rodea.  

Mariasun Miquel: Eso me recuerda a un amigo que me contó una vez que no le había gustado una película de Haneke por tres “argumentos”: Porque era en blanco y negro, de ritmo muy lento, y el cine tenía sillas incómodas.  

Claudia Traisac: Reconozco que soy la primera que ha dejado de ir al cine del modo que lo hacía antes y he perdido espacio mental para otras cosas. También soy víctima “heavy” del móvil. Recibes mucha información que parece apasionante, pero no registras nada, por lo que la capacidad de pensamiento crítico se va adormeciendo. Al mismo tiempo, he descubierto la radio con sus conversaciones y debates. Me da una paz que no encuentro en otro lugar. Pero si mezclas la crispación social, la diferencia económica y encima el consumismo y los móviles, tenemos un momento… en el que es difícil ver con claridad. Me cuesta, por ejemplo, pensar en tener hijos.    

Mariasun Miquel: Es una de las grandes cuestiones entre los “millenials”. Cómo aspirar a tener una casa o meramente pagar el alquiler, llegar a fin de mes, tener trabajo estable, crear una familia… 

Claudia Traisac: Hay una tónica general en mi generación de no tener referentes de vida muy claros ni saber a qué agarrarnos. Es muy frustrante el embudo. Nuestra generación parecía muy avanzada y la realidad de la de mi madre no parecía la nuestra, pero de repente sí lo parece. 

Rosa Blas Traisac: Mis amigos se dieron cuenta de que la realidad de la que yo solía hablar no era tan lejana cuando comprendieron que sus hijos no iban a avanzar tanto como habían avanzado ellos. Y yo siento que no pertenezco a ninguna generación. He estado como fuera de la mía y ahora estoy fuera de la de mi hija, aunque compartamos algunas cosas. Me siento muy afortunada de haber vivido el proceso de la película con Claudia porque nos ha permitido encontrarnos de verdad. 

Mariasun Miquel: El proyecto nació hace cinco años tras la pandemia gracias una pequeña subvención autonómica y algunas microdonaciones. ¿Cuánto cuesta lograr un sueño? 

Rosa Blas Traisac: Un director con el que estudié y con el que Claudia trabajó de bien pequeña, me dijo una vez que no sabía por qué estaba tan loca con querer hacer cine si ya había hecho una obra maestra que era mi hija. Y era verdad, pero no se me tenía por qué negar la posibilidad de hacer una obra maestra como directora. Ser madre y cuidar a mis padres no significaba renunciar a la vida. 

Mariasun Miquel: El perfil de las mujeres se ha vinculado tradicionalmente a los cuidados. 

Rosa Blas Traisac: Me encantan los proyectos que veo de otras compañeras, pero te diré que observo una tendencia de nuevo a hablar de las mujeres desde su perfil de cuidadora. Hablando de quienes no cuidan o no viven para cuidar se aprende mucho de los cuidados al mismo tiempo. Yo ese espíritu lo encontré en las series americanas. Empezaron a dar la imagen de mujeres con otra edad, de madres solteras, de las que no tenían pareja o de las que, con otro color de piel, eran jueces o policías. 

Mariasun Miquel: En los encuentros de actrices nominadas a los Goya se resaltó que el “Me Too” en España todavía no había explotado. 

Claudia Traisac: No, no se ha destapado. Hablo de esto con mucho cuidado, como toda actriz, porque tristemente debo tenerlo, pero hay un gran fantasma de lo que está por salir desde hace dos años. No termina de brotar. Reflexionando sobre ello, pienso que me gustaría que la responsabilidad estuviera también en los hombres porque la prensa les hace menos esta pregunta. ¿Cómo ser nosotras las que hablemos si fíjate la estructura de poder que hay para que las cosas no salgan? 

Mariasun Miquel: ¿Los cambios vendrán con los que ahora inician su carrera en la industria? ¿Otros deben ceder el paso? 

Claudia Traisac: Cuidado con señalar solo a una generación. Hacemos un reduccionismo sobre que “eran señoros” y las dinámicas de poder se perpetúan. Lo que sucede es que ahora tenemos más capacidad de expresarnos, de hablar en un rodaje… Yo antes, cuando tenía 20 años, también me iba llorando de sitios sin poder encajar qué estaba mal y qué estaba bien. Hay un poco de lío, quizás por preguntarse qué hacer cuando salga todo. El problema está en las dinámicas de silencio. 

Mariasun Miquel: ¿Y en el ruido o la polémica que se genera alrededor? 

Claudia Traisac: Quizás hay tanto miedo por la generalidad con la que se transmite. Sale un nombre, sí, pero… ¿cómo regeneramos esto y hacemos justicia a toda aquella o incluso aquél que lo ha pasado mal antes que nosotros? Es más grande que un nombre. Se acaba tirando un cuerpo al mar. Sigue habiendo quienes protegen a una serie de figuras.  En la industria del cine, un entorno en el que deberíamos saber cómo tratar a las personas, se señala y no se protege realmente.

Rosa Blas Traisac: Algunas estructuras son claramente económicas. Yo estoy intentando investigar en solitario, ya me gustaría hacerlo con un equipo de periodistas, sobre cómo se reparten las subvenciones, ya que mucha gente está excluida. Se abusa de hablar del acoso que sufren las actrices, pero también les sucede a las directoras y a otras profesionales. Existe un Instagram dedicado a reflejar testimonios de situaciones que se dan en las escuelas de teatro. Hay historias escalofriantes. Falta autenticidad, ya que en sitios donde iban a escuchar no han recogido esta problemática. No les interesaba. 

Mariasun Miquel: ¿Se dirige entonces cuando se puede, no cuando se quiere?

Rosa Blas Traisac: Yo hice antes un largo documental que hablaba de las pioneras de la dirección del cine en España y aunque ha pasado por festivales, por Filmin, etc, creo que no tuvo un recorrido más largo y fue más apoyada porque yo quería incluir, entre otras cosas, una exploración sobre Pilar Miró, a la que admiro. Mi intención era saber de verdad lo que había supuesto en la industria, pero no estaba bien visto. Claudia Traisac: Y sigue pasando. Acabo de estrenar “El minuto heroico”, que es un documental sobre mujeres que han estado en el Opus Dei y no he hecho ninguna entrevista al respecto. Sigue habiendo cosas difíciles de tocar, puertas un poco cerradas, pero nuestra labor es seguir abriendo espacios. Nuestra película lo intenta.

Mariasun Miquel: Muchas gracias por vuestro tiempo. Esperamos poder charlar nuevamente pronto.

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