‘La serie Divergente: Insurgente’ (Robert Schwentke, 2015)

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La saga literaria creada por Veronica Roth irrumpió en el mundo cinematográfico el pasado año 2014 con la adaptación fílmica de ‘Divergente, protagonizándola Shailene Woodley junto Theo James, Ansel Elgort y Kate Winslet. El éxito que recibió esta primera película fue suficiente para conseguir la confirmación de la realización de las adaptaciones tanto del segundo y tercer libro de la trilogía de Roth. En esta ocasión Neil Burger pasa el testigo a Robert Schwentke para dirigir el largometraje. Nuevamente Shailene Woodley vuelve a ponerse en la piel de Tris Prior y su particular venganza en contra de Jeanine, la líder absoluta de Erudición y organizadora de que la paz entre las facciones se mantengan.

A diferencia de otras heroínas literarias que han sido adaptadas cinematográficamente hablando, ya sea el caso de Jennifer Lawrence encarnando a Katniss Everdeen en la franquicia de ‘Los juegos del hambre‘ o incluso, Bella Swan en la piel de Kristen Stewart para la saga ‘Crepúsculo‘, Woodley no ha tenido un éxito ni un seguimiento tan fuerte como las ya mencionadas, sino que el apoyo del público ha sido más limitado, sobre todo si se compara con otra adaptación literaria, la cual protagonizó, ‘Bajo la misma estrella‘, que se convirtió en un éxito tanto por parte del público, sobre todo adolescente, como de la crítica.

El problema de ‘Insurgente’ es la falta de sustancia que ya iba arrastrando desde el libro, no hay una historia firme y profunda con la que se pueda jugar sino que hay un vacío narrativo bastante alarmante y esto se hace patente en casi toda la duración de la película. El film se desarrolla entre peleas, tiroteos, persecuciones y torturas, pero sin un fundamento humano por ninguna parte, falta esa parte de humanización por parte de la causa aparente de la rebelión y de los propios personajes.

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Al igual que otras heroínas de acción, Tris Prior tiene como trasfondo la honestidad, la familia e incluso una culpabilidad extrema, el problema es que ese ápice de humanidad no consigue salir a la palestra, ni de forma visual ni narrativa, se sabe que existe dicho problema, que hay esa pesadilla que preocupa a Prior pero no llega a conectar en ninguna ocasión con el espectador, por lo que no transmite empatía alguna. Una pena, dado que la interpretación de Woodley es muy buena pero se encuentra muy limitada por la naturaleza de su personaje.

Además, el enfoque que ha decidido coger la realización ha sido la unilateralidad de la visión de ensalzar la figura de Woodley como atracción principal del film, pero al no ser una heroína carismática ni atrayente va cayéndose según transcurre la película. Los primeros planos de Woodley, las escenas donde todo el peso recae sobre ella, demasiado enfocado en su persona, deberían haber pensado una manera de expresar mayor diversidad artística, los personajes secundarios quedan demasiado ensombrecidos.

Este error hace que las interpretaciones del resto de actores no destaque y eso se puede ver por ejemplo en Kate Winslet, que no consigue tomar el peso cinematográfico que debería al ser la villana del film. Miles Teller es uno de los pocos que consigue romper estos esquemas y en las pocas escenas que aparece da ese toque irónico y satírico suficiente como para que se piense que ese actor hubiera merecido muchos más minutos en pantalla.

Naomi Watts hace una aparición pero apenas se la reconoce físicamente, una actuación comedida, sin destacar, pero por lo menos no está falta de brillo como la de Ansel Elgort que decepciona al no transmitir nada con su personaje, una actuación insípida. ¿Dónde ha quedado el Elgort que se llevó de calle a la audiencia en ‘Bajo la misma estrella’?

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Theo James, el compañero de esta aventura de Woodley consigue destacar lo suficiente pero cae en el cliché, al igual que sus compañeros, no aporta demasiado dinamismo, es un puente y vehículo para que siga el lucimiento de Woodley como Tris Prior. Sin duda, la productora ha intentado aprovechar el ‘efecto Katniss’ pero les ha salido mal en esta ocasión.

El camino que recorre el film se hace bastante predecible, se puede saber lo que va a pasar mucho antes de que ocurra, incluso en el clímax del film se va cayendo según va avanzando, por lo que hay un comienzo de las secuencias que conforman el film que van perdiendo la fuerza. El final se produce de forma demasiado abrupta y casi con calzador, además de ser muy previsible. Lo único que tiene en positivo la sucesión de tiros y peleas épicas es que el ritmo no se pierde, la película cumple la función de entretener y mantiene en tensión al espectador, por lo menos para no apartar la mirada de la pantalla.

Lo más destacable del film son los efectos especiales y el cuidado de la imagen, se realiza de forma impecable, salvando algunas escenas y dotando a los momentos de acción como secuencias épicas, algo importante dado que visualmente queda muy enriquecedora, han sabido realizar a la perfección estos elementos, que no dejan de ser imprescindibles, y han obtenido muy buen resultado de su trabajo.

En conclusión, una saga que va sin frenos y que esta vez ha sido peor que su predecesora, tristemente se prevé un destino parecido para ‘Leal – Parte 1’ y ‘Leal – Parte 2’, pero quién sabe, a lo mejor da una sorpresa y la película remonta, pero por el momento ‘La serie Divergente’ ha pasado tanto para espectadores y crítica sin pena ni gloria. No siempre el fenómeno teen tiene por qué significar éxito y he aquí un ejemplo.

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