Alex, va ser padre y Mark sigue trabajando como profesor de bellas artes, se reencuentran en una ocasión inesperada, una Verbena organizada por Anna, la novia de Alex. Entre amigos, se enfrentarán a una noticia que hará detonar su relación y amistad.
El brusco arranque de La Verbena (Rubén Sánchez, España, 2024) parece que no quiere hacer esperar, ni perder el tiempo a nadie: comienza con uno de los protagonistas, Álex (Gabriel D’Almeida), cambiándose de camiseta en una terraza, y de repente, se acercan unos amigos para decirle que se dé prisa. Un violento inicio que deja un poco confuso porque no hay el típico preámbulo de ubicación de la película o presentación, es como si llegáramos en mitad de la función de una obra de teatro y tuviéramos que encontrar el hilo de la historia para saber de qué trata.
A lo largo de los casi 20 minutos de duración del último corto de Rubén Sánchez, aparentemente suceden pocas cosas, pero posee un trasfondo con muchos significados. Observamos una animada reunión de amigos con motivo de ir a la verbena de Barcelona, a la que llega inesperadamente Marc (Robin Reese), un amigo de Londres de Álex, que tarde o temprano le acabará confesando el verdadero motivo de su aparición. Las miradas entre ellos durante toda la fiesta, es el mecanismo más delator del tipo de relación que tienen: cuando Ana, la novia de Álex, abre la puerta de casa y le da una sorpresa mostrando que ha venido Marc; esa primera mirada es incómoda y poco emotiva para dos amigos que hace mucho que no se ven. También, hay una escena en que se van a hacer una foto los tres juntos; en un principio Álex no quiere hacérsela, y después de hacerla, hay otra mirada rápida entre ellos que refleja un poco de vergüenza por parte de Álex. Aparecen varias situaciones más en las que sus miradas coinciden mientras el resto de amigos están bailando, bebiendo, o celebrando una noticia y no se percatan de lo que pasa realmente entre ellos. A través de estos gestos, La Verbena lanza un mensaje sobre la defensa de la visibilidad de la homosexualidad, escondida por Álex de sus amigos, al igual que los cruces de miradas. Además, los comentarios homófobos que tiene uno de ellos, perjudica doblemente que no quiera expresarlo libremente y que veamos a Marc incómodo en todo momento. Esta incomodidad se observa durante un plano fijo de él sentado, mientras vemos al resto del grupo bailando a través de movimientos de cámara inestables, una decisión narrativa que genera tensión de Marc con los amigos de Álex.
Si al principio del corto había una entrada súbita, la noticia que le da Marc a Álex al final del corto sigue la misma senda. En los últimos planos, todos se han ido a la verbena y ellos están en la cocina, sus miradas son directas y pueden mostrarse cómo son, pero en la soledad. Este momento en donde están cómodos, se rompe repentinamente cuando Marc le cuenta su enfermedad a Álex y hay un silencio devastador, llegando a ser tenso, incluso acrecentado por el ruido que propaga un extractor proveniente de la cocina y que le aporta una sensación áspera a la escena.
A pesar de algunos fallos de racord, La Verbena consigue contarnos en poco tiempo el problema de la no aceptación de la identidad sexual sin necesidad de verbalizarlo, solo a través de los cruces de miradas de sus dos protagonistas. Saca a la palestra también los prejuicios que aún siguen vigentes hacia los homosexuales y que son otra excusa más para “quedarse en el armario”. El director, Rubén Sánchez, ha logrado con Gabriel y Robin unas interpretaciones excelentes para lanzar un mensaje de igualdad e intentar que el cine “pueda cambiar la visión sobre muchas cosas1” .
1Extracto de artículo realizado sobre el rodaje de La Verbena de Rubén Sánchez por la Academia de Cine.
Tráiler de ‘La verbena’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Edición y montaje
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Banda Sonora
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Guion
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Interpretaciones