Aparecen dos nombres sobre un fondo negro, acompañados por tictacs de decenas de relojes, continúa en un exquisito trávelin, y acaba con la presentación de espalda del personaje, en un plano general, y con la repetición de uno de los nombres: Robert Zemeckis.
Que no os engañe el breve resumen que he planteado sobre el principio de ‘Regreso al futuro’ (‘Back to the future’, Robert Zemeckis, 1985), ya que estamos ante la mejor escena posible con la que podría haber empezado la película.
Se trata de una historia pensada para que encaje a la perfección, donde podemos abarcar también las otras dos películas que forman la trilogía más famosa de viajes en el tiempo, si no la única.
Nada, insisto, nada se ha dejado al azar durante casi las dos horas de metraje, pero centrémonos en la gran cantidad de información que se nos va a ir dando durante los primeros minutos de película.
El inevitable paso del tiempo
Empecemos por los relojes, que nos señalan desde el principio la importancia del tiempo en la historia. El inevitable paso del tiempo que se nos escapa cada segundo, y que no podemos recuperar.
Las vueltas que dan las agujas, emulando lo cíclica que es nuestra vida, lo cíclico que será el planteamiento de la trilogía; y el perfecto mecanismo de los relojes, evocando la perfección y armonía de todos los detalles y sucesos de la historia.
Pero nos damos cuenta de que el tiempo no es tan perfecto cuando Doc llama a su apartamento, porque todos los relojes se han retrasado veinticinco minutos; Marty está veinticinco minutos en el pasado, y Doc le trae de regreso al presente.
La personalidad de Marty McFly queda totalmente desarrollada en los primeros minutos, se le presenta con diferentes planos detalle. Su apariencia ochentera –a la «moda»-, acorde con el año de estreno de la película, nos ayudará más adelante a situarnos en cada periodo histórico.
La forma confiada con la que entra en el apartamento de Doc, cogiendo la llave escondida, y dejando el patín correr con la mochila, nos transmite seguridad y decisión desde el primer momento; y su segunda gran afición, que es la música, terminan de perfilar completamente su carácter.
En tercer lugar, hay multitud de detalles que vuelven a lo cíclico de la vida, que nos van dando pistas de lo que está por suceder.
Me costó bastantes visionados darme cuenta de que hay una figura colgada de una aguja de uno de los relojes del primer plano en trávelin.
Exacto, nos están anticipando la escena final en el reloj de la torre, que se presenta como un importantísimo elemento para el hilo conductor de la historia, pero que solo va a ser visible unos minutos en toda la trilogía.
¿Quién no ha repetido alguna vez la cita de la octavilla del reloj de la torre?
Pues bien, aquí es donde puedes empezarte a preguntar si Doc colgado de la aguja del reloj de la torre está por ocurrir, o ya pasó hace treinta años, inspirando al diseñador de ese curioso reloj.
Detalles y más detalles
Avancemos hacia adelante en el tiempo para ver otro de los mencionados detalles: el Hill Valley Telegraph que está colgado en el apartamento de Doc. La noticia nos explica que Doc tiene una enorme fortuna, que él mismo confirma haber gastado para construir la máquina del tiempo.
Nos encontramos ante otro elemento omnipresente en la historia, la mansión Brown, que justifica los recursos casi ilimitados con los que cuenta nuestro científico.
De nuevo, habría que preguntarse si la fortuna de los Brown no la ha conseguido el mismo Doc cuando viaja al oeste en la tercera entrega.
Otro elemento que se justifica con facilidad es el plutonio, que aparentemente ha sido robado por unos terroristas –excelente zoom enfático a la televisión-, pero que ya está en poder de Doc.
El plutonio como elemento imprescindible para el funcionamiento inicial de la máquina del tiempo, pasa a ser basura.
¿Qué es basura?
La verdad es que todo puede ser considerado basura, por lo que se ha explicado de manera creíble el uso ilimitado que se le puede dar al Delorean.
Por último, es necesario mencionar el anuncio del Toyota, que luego veremos en la plaza del pueblo, y que conseguirá Marty una vez que haya modificado el presente.
Cierto, no solo se juega con los argumentos cíclicos, que crean paradojas temporales –muy bien salvadas-, como la fortuna de Doc o la figura del reloj de la torre, sino que también pueden ocurrir cambios asombrosos en la realidad.
Incluso en la banda sonora lo clavan
¿Qué me decís de la excelente elección de la canción que termina por presentar todos los ingredientes del grandioso espectáculo que es ‘Regreso al futuro’? ‘The power of love’ también encaja sin problemas en la escena de la plaza, donde todo aparece narrado al milímetro.
La misma perfección en detalles ocurrirá más adelante, en el pasado, cuando Beef y sus matones persigan a Marty, pero lo que me interesa de las dos escenas es donde dará vueltas a la plaza en patín –o en aeropatín- en el sentido de las agujas del reloj.
Las tres escenas son similares, con algunos matices, pero siguen el inevitable destino de las agujas del reloj cuando avanzan.
La historia definida no puede ser cambiada. Pero recordemos el «sí, pero la historia va a cambiar» de Marty a Strickland…
Podría escribir miles de hojas recogiendo las incontables bondades de la cinta, pero caería en el error de «intentar vender» una película que no necesita publicidad.
Fue uno de los grandes taquillazos en 1985, y casi treinta años después –sí, queda poco para que Marty nos visite-, la película sigue manteniendo su frescura y originalidad.