El pasado domingo se estrenó la cuarta temporada de ‘The Crown’ y ha sido uno de los estrenos más esperados del año. En esta temporada, la conocida Margaret Thatcher y la inolvidable Diana de Gales entran en escena, y lo hacen eclipsando de una manera apabullante a todo lo que se les pone en su camino.
Si eres un aficionado al drama, o simplemente aficionado a una buena serie, ‘The Crown’ es tu plan para pasar un rato estupendo. Con un guion sobresaliente, y una puesta en escena soberbia, ‘The Crown’ nos muestra situaciones reales e históricas con una perfección sorprendente y sobrecogedora.
La historia de esta cuarta temporada se centra en la década de los ochenta, y en la lucha de tres grandes mujeres por sobrevivir y adaptarse al entorno que les envuelve. Hasta ahora la Reina Isabel II (Olivia Colman) había estado rodeada de un público más masculino. En esta temporada, se enfrenta, finalmente, a dos mujeres de armas tomar y a un territorio más femenino y por momentos, hostil e incierto.
La prueba de Balmoral
Que la Casa Real Inglesa se encuentra un escalafón por encima de toda la faz humana, y la Reina dos, no es ningún secreto. De hecho, gran parte de la trama de esta serie, gira en torno a esa élite y a ese ego y sensación de superioridad que supone ser la Reina de Inglaterra o una línea directa de la misma.
Un ejemplo llevado al límite, lo encontramos en el segundo episodio de la temporada. Con Thatcher recién subida al poder, y con Diana haciendo una entrada triunfal en la vida de Carlos. Ambas son invitadas a Balmoral a pasar unos días de vacaciones acompañados de la familia real.
No es sólo una invitación, es toda una prueba por parte de la Reina y sus compinches, que saca a relucir las personalidades y las penurias tanto de Margaret y Diana, como de la propia Familia Real. Hablo de este capítulo, porque es clave en el devenir de las tres mujeres y además, es toda una puesta en escena de las nuevas incorporaciones a la élite inglesa. La presentación oficial de Diana y Margaret.
Si alguien tenía alguna duda de que Diana fue elegida más por la familia que por el propio Carlos, este capítulo confirma que muchas decisiones están por encima de lo que uno desea, y que la corona es el timón que todo lo mueve y todo lo decide.
Cuando la realidad supera a la ficción
Si algo tiene ‘The Crown’ es el poder de hacer a la gente, pasar horas después navegando en diferentes webs para corroborar que lo que has visto es real. Y esto pasa, porque verdaderamente, mucho de lo que aquí se cuenta, es difícil comprender que haya podido pasar realmente. Sin embargo, lo cierto es que, efectivamente, la serie se basa puramente, en acontecimientos reales ocurridos en torno a la Reina Isabel II.
Todo lo que se cuenta son hechos, pero están contados dándoles el dramatismo necesario, para ser una serie que enganche. Cada plano está cuidado al detalle para dar realismo a los hechos. La ambientación y la escenografía se miman en cada detalle, reflejando la grandiosidad de las localizaciones y la elegancia de cada rincón de las residencias de la Reina. Con unos exteriores hipnotizantes y verdes, que mantienen la sensación de riqueza y grandeza conseguida con los decorados interiores.
Para culminar la casi perfección en la escenografía, se añade un vestuario con unos diseños exquisitos y cuidados al mas mínimo detalle. Bien es cierto, que sigue en la línea de temporadas anteriores. Pero en esta temporada tenemos el aliciente de disfrutar de Lady Di, Princesa de Gales y reina en estilismo. Ver a Emma Corrin es ver a Diana de Gales, no solo porque, el parecido es patente y porque el maquillaje es sobresaliente, sino porque cada uno de los looks elegidos están basados y casi calcados a los que una vez Lady Di lució.
Dos mujeres menopáusicas, un camino de flores
No solo el vestuario y la ambientación están cuidados. Los personajes, no son meros actores con un parecido más que patente con las personas a las que interpretan. Los personajes tienen su alma y su profundidad, gracias a un guion que estremece y sacude con cada línea del libreto. Es ahí donde los creadores de la serie consiguen hacer de los hechos una historia que quiere ser escuchada.
No sabemos hasta que punto la rivalidad entre Margaret y la Reina fue cierta, pero en ‘The Crown’ podemos ver las chispas que saltan entre las dos mujeres. Si bien es cierto, que ambas tienen en común su sentido del deber, y su poder, una sabe que le viene del linaje y la otra tiene claro que el poder hay que ganárselo. La tensión entre ambas será notoria en cada plano de sus escenas juntas.
Hablar de Margaret, Diana e Isabel II, es hablar de tres madres, cada una de ellas a su manera, pero todas con el deber y la obligación de que sus hijos salgan adelante. Por primera vez la Reina tiene en frente a dos personajes femeninos y es interesante como la relación con Margaret y Diana le hace cuestionarse si ha elegido bien el camino de cuidar a sus hijos, sobre todo al futuro monarca.
En palabras de la propia reina, quiero un hijo que sea un Rey con sentimientos. Carlos es una sombra de la reina que, ahogado y ninguneado toda su vida, paga sus carencias con una esposa, que una vez más vuelve a dejarle en segundo plano.
Todos estos ingredientes darán lugar a una tensión, unas escenas estremecedoras y unos diálogos que te dejarán perplejos. Acompañado cada plano con una banda sonora que no hará más que atenuar y agigantar la tensión y la grandeza de los personajes.
La esencia de todo nuestro deber
‘The Crown’ ha dado otro salto más de calidad (si era posible), y esta cuarta temporada es una obra de arte en todos los sentidos. Sabemos que quedan dos temporadas por delante, pero va a ser difícil superar esta cuarta temporada, con la aparición de uno de los personajes más queridos y seguidos en la historia reciente de la monarquía inglesa.
Cada escena y cada diálogo de ‘The Crown’ son una maravilla, y por eso me resulta difícil resumir y cerrar esta crítica con las palabras adecuadas. Razón por la cual, no hay nada que yo pueda decir, que resuma ‘The Crown’ mejor que lo hace el Duque de Edimburgo, en una escena íntima con Diana, de una belleza y una verdad abrumadoras.
‘Tienes razón en llamarme un extraño. Era un extraño el día que conocí a una princesa de 13 años que algún día se convertiría en mi mujer. Y después de todos estos años todavía lo soy. Todos lo somos. Todo el mundo en este sistema es irrelevante. Está perdido, es un solitario. Excepto una persona, la única persona que importa. Ella es el oxígeno que respiramos. La esencia de todo nuestro deber. Tu problema, perdona que te lo diga, es que pareces no tener claro quién es esa persona’
Tráiler
¿Pasa el corte?
Overall
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Originalidad
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Guion
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Banda sonora
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Interpretaciones
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Edición y Montaje
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Fotografía
User Review
( vote)Puntos fuertes
- Una escenografía y vestuario muy cuidados
- La aparición estelar de Diana
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