Lo de Taylor Swift es ya un escándalo. Te puede gustar más o menos su música, pero es innegable, que en el panorama actual no hay una artista más completa. Taylor es soberbia, su trabajo es impoluto y su música extraordinaria. Cada canción es una historia que una vez fue de Taylor y ahora es de todos nosotros.
Durante más de una década ha ido forjándose una diva que ha encandilado con su arte y su elegancia. Ahora ya no es una diva, es una señora artista que parece haber despolvado una varita para impregnar con su magia todo lo que toca. ‘folklore’ ha sido un punto de inflexión en su carrera y un obsequio de valor incalculable para todo aquel que durante la pandemia se ha resguardado bajo las letras y acordes de, primero este disco y meses más tarde ‘evermore’. Su música ha sido un salvavidas y un medio para huir de la interminable y desesperante cuarentena en la que nos hemos visto inmersos la raza humana.
Taylor no ha parado ahí, deseosa de ser dueña de todo su arte, y poder gritar a los cuatro vientos que su música le pertenece, ha empezado un proceso de regrabación de toda aquella música que un malnacido decidió vender a un tercero, en lugar de hacerlo a Taylor cuando pidió ser propietaria de ello. Gracias a esta andadura, Taylor ha regrabado, primero ‘Fearless’ y ahora ‘Red’, y en un futuro esperamos más. Éste segundo, fue un bombazo en su momento, álbum del año y un excelente recopilatorio de sentimientos y pesares de una persona que sufrió por desamor. Por encima de todas esas canciones de desamor, All too well, fue y sigue siendo un hit y un referente en su carrera.
En 2012, teníamos cinco minutos de una historia contada con una belleza impecable y una musicalidad delicada y pulcra. A todos nos pareció una historia dolorosa y extraordinaria. Con esta canción, miles de teorías y suposiciones volaron por la red, todas ellas con un nombre en la cabeza, y es que todo hacía indicar que, Jake Gyllenhaall era el receptor de esa masterpiece. Y si no, veáse esa mítica escena de Taylor y Jake abrazados caminando felices y enamorados, mientras ella vestía una bufanda que, tiempo después se la veríamos a Jake. (I left my scarf at your sister’s house). Ahora, nueve años después , ‘Red Taylor’s Version’ es una realidad, y en ella recoge una primera versión de All too well, de nada más y nada menos que 10 minutos y 13 segundos. Esta canción demasiado larga para ser recogida en el álbum, fue recortada hasta los poco más de cinco minutos que dura la versión que se grabó para el disco. Como la propia Taylor afirmó en el show de Jimmy Fallon, fue su madre la que en aquel momento pidió que se quedara grabada, por si acaso. Gracias señora Swift.
La versión de diez minutos de All too well, no viene sola, viene acompañada de un corto que se estrenó la madrugada del 12 de noviembre y que, vuelve a ser otro punto de inflexión en la carrera de la artista. Dirigido y escrito por la propia Taylor, ‘All too well: The Short Film’ son 14 minutos de belleza cinematográfica y musical.
Íntimo y bello hasta estremecer
‘All too well: The Short Film’ es la historia de una canción sobre una ruptura en la que Taylor Swift elige convenientemente dos actores que lo bordan. Sadie Sink (‘Stranger Things’) y Dylan O’Brien (‘El corredor del laberinto‘) tienen una química en el corto que es pura magia cinematográfica. Es tal la belleza del mismo que lo verás más de una vez, para seguir reflexionando sobre la finura y delicadeza del film.
Una historia rodada en 35 mm, un estilo cinematográfico muy característico que busca el ensimismamiento visual. El tratamiento de la luz y el color, así como la composición del plano dejan una puesta en escena íntima y bella que conmueve. Asistimos en primera plana al amor crudo y desvestido de las primeras veces, donde todo es júbilo y gozo, para pasar después a la pesadumbre y tristeza de un amor pasado.
Como era de esperar, el diálogo es escaso y la música omnipresente, pero con la particularidad de que, no se sobreponen. Durante el escueto diálogo del corto, el silencio es rotundo, la música se desvanece, con el único fin de dar intimidad y realismo a la secuencia. Por otro lado, cuando suena ‘All too well’, la sintonía con la historia es tal que, sobran las palabras, la narración musical de los hechos es precisa e impoluta. Si llegáramos al corto sin ninguna idea de antemano, pensaríamos que la canción parece haber sido escrita para la historia. Sin embargo, para los seguidores de la cantante, la realidad es otra. Taylor ha hecho todo lo contrario y de una canción, nos ha obsequiado con una historia personal y profunda de una persona que batalla con el desconsuelo que deja que te rompan el corazón.
Taylor trabaja con el tempo y exhibe una maestría impropia de una principiante. Estructura ‘All too well:The short film’ en episodios, dándole a los catorce minutos la sensación de progresión, situándonos en los diferentes periodos de la relación y cohesionando la historia de manera extraordinaria. Asimismo, consigue hacernos sentir incómodos, ante un relato tan íntimo que parecemos intrusos curioseando a través de una ventana el desenlace de una historia que vislumbra aires de haber tenido tiempos mejores. Todo ello arropado por dos actores que lo bordan, especialmente Sadie Sink, que estremece y pone de punta el vello de nuestro cuerpo ante la angustia y desconsuelo que contagia su impoluta interpretación.
Y como actriz invitada tenemos a…la propia Taylor Swift, que aparece en el corto de manera efímera, pero que que deja un excelente sabor de boca. Eclipsados por su presencia no podemos más que contemplar su belleza en 35 mm. Taylor, de un elegante pelirrojo que le va como anillo al dedo, cierra su propia historia. Dejando el protagonismo a Sadie, pero clausurando majestuosamente un corto de obligado visionado para aquellos que aman su música o simplemente la belleza de una pieza cinematográfica sobresaliente.
‘All too well: The Short Film’ es el comienzo de una nueva era en la carrera de Taylor Swift, que esperamos siga atreviéndose a regalarnos historias de tal belleza provenientes de sus canciones, y al fin y al cabo de su propias experiencias. Y por qué no, regalarnos otro corto, esta vez con James, Augustine y Betty como protagonistas
Sólo nos queda decir que, afortunadas aquellas que hemos nacido en la misma época que Taylor Swift. Hemos crecido, y ella siempre ha estado ahí. Personalmente, yo siempre he envidiado su opulencia y sus labios rojos, así como su capacidad para escribir canciones que son historias. Taylor siempre ha sido una diva, alguien inalcanzable tres o cuatro peldaños por encima de la gente común. Sin embargo, con los años se ha convertido en una mujer admirable y de la que me gustaría ser amiga, para tomar vino con ella y bailar juntas alguno de sus hits, mientras brindamos por derribar al patriarcado.
Este sobresaliente corto es la excusa que tengo para compartir ese amor que profeso a una artista que siempre nos ha obsequiado con su mejor versión, pero que en este último año se ha superado con creces, culminando todo ello con un corto inolvidable y único, que ya es nuestro para siempre.
‘All too well: The short film’
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Música
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Interpretaciones
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Guion
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Edición y Montaje
User Review
( votes)Puntos fuertes:
- La belleza de la fotografía y la música
- La actuación sobrecogedora de Sadie Sink
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