La adaptación al cine de Need for Speed cuenta la historia de un piloto de carreras clandestinas que posee su propio garaje para modificar sus coches y hacerlos más rápidos. Sin embargo, es enviado a prisión cuando su mejor amigo es asesinado en una de estas competiciones, y buscará vengarse cuando quede en libertad.
Hay que decir que esta adaptación del famoso videojuego, del que toma su nombre, como es normal, no ha dejado indiferente a nadie.
La diversidad de opiniones que se comparten en la red es increíblemente enorme, contando con opiniones que la tachan de falta de diálogos que ajusticien a su reparto, como que no hay profundidad en sus carreras, etc. Y otros que están totalmente satisfechos con el resultado. Hay algunos que se atreven a decir que el videojuego se ha adaptado a la perfección.
Creo que ambos bandos son demasiado atrevidos, y me pongo a favor de los que manejan una crítica relativamente intermedia, porque no siempre llueve al gusto de todos.
Scott Waugh (Acto de valor) realiza una magnífica adaptación de uno de los videojuegos de carreras y persecuciones más famosos de los últimos tiempos.
No es fácil, aunque lo parezca, dedicar tu segundo trabajo como director a adaptar un título de videoconsolas a la gran pantalla. Nunca lo ha sido. Estas adaptaciones siempre han sido, y van a seguir siendo, muy criticadas por sus exigentes seguidores, al igual que las adaptaciones de las novelas, pero Scott lo ha hecho, se ha tirado a la piscina y parece que le ha salido bien.
En el reparto tenemos al carismático y ya querido por todos Aaron Paul (Tocando fondo, Wreckage, La última casa a la izquierda) que se hizo famoso por interpretar a Jesse Pinkman en la grandísima serie Breaking Bad, serie que le catapultó, y que trabajará para Ridley Scott en Exodus, no decepciona en ningún momento, parece que el papel está hecho para el, pese a que no le regalan unos diálogos muy logrados, el hace a la escena. Junto a él, tenemos a Dominic Cooper (Dead Man Down, Capitán América: El primer vengador, Mi semana con Marilyn) haciendo un papel un tanto descafeinado como el malo de la película. Pero si hablamos de papeles descafeinados, en realidad podríamos hablar de todos, y es que un guión escrito por tres personas, debería de dar para algo más. Imogen Poots (El último concierto, Cracks, 28 semanas después) es “la chica”, papel que no da para más, porque tampoco le dejan hacer mucho más, le intentan acoplar un papel de chica dura que no va con ella, y eso se nota a la larga, pero despierta una química con Paul muy buena. Con ellos tenemos a Michael Keaton, (Robocop, Batman, Bitelchús) que tiene otro papel escaso para lo que siempre puede dar, ya que se limita simplemente a narrar las carreras clandestinas que se dan en la película. El resto del reparto está decentemente interpretado, como por ejemplo los compañeros del taller de Tobey Marshall (Aaron Paul).
Como buena película de coches y persecuciones policíacas, no podían faltar las comparaciones con la saga Fast & Furious, por todos los fans. Muchos dicen que a Need for Speed le falta acción. Acción que en realidad tiene, ya que los momentos en los coches, que te disparan la adrenalina por las nubes, son únicos. Esa es la verdadera acción, la de las carreras de estas maravillas con motor, porque ya habrá tiempo de realizar más películas de disparos. Esta es una película para hacer disfrutar a los fanáticos y amantes del motor, y ahí, es donde han querido centrar la acción, en momentos cumbres dentro de las propias carreras.
¿Qué sería de Need for Speed sin esos momentos de alto voltaje como repostar carburante en plena carretera, ser remolcado por un helicóptero dentro de tu coche, o carreras de velocidad de vértigo en sentido contrario? Es la esencia de la franquicia, y lo que se ha querido transmitir, es precisamente eso.
La banda sonora, realizada por Nathan Furst, hace justicia a esos momentos épicos de acción que se viven en cada carrera. A destacar temas como por ejemplo California Crossing, Marshall Motors, o In the Lead.
En Need for Speed, cada carrera es una batalla épica entre Tobey Marshall (Aaron Paul) y Dino Brewster (Dominic Cooper), eso lo han sabido transmitir a la perfección.
En el apartado visual, gozaremos de la presencia de superdeportitos como el GTA Spano, del que saldrá una remesa de 99 unidades a precios de escándalo, construido en España. Lo acompañan el McLaren P1, que es uno de los coches más rápidos del mundo, tres versiones del Koenigsegg Agera, que pasa de 0 a 100 km/h en 2.5 segundos, el Saleen S7; el Lamborghini Sesto Elemento; el Ford Mustang y el Bugatti Vieron, considerado por muchos como el vehículo más rápido del mundo.
Si eres amante de la franquicia de Electronic Arts que también da el nombre a esta película: Need for Speed y te apasionan los automóviles que alcanzan velocidades inimaginables, esta es una cita que no te debes perder.
Os dejo un enlace de la BSO para que la podáis disfrutar:
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