‘Eramos pocos y llegaron los aliens’; lo primero de todo es ponernos en situación: En Dillford (Ohio) hace tres días todo estaba tranquilo y se mantenía el estatus de siempre: los vampiros estaban en la parte superior del orden social, los zombis eran en la parte inferior, y los seres humanos se quedaban en el medio. Pero este delicado equilibrio se ve destrozado cuando el apocalipsis alienígena llega a Dillford y pone fin a toda la armonía. Ahora es el humano contra vampiros contra zombies, y todos ellos están en contra de los alienígenas.
#CineCutre
Hasta aquí, algo más o menos normal. A ver…descabellado de narices, pero dentro de la locura que el cine puede proporcionar, algo más o menos normal si que es. Y como no hay mejor manera de conocer algo que hacerlo desde el principio, conozcamos a los protagonistas de la película:
Digamos pues que la película posee todos los ingredientes que la hacen ser un diamante para las jóvenes y alocadas cabezas del público adolescente: los amoríos vampíricos del rollo ‘Crepúsculo’ están; los zombies y su sed de sangre y cerebros al estilo ‘The Walking Dead’ -salvando la distancia, chicos…- están; así como la búsqueda del amor por parte del protagonista humano. A todo ello podemos añadir la acción más estúpida que puedas encontrar por la filmografía mundial; unos aliens dibujados a mano y cientos y cientos de chistes tontos y sin sentido que harán las delicias del público.
Desgranemos esto:
PRIMERO: el vampirito al estilo Edward Cullen malvado –lo comparamos en esta imagen– interpretado por Ed Westwick tiene tela. Entre que tiene cuatro frases, que ninguna de ellas tiene mucho sentido, y que se centra más en cortejar que en hacer de vampiro, no hay por donde cogerlo.
SEGUNDO: Los zombies hablan. No solo es que hablen; es que si dejan de comer cerebros se vuelven hasta inteligentes…de hecho, el zombie amigo del protagonista es más listo en modo zombie que el protagonista en modo adolescente quieroserelhéroe. Tienen una comunidad aparte y se saben en el último escalón de la sociedad, pero eso, lejos de molestarles, les hacen vivir en paz y armonía y dilucidar entre balbuceos y hambre de cerebros.
TERCERO: Claro que hay amoríos adolescentes. De hecho, la única premisa de Vanessa Hudgens en la película es ser la chica popular objetivo del héroe y protagonista. Pero como en todo amor adolescente de película que se precie, la chica no buscará más que el aprovechamiento, luego pasará del chico, luego el chico pasará de la chica, luego se meterá una tercera persona, luego uno llorará, otro… vamos, el rollo de siempre, como dirían los de Extremoduro.
Pero…¿Mola o no?
Un montón. ‘Eramos pocos y llegaron los aliens’ nos sumerge en una película mala, pero la cual disfrutaremos sin ningún tipo de duda, siempre y cuando sepamos que lo que vamos a ver no tiene un fundamento racional en el que asentarse. La cinta es divertida, amena y con todas las cosas que le puedes pedir a un producto semejante. Rápida, sin un objetivo mayor que el de hacer que te entretengas y sin un ápice de vergüenza para mostrar sus carencia.
Una combinación de lo más friki que nos podemos encontrar en la viña del Señor, los zombies, vampiros y aliens son cutres y corrientes a más no poder, y seguramente si estas tres divisiones de la sociedad existen, sean la vergüenza de las mismas, las ovejas descarriadas, pero nos hacen pasar un rato impagable en el que no podemos más que sonreír ante la estupidez que estamos viendo. No sabes si tomártelo como homenaje a los temas que trata, o sentirlo como que te están engañando y comiéndote una basura cinematográfica, pero lo que si consigue es que te quedes hasta el final, y eso, en ocasiones, es más que suficiente.
¿Qué nos podemos encontrar dentro de la película?
Tráiler RED BAND
https://www.youtube.com/watch?v=sKpz9W38r50
Si…habrá más #CineCutre por aquí 😉