Madrid en verano, salir en Netflix, ser casi famosa y poner patatas bravas.
Complicado es en infinidad de ocasiones encontrar el canal por el cual decir, comentar o chillar lo que sea. ‘La de Valeria’ es una voz en alto, en altísimo, que sirve para diversas cosas a la vez. Una de ellas de escaparate, de conciencia por y para todas y todos los que nos creemos (o hayamos creído) que el mundo cinematográfico, el ser actriz o actor, es un camino de alfombra roja, flashes de cámara y fiestas entre gente famosa. Otra de ellas, y esta es mera intuición, pues un servidor la utilizaría, es de desahogo puro y duro, de forma de luchar contra la frustración… de gritar que está un poco hasta las narices, hablando en plata. Y otra de ellas es muestra al mundo de lo que se es capaz de hacer, de sus aptitudes. Y aquí vemos como ‘La de Valeria’ es un cortometraje muy bueno, muy divertido y muy bien creado.
El mismo no deja de ser una sucesión de imágenes de Madrid, principal protagonista casi, y de la gente que va apareciendo: amistades, gente de la calle, bares, la Mahou, el tránsito, y poco más. Pero hay algo que alimenta lo que es ‘La de Valeria’ y que hace que este cortometraje tenga una personalidad tan inmensa y tan suya: la voz de la propia Raquel Ventosa, ahora sí, gran protagonista del cortometraje. Esta voz de Raquel tiene un espectacular poder, una fuerza como si de un látigo se tratara que va convenciendo de su mensaje el cual va calando poquito a poco y mostrando al espectador lo que le quiere contar.
El guion es un ejercicio magnífico y realmente bien trabajado que con formato de prosa poética va contándonos ese mensaje, su situación, casi sin alzar la voz y casi sin alterarse. Esto en solo tres minutos, que es lo que dura el cortometraje, resulta aun más complicado, si tenemos en cuenta la dificultad de llegada que esas palabras tienen para mucha parte del público y a la vez lo mucho que pueden calar en otra parte de ese mismo público. Pero es complicado porque realmente está condensado, algo tan amplísimo y complicado de contar, a esa duración del cortometraje. Al final no deja de ser un elegante grito de muy poquita duración que pone en lo alto de la mesa una verdad como un templo de grande, por lo que las palabras tenían que ser las adecuadas en cada instante y debían tener el énfasis necesario para que el mensaje llegase como debía hacerlo. Trabajo conseguido.
En definitiva, disfruta de ‘La de Valeria’, porque es un trabajo muy corto de duración pero con un mensaje de muy largo recorrido y muy, muy importante. Y, oye, contar realidades y verdades es una de las cosas más complicadas de hacer en el mundo cinematográfico, y si encima añadimos la dificultad de la condensación, más se debe aplaudir un trabajo como este.
Y Raquel… qué no se te olvide.
¿Nos encanta?
Overall
-
Originalidad
-
Fotografía
-
Montaje y edición
-
Música
-
Guion