'El Desertor' (2020, Florian Gallenberger)

Año 1944, en plena Segunda Guerra Mundial. Tras sufrir un accidente, Walter, un joven soldado alemán, es enviado a una pequeña unidad en los bosques polacos rodeada de guerrilleros partisanos. Pronto se debate entre el sentido del deber, la culpa y su propia conciencia, un conflicto interior que se agravará tras enamorarse de Wanda, una guerrillera polaca.

‘El Desertor’ ha sido una de esas series que bien podría haberme ahorrado, y es una pena absoluta, porque la cogí con muchas ganas. El género bélico tiene que gustarte, y yo soy una gran fan. Disfruto las recreaciones, la historia dentro de la historia y ver como, con el paso del tiempo intentamos dar sentido a las atrocidades de las que el ser humano es capaz.

Por desgracia, en esta serie de 173 minutos, que bien podrían haber hecho largometraje, todo es tan extraño, que no llegas a entrar en la historia. Es de esas veces que más bien parece que estás viendo a los protagonistas desde detrás de un cristal, añadiéndole que a ti te han encerrado en otra caja de cristal y te sientes aislado, sin conexión alguna.

La serie se basa en la obra homónima de Siegfried Lenz, de la cual se hablan maravillas. Pero a pesar de contar con un elenco de nivel dentro de sus respectivos países, que incluye nombres como el de Jannis Niewöhner (Borgoña’), Sebastian Urzendowsky (‘Camino a la libertad‘) o Rainer Bock (‘Das Boot: El submarino’), ‘El Desertor’ no consigue levantar el vuelo.

Rodada en Polonia y Alemania, la serie, sabiendo de lo que va, pronto te deja ver esos rasgos tan característicos de la II Guerra Mundial, pero los personajes no transmiten la duda, incertidumbre, el miedo y el cansancio del conflicto. Ni siquiera cuando se presenta a los personajes vemos un atisbo de ello, más bien lo contrario, una calma incierta y poco creíble.

Además a eso debemos añadirle que te lanzan ahí en mitad de una historia, sin dar muchas explicaciones, con un protagonista del que sabemos es soldado, pero que no parece muy espabilado ( ya se encargan de decírselo en la misma serie en unas cuantas ocasiones, por algo será), del que no sabemos ni cómo está vivo, ni que le mueve a actuar como lo hace.

Se deja entrever algo de conflicto interno, pero sobre todo en la primera mitad solo nos dejan verlo por una pequeña y fina ranura, y al menos para mí no ha sido suficiente. No he conseguido en ningún momento empatizar con ninguno de los personajes, y eso que hay donde elegir, que las penurias y desgracias que les acaecen no son pocas. Algunos de ellos son simplemente odiosos, a otros ni los entiendes y con los que quedan no congenias.

Un guion demasiado lento y que muestra poca pasión. Nos conformaremos con los preciosos paisajes polacos, el infinito bosque y el frío que cala a través de la pantalla.