Ki-tae, quien continuamente suspende sus exámenes, regresa a su ciudad natal por primera vez en diez años sin nadie quien le dé la bienvenida.
En 1988, Giuseppe Tornatore presentó una de las películas más emotivas que se ha visto en la gran pantalla, un cuento sobre la infancia, la adolescencia y el paso del tiempo, pero especialmente será recordada como uno de los mayores relatos de amor al cine jamás contados. ‘Cinema Paradiso’ es uno de los más conocidos ejemplos de metacine, o cine dentro del cine, con la fantástica banda sonora de Ennio Morricone acompañando, la historia de Totó y Alfredo maravilló en todo el mundo, ganando el Óscar a mejor película de habla no inglesa, la película italiana ha sido desde entonces objeto de elogio por todos, pero también de homenaje e inspiración por parte del cine que ha venido después, como es el caso de la cinta que nos ocupa, ‘Somewhere in between’. Sin embargo, la directora surcoreana Jeon Ji Hee no ha creado una emotiva película sobre la infancia o el amor al cine, si bien las referencias son evidentes, lo que quiere contar es una historia totalmente opuesta a la obra de Tornatore. Jeon Ji Hee ha creado una película más directa y sencilla que, sin embargo, funciona a la perfección gracias a sus diálogos y su guion, una comedia dramática sobre la frustración y la posibilidad de reinventarse.
El regreso a casa.
Gitae es un joven que tras realizar los estudios de derecho se establece en Seúl con el fin de superar el examen de acceso a la abogacía, suspendiendo reiteradamente. Cuando su madre cae enferma decide regresar a su pueblo natal, observando como todos los que le rodean le consideran un fracasado. Con la idea de volver a Seúl en mente, acepta un empleo en el cine Kukdo, un establecimiento sin mucha clientela pero que dispone de una colección de carteles cinematográficos de gran calidad, algunos de ellos dibujados por el jefe del negocio, el señor Oh, asimismo se reencuentra con Youngeun, su predecesora en el cine, una vieja conocida con la que iniciará una relación.
La frustración.
Gitae es uno de tantos jóvenes, una persona que decidió abandonar toda su vida y viajar a la capital con el fin de realizar unos estudios universitarios para posteriormente aprobar un examen que le garantice un buen salario y estabilidad, tras años intentándolo, el no conseguir este objetivo le provoca una frustración que le hace difícil seguir adelante, asimismo, tendrá que luchar con los reproches de un hermano al que le han ido mejor las cosas, una madre con evidentes rasgos de demencia y la condescendencia de sus viejos amigos. Es evidente a lo largo del metraje el conflicto de Gitae, el protagonista se debate entre la voluntad de seguir adelante para conseguir aquello por lo que tanto ha luchado o abandonar y empezar de cero.
El despertar.
En un principio es la opción de seguir adelante la que Gitae parece tener asumida, esto se observa en las reiteradas llamadas que realiza a un conocido con el fin de que le ayude a conseguir un empleo en Seúl, pero todo cambia cuando aparecen en su vida tres elementos, el cine Kukdo, el señor Oh y Youngeun, en lo que parece ser una especie de ‘Anti-Cinema Paradiso’.
Porque el cine Kukdo es la antítesis del cine Paradiso, es un establecimiento que tan solo subsiste por el interés que levantan sus carteles cinematográficos como atracción turística, y tampoco acuden muchos turistas, así, la primera vez que Gitae distingue a uno de estos viajeros se lo comenta, emocionado, a su jefe. Aquí no veremos esas salas repletas de gente riendo y llorando, o todas las personas que se quedan fuera porque no pueden conseguir entrada, el cine Kukdo no tiene apenas clientes. Tampoco veremos ese amor por el cine que se respiraba en el film italiano, en una de las primeras conversaciones entre Gitae y el señor Oh, citada al inicio de esta crítica, el jefe reconoce a su nuevo trabajador que el séptimo arte le resulta más bien indiferente, tampoco Gitae es un entusiasta del cine, al contrario que Alfredo y Totó. Si el protagonista de la película italiana era un exitoso cineasta que vuelve a casa tras haber conseguido todos sus sueños, Gitae regresa sin haber logrado ninguno, reconociendo el fracaso y sin recuerdos felices de su infancia.
Por otra parte, el señor Oh es lo contrario de Alfredo, un pintor talentoso que lucha contra la frustración de no haber podido pasar de ser el dibujante de los carteles del cine Kukdo refugiándose en el alcohol y durmiendo todas las noches en el propio cine. La conexión de Oh con Gitae es inmediata, ambos conocedores de lo que es la frustración y la imposibilidad de cumplir los sueños, establecen una relación muy distinta a la de Alfredo y Totó, aquí no hay maestro o alumno, ni grandes citas de películas clásicas o grandes consejos, son tan solo dos amigos que se lo pasan bien saliendo a fumar en los descansos del trabajo o saliendo a comer, uno de los puntos fuertes de la película son las tragicómicas conversaciones entre ambos, donde el ingenio del personaje de Oh se hace visible. También se hacen patentes las diferencias entre Youngeun y Elena, el interés romántico de Totó, si la italiana era discreta y controlada en todo momento por su padre, Youngeun es una mujer independiente y vivaz que acumula varios trabajos, siempre alegre y con ganas de hacer cosas, uno de sus sueños es mudarse a Seúl, también muy interesantes las conversaciones entre Gitae y Youngeun, con ella el protagonista se hace consciente de que el mundo no se acaba en un examen, de que hay muchas cosas por hacer y muy poco tiempo por vivir, Youngeun es un rayo de luz en el desarrollo de la película, siendo el personaje más interesante de todo el metraje.
El encuentro de Gitae con estos dos personajes le hace cambiar su visión de las cosas, se da cuenta que las personas de su alrededor, supuestamente triunfadoras, también tienen que lidiar con sus propios problemas y que nada es perfecto. Pero lo más importante, adquiere consciencia sobre qué es aquello que le hace infeliz para no volver a caer en lo mismo.
En conclusión.
‘Somewhere in between’ es una historia sobre como lidiamos con la frustración, sobre nuestros miedos y nuestros fracasos. Con toques de comedia y de drama, la directora Jeon Ji Hee ha realizado una película sencilla pero muy recomendable que nos recuerda que nadie es perfecto y que eso está más que bien. Con un guion muy dinámico, lo más interesante del film son las divertidas conversaciones entre los personajes, en especial entre Gitae con Youngeun y con su jefe, el señor Oh. Asimismo, hay que destacar las actuaciones de Lee Sang Hee como la divertida Youngeun, el mejor personaje de la película, y de Lee Han Wi como el señor Oh.
Tráiler ‘Somewhere in Between’.
¿Pasa el corte?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones
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