Error 4: Mejor película de animación
‘El cuento de la princesa Kaguya’ (Isao Takahata, 2014)]
Vaya por delante que este premio ya nació maltrecho con la exclusión de las nominaciones de ‘La Lego Película‘ (Chris Miller y Phil Lord, 2014) , un film que mostraba una forma distinta de hacer animación, un sentido del humor desbordante, frenético y absurdo, una técnica brillante e ingeniosa… No obstante, nadie debería dudar tampoco de la gran calidad y músculo de las que hacen gala todas las que sí que entraron en el saco. ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’ (Dean Deblois, 2014) fue un película hermosísima y entrañable, al igual que también lo ha sido ‘Big Hero 6′(Don Hall y Chris Williams, 2014); sin embargo, el galardón no hace más que perpetuar una concepción de la animación (y unas majors aparentemente imbatibles) que ha dado lugar a un nuevo clasicismo basado en historias de superhéroes improvisados y de secundarios entrañables y naifs (Olaf, Chimuelo, los Minions, Dug el perro de UP, etc.) ilustrados con la misma técnica (el 3D) y casi siempre orientados a soltarnos la misma moraleja (la posibilidad de superarse uno mismo y, lo que es más importante, de demostrárselo al mundo). Frente a estas películas hacía aparición una pequeña película japonesa, ‘El cuento de la princesa Kaguya’ (Isao Takahata, 2014) capaz de contar una historia intimista ilustrada magistralmente con acuarelas (como también lo estaba la deliciosa ‘Ernst & Célestine’, injustamente ignorada en los Óscar 2014) y que, paradójicamente, gira en la dirección contraria a la que acabamos de comentar: en vez de tratarse de la transformación de un personaje irrelevante y cotidiano en un salvador, en este caso nos encontramos con un ser mágico convertido a la fuerza en princesa que tan sólo desea recuperar una vida satisfactoria alejada de las apariencias y el lujo, lejos de esa hiperrelevancia a la que parecen aspirar el resto de films. Afortunadamente, el resultado de los premios no ha sido tan incomprensible como el año anterior, con ese ‘Frozen’ (Chris Buck y Jennifer Lee, 2013) insípido batiendo a joyas como la mencionada ‘Ernst & Célestine’ (Benjamin Renner, Stéphane Aubier y Vincent Patar, 2013) o incluso ‘El viento se levanta’ (Hayao Miyazaki, 2013), pues al menos ‘Big Hero 6’ contiene una preciosa reflexión sobre el duelo y un innegablemente carismático y entrañable «Baymax», pero aún así queda el sabor agridulce de saber que no se ha valorado la capacidad creativa de los films sino principalmente su adecuación con unos (pre)juicios ya establecidos y con un inercial reconocimientos al estudio que le respalda.
Error 3: Mejor documental
Error 2: Mejor guión original
‘El gran Hotel Budapest’ (Wes Anderson, 2014)]
Error 1: Mejor película
‘Boyhood’ (Richard Linklater, 2014)]
Sin duda alguna el galardón a Mejor Película ha sido – como siempre – el centro de todas las miradas y el de las mayores discusiones, pues es el terreno en el que todo el mundo creemos ser capaces de emitir un juicio al respecto y de defenderlo de forma justificada. En esta ocasión el mundo parecía dividido en dos: o ‘Boyhood’ o ‘Birdman’; poco importaba la admirable calidad del resto de sus competidoras (no nos olvidemos sobre todo de las maravillosas ‘Selma’ (Ava Duvernay, 2014) o ‘Whiplash’ (Damien Chazelle, 2014)) porque todos teníamos claro que una de las dos se llevaría el gato al agua, pues, por una razón o por otra, exigían un reconocimiento por encima de cualquier otro film ya que, de una forma u otra, habían conseguido salirse de la norma establecida.
Ambas son, sin duda, películas valientes y reivindicables, pero mientras que el film de Iñarritu se limitaba a (y se empeñaba en) demostrar su maestría técnica, el film de Linklater se permitía dejar de lado incluso su propia concepción de experimento, yendo infinitamente más allá de la anécdota de haber sido rodada en 12 años, una anécdota que – dicho sea de paso – si bien le ha servido para promocionarse a pesar de su origen ‘indie’, se ha convertido con el tiempo en su mayor talón de Aquiles, pues sus detractores centran todas sus críticas en ese detalle como si cualquier alabanza hacia el film se limitase únicamente a dicho atrevimiento. No hay duda de que ‘Birdman’ ha conseguido (¡con una comedia!) empujar la técnica cinematográfica estadounidense a un terreno de innovación que no parecía pertenecerle (si bien es justo rememorar la épica labor de Sokurov por rodar ‘El arca rusa’ en un único (y real) plano secuencia a pesar de lo pretencioso, minoritario e irregular de su resultado) y, por ende, le son totalmente merecidos tanto el galardón de mejor director – capaz de conceptualizar y coordinar todo el rodaje – como el de fotografía – fundamental para que no se le vean las costuras a este impresionante muñeco de trapo. Sin embargo, en cuanto a calidad cinematográfica – teniendo sobre todo en cuenta las capacidades expresivas del film – ‘Boyhood’ consigue llegar mucho más lejos que el film de Iñarritu: su desbordante honestidad y humildad permiten al espectador presenciar el paso del tiempo y de la vida en general, como si se hubiese conseguido captar un pedacito de eso que es “estar vivo” y plasmarlo sobre la pantalla; no hace falta que uno empatice con los personajes, no es necesario que hayamos vivido lo mismo que el protagonista ni tampoco es necesario que éstos nos caigan bien, pues sabemos que lo que se está contando es tan real que todos podríamos estar en esa pantalla aunque nuestra historia fuera distinta. En definitiva, resulta muchísimo más apabullante y profundo deleitarnos con el fulgor de las estrellas que nos rodean cada día que intentar sorprendernos con unos interminables fuegos artificiales; es, sin duda, mucho más meritorio poner al espectador frente a un espejo en el que pueda reflejarse durante unas fugaces 2 horas y media que plantarle eternamente en la cara el autorretrato de su director.
¿Tú qué opinas? ¿Cuál ha sido tu mayor decepción? ¿Cuál crees que es la mayor injusticia? ¿O crees que son unos premios merecidísimos y que, en contra de su fama, los Óscar han acertado de pleno?
Sí, podríamos estar contestándonos toda la vida, y no nos pondríamos de acuerdo. A mi me sigues sin convencer… No he visto Birdman, por lo que no puedo compararlas, ni tampoco es mi objetivo. No sé cuál de las dos merece más el Óscar, ni idea… Pero aún dandote la razón es muchos puntos de la peli: es cierto, no conozco a nadie que se le haya hecho larga la peli, y también el gran reto que debe suponer dirigir una peli durante 12 años y conseguir esa coherencia y naturalidad narrativa… Ese examen, el de «¿he conseguido enfrentarme al reto de de dirigir una película durante 12 años?», para mí lo aprueba con nota. De hecho, yo le daría un 10 de 10. Ahi te lo dejo. Mi segunda pregunta sería, ¿esa nota le confiere la oportunidad de ganar a la mejor película y pasar a la historia por su valor cinematográfico, más allá del reto anteriormente mencionado? Para mí, no.
Por tanto, mi opinión se basa en algo tan subjetivo, y posiblemente erróneo, como pensar que «la naturalidad, espontaneidad y certeza» que tú tanto ponderas, está sobrevalorada y no llega para cruzar el umbral que marca el podio de las obras maestras, donde tú la ubicas. Para ti no solo no llega, sino que permanecerá ahí para el resto de sus días…
Lo que tú tanto valoras de «su capacidad para transmitir el paso del tiempo (yo lo considero un factor esperable dada la propia naturaleza de la película) y ese algo tan extraño, imprevisible (imprevisible ¿anda ya? si se podrían pintar ya los 12 años siguientes), falto de trama ( de acuerdo, yo a eso lo llamo plana) y lleno de virajes que es la vida en sí (sip, como habrá cambiado tu vida, la mía y de cualquiera, en los últimos o próximos 12 años).
En fin, todo es opinable… pero a mi ni no me convences con esta peli!