'Orange is the new black' T7 (Jenji Kohan, 2019) Una serie que siempre fue pionera| Netflix

Tras más de un año y medio después de estrenarse en Estados Unidos la séptima y última temporada de ‘Orange is the new black’ en Netflix. Esta semana finalmente ha llegado a la plataforma de nuestro país (anteriormente sólo se podía ver en Movistar +). La serie ha sido un fenómeno de masas. Y esta temporada se presenta como una despedida amarga a una serie con un elenco soberbio y una calidad notable.

La serie empezó siendo una historia basada en un hecho real, que se centraba en la vida de Piper Chapman en la cárcel. Sin embargo, ha terminado siendo una serie de culto con un grupo de actrices de extraordinario talento y con un desarrollo y crecimiento bestiales. Las historias detrás de cada personaje, son historias que han ido evolucionando temporada tras temporada de una manera fundada y coherente. Este hecho, ha dado lugar a un conjunto de relatos ficticios con una verdad y una repercusión descomunal.

El principio del fin.

No sé si alguien vaticinó el potencial de esta producción allá por 2013, cuando Netflix cambió el mundo de las series. Hoy en día es normal, pero en 2013, Netflix decidió lanzarse a la piscina y lanzar de una vez la temporada de OITNB. Pero lo que está claro es que, apostó fuerte, y si lo hizo por algo sería. El tiempo le ha dado la razón a Netflix y el éxito de ‘Orange is the new black’ es incontestable.

Muchas son las series de cárceles, pero solo ‘Orange is the new black’ se atreve a contar la verdad de los problemas del sistema penitenciario norteamericano. Y para contar esa verdad no bastaba con Piper y Alex, hacía falta mucho más. Presas reales, presas que representan la realidad que se vive día a día en una cárcel estadounidense. El acierto de abrir la serie a un conjunto de historias diferentes, diversas y profundas es lo que hace que ‘Orange is the new black’ haya sido una serie de renombre y un acierto en todos los sentidos.

Esta última temporada viene con muchos frentes abiertos y con la ineludible tarea de cerrarlos todos ellos. El miedo a un batacazo o a un final desmerecido para algún personaje estaba ahí. Sin embargo, ‘Orange is the new black’ ha sabido despedirse dignamente. El final de la serie es un inteligente y cuidado homenaje a cada uno de los personajes que han pasado por la serie.

Los problemas de Orange, problemas de América

‘Orange is the new black’ siempre fue pionera. Hace ya más de siete años, y con Netflix dando sus primeros pasos, era impensable que una serie hablara sin tapujos de tantos temas controvertidos como la encarcelación masiva, de la cosificación de la mujer o del racismo sistemático.

A la creadora de la serie nunca le ha temblado el pulso a la hora de hablar de la sociedad y sistema estadounidense. Lo qué empezó siendo una historia sobre cárceles, se ha convertido en una crítica amarga y empírica de un sistema que hace aguas. Y Jenji Kohan retrata perfectamente y humaniza a las presas de manera soberbia.

Lo que se ha ido desarrollando durante seis temporadas, culmina en una séptima temporada apoteósica. Esta temporada, en vez de cerrar frentes, se atreve a abrir nuevos y terminar de representar los problemas más actuales y crueles de una sociedad deshumanizada ante las injusticias.

La encarcelación masiva y el racismo han sido temas recurrentes a lo largo de la serie y que siguen ahí esta última temporada. Pero no solo eso, personajes como Blanca Flores y Maritza Ramos tendrán que enfrentarse esta temporada a la cruda realidad de ser inmigrantes en América y lo que supone ser enviadas a un centro de detención. La propia Piper Chapman, hasta ahora, una de las presas más privilegiadas socialmente hablando de la cárcel, tendrá que enfrentarse a la libertad condicional. Y ya os digo, que no será fácil.

Era de esperar que, con tantas historias y con tantísimas tramas girando en torno a los problemas más injustos y abusivos de Estados Unidos, alguna historia tuviera que cerrarse de una manera más dolorosa y desgarradora. Y ahí reside el encanto de ‘Orange is the new black’. En clausurar una serie con la inteligencia que se le pedía. Todas las presas son apreciadas en mayor o menor medida, y a vista del espectador, todas merecían un final dichoso y próspero.

Sin embargo, no debemos olvidar que, hace muchas temporadas que la historia de amor de Piper Chapman y Alex Vause pasó a ser un tema secundario. Nuestras protagonistas, dejaron paso al cruel retrato de una realidad recurrente y persistente en Estados Unidos. Por eso, no era descabellado pensar que, la creadora de la serie tirara de sus dos pesos pesados para contentar al público. Y por otro lado, utilizara las demás piezas de esta serie para darnos una advertencia sobre el mundo que vivimos.

Efectivamente, ‘Orange is the new black’ nos enseña dos valiosas enseñanzas a través de sus historias y sus personajes. La primera, que el mundo es injusto. Y la segunda que, la esperanza de un mundo íntegro y equitativo se encuentra en el propio ser humano y su capacidad para ver personas donde el sistema nos quiere mostrar animales. Pues, si algo nos deja ‘Orange is the new black’ es un variado y acertado grupo de extraordinarias mujeres que un día cometieron un delito y nunca más fueron vistas como personas.

You’ve got time!

Qué difícil es decir adiós a un show que lleva tantos años en antena y que bien lo han hecho con ‘Orange is the new black’. Atrás nos queda esa portentosa y extraordinaria cabecera que hemos visto durante años y que nunca hemos sido capaces de pasar para adelante porque simplemente es pura magia.

Así pues, la impresionante última temporada de ‘Orange is the new black’ nos espera finalmente en Netflix. Indudablemente, esta temporada ha sido una emoción contenida y un nudo en la garganta constante. Las historias que tantos años llevan con nosotros llegan a su fin y todas de ellas son inolvidables.

Es una despedida agridulce y acertada a una serie que ha roto moldes y ha puesto cara a muchos problemas que hasta ahora eran invisibles. Una serie que ha ido aplicando eso de renovarse o morir, pero sin nunca perder su esencia. ‘Orange is the new black’ ha sabido combinar drama y comedia y nos ha obsequiado con una emocionantísima historia inmejorable en el arte de narrar lo cotidiano de la vida de las mujeres en prisión.