‘Fallout’. Revelación (post) nuclear (2024)

Tradicionalmente las adaptaciones de videojuegos no han gozado de buena fama, si bien no es menos cierto que engendros primigenios de la ralea de ‘Super Mario Bros’ (ídem, 1993) o ‘Street Fighter: la última batalla’ (‘Street Fighter’, 1994) tampoco coadyuvaron a una mayor aceptación crítica. Por suerte para los aficionados al subgénero, la situación ha cambiado de un tiempo a esta parte, con títulos de renombre —y la calidad— de ‘The Last of Us’ (ídem, 2023). ‘Fallout’ se inscribe en dicha tendencia —también en la de los universos postapocalípticos— y se ha convertido, de hecho, en la revelación de la temporada, si no del año.

La serie de Amazon traduce el universo del original con encomiable fidelidad. Se adorna además con un diseño de producción sobresaliente, tanto es así que numerosos pasajes piden a gritos pantalla grande y sonido envolvente. A la espectacular puesta en escena y a una estimulante estética mezcla de atompunk y western (retro) futurista suma ‘Fallout’ un sentido del humor en la corrosiva línea del que preside ‘The Boys’ (ídem, 2019-Actualidad), referencia ineludible en obras de su bizarro pelaje. El resultado es rabiosamente divertido y definitivamente no hace falta haber jugado al videojuego para pasárselo como un enano.

La lúdica ligereza que pudiera preconcebirse es pronto desmentida por la feroz crítica que cabe leer entre líneas y balas dumdum al capitalismo desembridado y a su más perfecto corolario, el American way of life. Poner la seguridad de la ciudadanía en manos de voraces corporaciones privadas, subsumir la inversión en I+D+i a intereses geoestratégicos y armamentísticos y gloriarse de un menosprecio genocida por la biodiversidad y las energías renovables nos suena ya demasiado como para seguir considerándolos meros clichés argumentales de la ciencia ficción.

Sus responsables se muestran muy hábiles en la gestión de la inesperada abundancia de capas y subtextos, así como en el manejo de la intriga, dejando los suficientes cabos sueltos de cara a una eventual segunda temporada que deseamos lo más pronta posible.

Por último, en el apartado interpretativo Ella Purnell y ese par de ojos suyos que parecen delineados por Margaret Keane brillan con la intensidad de una explosión nuclear. A su lado palidece sin remisión un Aaron Moten cuyas trazas —que no su talento— remiten a una especie de Denzel Washingtonmillennial. Mejor aguanta el tipo el estajanovista —echen, si no, un vistazo a su extensa filmografía— Walton Goggins en la putrefacta piel de un necrófago con más cadáveres en el armario que en el estómago.  

Renovada para una segunda temporada.

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Overall
3.3
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Banda Sonora
  • Edición y montaje
  • Guion
  • Originalidad
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A destacar:

  • La dignificación que títulos como éste suponen para el maltratado subgénero de las adaptaciones de videojuegos.
  • Un sentido del espectáculo rabiosamente divertido y no por ello reñido con un mensaje que es un torpedo a la línea de flotación del American way of life.
  • Ella Purnell y esa mirada suya de destrucción masiva.

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Dónde ver Fallout

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