‘Iris’, sentarse a hablar nunca fue tan difícil (2009)

‘Iris’ es una de esas series que nada más estrenarse torna en éxito rotundo. Con 20 billones de wones de presupuesto, fue el drama con mayor presupuesto en su día. Mereció cada moneda invertida. Es a su vez una de las series de acción más reconocidas entre el público internacional dramalover. Su fama en el extranjero más que probablemente venga por un reparto de calidad liderado por un Lee Byung Hun al que la acción le queda como un guante, así como por un acceso sencillo ya que es fácil encontrarla en plataformas.

‘Iris’ es una serie de manual. Un drama de acción que explota cada uno de los grises en los que viven los agentes secretos que deben poner su vida al servicio de una agencia por la que lo darían todo, pero que acaban viéndose envueltos en un entramado político que les hace cuestionarse cada una de sus alianzas. Se le notan los años, pero no hay nada como el toque Bourne y una cámara al hombre y encuadres movidos para darle el toque perfecto para generar adicción. ¿Quién es quien? ¿Es tan clara la línea que separa a aliados y enemigos? ¿En quien podrán confiar?

Todas estas preguntas se lanzan de forma continua al espectador a través de las dudas que van aflorando en los protagonistas. Sabemos que la historia de las dos Coreas es un tema siempre candente en la península. Crear una historia que propone la posibilidad de acercamiento real entre los dos países da mucho juego y atrapa a la audiencia de forma excepcional, sobre todo si se consigue crear una atmósfera de tensión plausible mientras se le añaden innumerables escenas de acción, buenos diálogos e intricadas relaciones personales.

Trepidante desde el principio. Con este Lee Byung Hun no se mete nadie, y menos cuando ves el entrenamiento de la unidad de élite al más puro estilo ‘Gangnam Blues‘, barro siempre de por medio. Los primeros episodios nos ponen la miel en los labios con el ambientazo de la fase de reclutamiento y con los protagonistas dándolo todo físicamente. La serie avanza llenándose de traiciones («you are on your own kid»), malentendidos y encuentros devastadores, pero como en toda buena serie no puede faltar el romance. Esta es una de las cosas que más me gusta de ‘Iris’, lo bien que juega con los sentimientos de los personajes y lo muy consecuente que es el guion con cada una de las decisiones que se toman episodio tras episodio. Nunca se hace melosa o pesada, siempre apoya a la narrativa principal permitiendo crear tensión al mismo tiempo que ofrece escenas de descanso y recuperación para que podamos coger aire y sopesar un poco todo lo que la serie nos está ofreciendo.

Eso no quita que hay minutos y minutos de caricias, paseos y calidez, así como miradas que lo dicen todo, aunque quien sea objeto de esas miradas no sea consciente de ellas. Son muchos los personajes e incontables las interacciones entre ellos debido a la duración de la serie, por lo que una de las cosas que más podemos alabar del guion es cómo trata las complejas relaciones de amistad, amor y fidelidad mientras cada uno de los protagonistas evoluciona a consecuencia de lo vivido.

Lee Byung Hun como Kim Hyun Joon, Jung Joon-ho dando vida a Jin Sa-woo, Kim Tae Hee como Choi Seung Hee y Kim So-yeon interpretando a Kim Seon-hwa son el núcleo principal de actores sobre los que la acción pivota. Cada uno de ellos se encuentra sobrio en sus interpretaciones, creíble en las escenas dramáticas y mucho mejor en las escenas de acción. En ningún momento su presencia parece forzada o se vuelve anodina. Eso sí, Lee Byung Hun arrolla sobremanera cuando se encuentra en cámara, aunque sobre todo ellas, le mantienen el pulso dejándonos escenas memorables.

Seúl, Akita, Shanghái o Budapest son algunas de las grandes ciudades en las que se rodó la acción de ‘Iris’, y no podrían haberlo hecho de forma más acertada. No solo porque las escenas en cada una de las localizaciones está siempre llena de intensidad, sino porque el guion sabe explotar a la perfección la belleza arquitectónica, natural y también climática de cada una de ellas. Seguro se quedan en tu retina los blancos de Akita o las fascinantes luces de Shanghái, mientras que de Seúl recordarás el bullicio de sus calles, así como de Budapest su pausada vida y piedra decimonónica que a voces grita traición.

Se encajan golpes de todo tipo. No importa el personaje, todos y cada uno de ellos da tanto como recibe. Salvo en un par de escenas en las que la acción es tan grandiosa que pierde credibilidad, el resto encaja a la perfección con el ritmo de la narrativa y, por supuesto, con las habilidades y capacidades físicas de nuestros protagonistas. Vas a verlos sangrar, llorar, caer y volver a levantarse.

No sabemos cuantos dobles de acción han participado en la producción, pero lo que si queda claro mientras se disfruta de ‘Iris’ es del espectacular trabajo que hacen a lo largo del rodaje. Hay cientos de escenas de acción, y no exagero. Persecuciones a pie mientras las balas rasgan el aire rozando la piel de los protagonistas, escenas en carretera que bien podrían formar parte de la saga ‘Fast&Furious‘ y peleas cuerpo a cuerpo dónde se pone en evidencia el entrenamiento especializado de los agentes y la necesidad de sobrevivir. Para lo único que nunca hay nadie preparado es para el ataque de los camiones blancos. Solo diremos que ni en Hungría puede una bajar la guardia.

En líneas generales los efectos especiales están bastante conseguidos y acompañan a la acción sin darnos la sensación de contrahechos, lo cual es un logro que debe ser tenido en cuenta por la cantidad de veces que se dan de guantazos a lo grande en esta serie.

Quizá lo único que puede quedar un poco más viejito de este K-drama es el aspecto tecnológico. Quienes hemos vivido los albores de la tecnología recordaremos con nostalgia y una sonrisa en la cara como eran esas producciones que por aquel entonces usaban tecnología puntera en sus escenas, mostrando cableado y servidores, así como ese particular sonar de las teclas mientras se introduce código sin sentido en la pantalla de comandos. Aquellas más jóvenes seguro las encuentran algo raras e incluso cómicas, pero al final del día espero consigan aceptarlas, pues es parte de su encanto.

Merece una mención especial la edición de sonido y la banda sonora que es lo más ecléctico que he escuchado en mucho tiempo. Es maravilloso ver como las series toman recurso líricos de otros países para crear ambientes y vibras que rompen la norma. La música es una de las claves más cuidadas en los K-dramas, pero no son tantos los que se atreven con música variada y multicultural. Por su parte, la edición de sonido está bastante conseguida, sobre todo si tenemos en cuenta que las balas vuelan por doquier y que las explosiones son de lo más corriente en el guion.

‘Iris’ sorprende con su puesta en escena y con un elenco que está tremendo en cada plano. Las emociones son intensas y las sorpresas del guion incontables. ¿Te animas a ver una de las series más icónicas de Dramaland? Si te quedas con ganas de más cuando acabes los 20 episodios que tiene esta temporada siempre te puedes poner la segunda, aunque no debes esperar el mismo nivel, eso sabemos que es complejo de conseguir, sea del año que sea la producción.

¿nos encanta?
Overall
3.3
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Banda Sonora
  • Edición y montaje
  • Guion
  • Originalidad
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Puntos fuertes

  • Buenas localizaciones y montones de acción.
  • Una banda sonora movida, atrevida y multicultural.
  • Romance, acción y espionaje sin par.

Tale of the Nine Tailed, 1938’, fantasía en Joseon

El juego del calamar’, los rostros de la desesperación (Hwang Dong-hyuk, 2021)

Dónde ver Iris

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