El cine del tailandés Apichatpong Weerasethakul es un misterio de lo intangible, su filmografía se centra principalmente en la intuición donde el poder simbólico sobrepasa el tradicional ‘introducción, nudo y desenlace’ para hacer una sopa de sensaciones que se abren y cierran constantemente y donde su línea se basa más en la fuerza de la expresión y la relación que establecemos con la vida y la muerte, de los miedos e inseguridades, de la futilidad de la existencia que en las narrativas simples u orales-tradicionales.
Una cultivadora de orquídeas visita a su hermana enferma en Bogotá. Durante su estancia, se hace amiga de una arqueóloga francesa -a cargo de monitorear la construcción de un interminable túnel- y de un joven músico. Cada noche, le molestan los fuertes golpes de las obras, que le impiden dormir.
El particular estilo de Apichatpong lo catapulta como un artista que sobrepasa la capacidad tradicional de comunicación y que por ello confunde y deja perplejo al espectador por su visión metafísica de la vida donde el sueño, las percepciones, los miedos, el recuerdo y por supuesto la memoria son ejes fundamentales de la sopa que hace de sus creaciones; y sí, es una sopa porque abarca guerras, fantasmas, extraterrestres, recuerdos, espejismos, virus, poesías inconclusas, plantas; toda una multivocalidad de elementos en una sola idea de la que no es ajena en su última película titulada ‘Memoria’.
El film lleva esa marca de planos largos y fijos, paisajes envolventes, sueños (tanto para los espectadores como los personajes principales), silencios y contemplaciones. Su nombre hace eco a la realidad de Colombia si a eso se le suma el primer acercamiento que la mayoría de colombianos tuvieron de la película fue la postura del elenco apoyando las protestas en el país y divulgando la violación de derechos humanos por muertes a causa de la policía colombiana a jóvenes que protestaban, y la el exceso de la fuerza del ESMAD (escuadrón móvil antidisturbios), a su vez que su nombre (el de la película) evoca a la reconstrucción, la historia, y es que efectivamente en Colombia se suele relacionar la memoria con base a la reconstrucción del pasado, y en términos de violencia, para la no repetición de hechos victimizantes.
Apichatpong por su parte viene de un país que ha sufrido controles militares, desapariciones y muerte, él sabe de qué habla cuando de dolor y desaparecidos se trata, y aunque ‘Memoria’ tiene tantos matices y contrastes en los que el vidente y sobre todo la escucha puede perderse, su estrategia hace que el espectador deba esforzarse para captar la trama y está película sin duda tiene una posición política que se demuestra en las escenas de los soldados en las carreteras, de las conversaciones en el restaurante y sobre todo en el sonido de los cuerpos, ese sonido bestial, ese estruendo que atemoriza y que es el factor principal de la trama que es finalmente es la carga histórica de todos aquellos enterrados, de esos espíritus que acompañan a la protagonista, un sonido de ultratumba, del fondo de la tierra pero que tiene una relación directa no solo con el más allá, sino con el espacio mismo y lo que otras especies ven en la humanidad, lo que ellos quieren captar como transmisores y que al final cargamos todos los colombianos en los cientos de cuerpos desconocidos que están por ahí regados como semillas de orquídeas enfermas de hongos.
‘Memoria’ comienza con ello, un estruendo que escucha una mujer y que tendrá relación con el sueño, la muerte, fantasmas, extraterrestres, una carga histórica de un lugar, de un objeto porque son estos, los objetos, las piedras las que cargan la memoria. Ella Jesica, (Tilda Swinton) como pasaría en Pedro Páramo evocando al sentir y a la memoria colectiva de latinoamérica nos llevará a conocer personajes que podrían estar o no vivos, como se dirá en la película: “para qué televisión, cine, deporte si cada objeto está lleno de historias y memorias”
‘Memoria’ es cine lento que hace de la lentitud el ritmo necesario en el que la vida se contempla a sí misma, es ficción y es historia, será difícil entender cosas como los extraterrestres y encontrarles relación con los sucesos y lo qué esperamos encontrar que para muchos puede ser decepcionante porque es una película más simbólica que literal y nos ofrece la memoria no como en Colombia se acostumbra a entenderse o trabajarse, pero sí, sigue siendo política y reflexiva, aunque con algunos errores como la discusión en el restaurante que además puede ser un error graso del director (quizás por no conocer el país, no ser nativo de él) que sitúa a un grupo de indígenas del amazonas “no contactados “ que hacen hechizos para que los blancos y colonos no los encuentren, además afirmando que estos son muiscas (un error geográfico, histórico y cultural asqueroso) lo que a mi parecer es etnocéntrico, un lugar común del desconocimiento de tradiciones milenarias.
Para quienes la vean sin ser colombianos, la película no se graba en el Amazonas como se lee en algunas críticas, se graba en Bogotá y la zona andina de Colombia; el país tiene una de las cifras más altas de desaparecidos forzada interna con más de 70.000 desaparecidos desde 1975 al 2022; es el país más peligroso para sindicalistas y defensores de derechos humanos, sin contar la cantidad de masacres de los últimos años que contando solo lo corrido del 2022 supera las 30; es el país que más fosas comunes urbanas tiene entre las que se encuentra la más grande del mundo ubicada en la ciudad de Medellín (donde vive la protagonista de la historia); su planta principal y más representativa es la orquídea que sale en la película y es tratada simbólicamente, no solo porque el personaje principal (Jesica) la colecciona, sino por las infecciones que la acarrean como una representación de una nación hermosa con un gran número de infecciones que son enaltecidas en poemas y desde el arte; y con obras que buscan llevar ‘desarrollo’ a las regiones, pero que a su vez implican demoras de años, como los túneles que atraviesan montañas que duran años en construcción, suman desfalco de recursos a causa de la corrupción, para concluir que es a su vez un hermoso territorio con imponentes paisajes, por ello no es de extrañar que Apichatpong lo eligiera para su historia, o entrados en la trama de la película, para que los extraterrestres también, como fiel homenaje a Odisea en el espacio, a pesar de algunos errores de lectura cultural, como cuando se refiere a grupos indígenas.
Tráiler de ‘Memoria’
Germán Adrián Cantor Rocha
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