Emma (Maia Zaitegi) quiere aprender a comunicarse con el espíritu de una niña que lleva siglos atrapada en la ermita de su pueblo. Intenta convencer a Carol (Belén Rueda), una incrédula y falsa médium, para que le enseñe a hablar con fantasmas. Su ayuda será el único camino para seguir unida a su madre enferma cuando ella muera. Si Carol no la protege, la vida de Emma correrá peligro.
Qué tremenda rabia me da ‘La ermita’. Posee un comienzo impresionante a nivel creativo que nos lleva a pensar que estamos ante otra grandísima obra de Carlota Pereda (tras alucinar de manera fuerte con su primera película ‘Cerdita’), una especie de trampantojo nos lleva a disfrutar de unos primeros minutos inmersivos y perfectamente coreografiados… pero ahí se queda todo. A partir de ese instante, ‘La ermita’ pasa a ser una película que como drama funcionaría de una manera decente, pero que en cuanto empieza a inflarse y a llenarse de otros aspectos cinematográficos más especiales y a ir dirigiendo su trama hacia lo espiritual, se pierde y se queda como una película que no llega a ser ni entretenida, ni organizada, ni llamativa.
Y justo ahí es donde, en teoría, ‘La ermita’ debía hacerse fuerte y aglutinar en esos elementos terroríficos y cargados de efectos el gran tesoro que la elevase como una buenísima película; pero en una lenta ejecución y en un batiburrillo que no llega a solaparse de manera correcta en ningún instante no puede el público sentirse cómodo. En el gobierno de la locura y el aturullamiento por contar rápido y no parar al cuidado de sus escenas es donde, como espectador, más rabia siento, puesto que ‘Cerdita’, por ejemplificar con la misma obra de la directora, tenía mucho que contar y una atmósfera que obtener de manera rápida en su metraje, pero lo hacía de manera efectiva y en perfecta armonía con el ritmo de la trama.
No todo va a ser negativo, obviamente. La fotografía que tenemos en ‘La ermita’ es riquísima (culpable Rita Noriega, con quien ya trabajo en ‘Cerdita’) con esas paletas tan diferentes dependiendo de la situación en la que se encuentre la película, lo que quiera transmitir, creando ambiente y manteniendo ese aura que envolvía el halo entre el misterio y el terror de la película. En ese aspecto si que puedes dejarte ir llevando y encontrando pequeños vestigios de luz en la película, pero se queda totalmente descafeinada de cara a un resultado final que te termina otorgando la sensación de unas posibilidades inmensas que no han quedado satisfechas. A todo esto hay que añadir también el hecho de que la película se va desinflando incluso; empieza con esa parte que he comentado que es magnífica, esos primeros minutos de gran manejo y obra, pero luego ya pasa a ser tediosa desde ese instante para terminar llegando a un ritmo soporífero en el que poco se cuenta, poco aporta y poco muestra.
No hay mucho destacable en ‘La ermita’, sinceramente, lo que hace que la nueva película de Carlota Pereda no haya cumplido las expectativas de lo esperado (para mí, personalmente, claro). La historia es entretenida, la ambientación y la fotografía se mezclan de una manera correcta con la edición de sonido, pero se queda todo tan en poquita cosa que los deseos de haber llevado esta buena materia prima a un resultado de alta calidad no han sido realizados. Quizás las prisas, quizás no haya sido templado lo necesario o a saber cual es la razón, pero aquí seguimos confiando en que a la siguiente obra de esta cineasta con un talentao bárbaro veamos ‘La ermita’ como una anécdota.
Tráiler de ‘La ermita’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones