Um Tae-hwa (nacido en 1980) es un director de cine y guionista surcoreano. Su primer largometraje como director fue ‘Ingtoogi: The Battle of Internet Trolls’ (2013), un proyecto de graduación de la Academia Coreana de Artes Cinematográficas (KAFA) por el que fue nominado a Mejor Película, Mejor Director y Mejor Director Revelación en los 1st Wildflower Film Awards y Mejor Película Revelación. A lo largo de ésta década, desde que debutase, ha trabajado dentro de la industria como asistente de dirección para Park Chan-wook. Será en 2016 cuando vuelva a tomar la batuta con ‘Vanishing Time: A Boy Who Returned’, pero es en este 2023, cuando su película ‘Concrete Utopia’ lo ha llevado a uno de los grandes honores dentro del mundo cinéfilo, ya que ha sido seleccionada como entrada surcoreana en la categoría de Mejor Largometraje Internacional para la 96ª edición de los Premios de la Academia que se celebrará en marzo de 2024.
Hemos hablado con él, y nos ha contado todos los secretos de rodaje tras una película de marcado carácter doméstico, pero que consigue resonar ampliamente con quienes conocen la cultura vecinal y social del país coreano.
¡Comenzamos!
Marta: Buenas tardes, muchas gracias por sacar un hueco en la caótica agenda de Sitges para atendernos. Antes de comenzar, enhorabuena por esa nominación a los Oscars 2024.
Um Tae-hwa: ¡Hola! Muchas gracias, estoy contento de estar aquí.
Marta: ‘Concrete Utopia’ no era la película que creía iba a ver y eso la ha hecho muchísimo mejor. No sé como decirlo, pero es una película muy surcorena, y lo digo con todo el buen sentido del mundo.
Um Tae-hwa: ¡oohh! Me alegra mucho que haya sido así, esa era la intención. La he creado queriendo mostrar ese carácter surcoreano y tenía dudas de que la audiencia extranjera se diese cuenta de ello.
Marta: Me ha gustado notar esa diferencia, y a un mismo tiempo sentir que ese comportamiento que tienen los personajes trasciende fronteras y no importa de donde seas, los entiendes, aunque la forma de vivir en ese edificio es lo más coreano que uno puede poner en pantalla.
Um Tae-hwa: ¡¿Has estado en Corea?!
Marta: Si, jejeje, muy recientemente he vivido durante un mes en un apartamento exactamente igual que el de los protagonistas. Será por eso que me ha llegado mucho más la película…
Um Tae-hwa: Por eso lo has comprendido así… (sonríe)
Marta: Una cosa que me ha fascinado ha sido el nivel de detalle que tienen los personajes a nivel de trasfondo. No importa que sea el más secundario de todos ellos, da la sensación de que tienen una vida entera formada tras ellos. ¿Cómo lo habéis trabajado? Hay una cantidad enorme de secundarios…
Um Tae-hwa: Para mi es la primera vez trabajando con un número tan grande de actores. Con los actores principales he podido conversar mucho sobre el guion, pero era una de mis grandes preocupaciones no poder hacerlo con todos ellos. Como iba a ser imposible poder hablar con todos necesitaba buenos actores, buenos profesionales, pero claro, un buen actor siempre tiene muchas preguntas sobre su personaje. Finalmente opté por pasarles muchos detalles de cada uno de ellos para que no hubiese muchas dudas en la construcción de los personajes. Les pasé desde el número de puerta en el que vivían, hasta su profesión, miembros familiares… y antes de rodar hablé con cada uno de ellos por teléfono, concretamente antes de la escena de reunión de vecinos que se puede ver casi al comienzo en casa de una de las vecinas.
Les pregunté que pensaban, cómo creerían que deberían responder cada uno de sus personajes a la situación que se plantea en esa escena y les dije que debían actuar por libre, según lo que cada uno de ellos creyese que debía hacer su personaje. La grabación se ha realizado casi al completo en orden cronológico por lo que este no fue el único momento en qué los llamé, casi al cierre de la película hay de nuevo una reunión muy trascendental para la trama y ahí volví a preguntarles por la decisión que tomaría su personaje.
Marta: En la presentación de la película nos decía a la audiencia que seguramente encontrásemos entre los personajes a uno con el que nos sintiésemos más cercanos. ¿Con cual de ellos es con el que más se identifica?
Um Tae-hwa: Yo… antes de encontrarme en esa situación, prefiero morirme durante el desastre…pero si tuviese que elegir a alguno sería a ese residente que esconde en su casa a personas de fuera del bloque, no porque sea altruista y tenga buen corazón, sino porque se ve en la situación y no le queda más remedio que actuar como lo hace, creo que en mi caso sería similar.
Marta: Un poco como le ocurre a la protagonista interpretada por Park Bo-Young, que actúa como actúa porque le llega la presión del momento y se mueve en base a esa presión externa.
Um Tae-hwa: Si, tienes toda la razón. Lo que se ve reflejado es como reaccionamos en momentos de enorme complejidad, donde se busca sobrevivir, y así se plantea la normalidad de la maldad. No hay nada especial en ello, es una realidad que hay maldad y bondad en todos nosotros.
Marta: Una de las cosas que más he disfrutado del cierre de la cinta, es, gracias a ese giro de guion, que quede dicho que todos somos humanos y las reacciones que se dan en un momento de supervivencia extrema no pueden ser juzgados desde una óptica de seguridad y bienestar, porque además no todos los humanos se comportan de la misma forma, a pesar de encontrarse en situaciones imposibles. ¿Cómo ha encontrado equilibrio entre ese ‘bien y mal’?
Um Tae-hwa: Tanto la maldad como la bondad, e incluso la injusticia y justicia las he buscado a través de personas normales que toman decisiones como lo haría cualquier persona que en su vida diaria no gestiona momentos de crisis como los que ocurren en la película. Si nos fijamos en el protagonista, encarnado por Lee Byung Hun, vemos un villano en toda regla, pero curiosamente fue un personaje aceptado y ampliamente comprendido por la sociedad surcoreana. Están a favor del personaje porque actúa por supervivencia y en parte es llevado a esa situación por lo dura e injusta que puede llegar a ser la vida en Corea del Sur, y muchos se veían reflejados en él.
En cambio, es curioso, porque le personaje de la enfermera, ese que ya hemos mencionado interpretado por Park Bo-Young, es tomado como un estorbo, porque es un personaje que se lanza a ayudar sin tener un plan en mente. Y creo que ahí es donde subyace el equilibrio en como somos conscientes de que hay maldad y bondad y de que dependiendo de cuales sean las circunstancias podemos dejarnos llevar más por una que por la otra sin sentir rechazo.
Marta: Pasando al apartado técnico. ¿Cuál ha sido la parte más compleja de rodar? Vemos bastante efecto visual y hay una gran cantidad de actores en pantalla…
Um Tae-hwa: Esta es una pregunta muy difícil, porque querría responder que todo ha sido complicado jejeje. Técnicamente ha sido difícil todo. Una de las mayores complejidades era encontrar un bloque de apartamentos en los que poder grabar. Como eso no fue posible acabamos construyendo un bloque para el rodaje que tenía tres plantas, a partir de la tercera planta todo era CGI. Entonces, la dificultad estaba en un personaje mirando desde abajo a una planta que no existía, así que alguien del equipo, con un láser apuntaba a la zona donde debía mirar para que luego cuadrase la escena eso añadía un extra de trabajo interpretativo a la escena, y lo mismo ocurría con esos personajes que debían mirar desde arriba hacia abajo. Pero ahora que me preguntas, y mientras pienso en el proceso me ha venido a la cabeza una cosa, y es que el rodaje se llevó a cabo en pleno verano, en mes de agosto, que era cuando los actores tenían tiempo para rodar. Así que puedes imaginar el calor que pasaron con las parkas y los abrigos puestos, simulando que era invierno a 36ºC. En cada corte había que retocar el maquillaje, refrescar a los actores e incluso cambiar la ropa debido al sudor. Después de las escenas de acción, escurrías la ropa y veías caer agua.
¡Ah! y otra cosa fue hacer que el frío fuese realista. El vaho de la boca de los protagonistas hemos tenido que crearlo con CGI, ayudándonos de un especialista para hacerlo lo más real posible, así que hubo que repetir el diálogo de todos los personajes para ver en que momento inspiraban y expiraban y así conocer el punto exacto en que saldría vaho
Marta: ¡Buah! Han tenido que pasar muchísimo calor rodando, el peor mes de agosto, en cuanto a calor, lo he pasado allí en Corea. Impresionante. Eso me hace pensar en otra cosa. ¿Cómo lo han hecho para cambiar el color, la luz? Porque la luz con la que se vive en un mes de verano dista mucho de ser similar a la del invierno…
Um Tae-hwa: Cómo fue en pleno agosto no podíamos rodar en mitad del día, por lo que evitamos al máximo grabaar en las horas de más incidencia de sol y además, al set de rodaje le añadimos un toldo creado un con material especial para controlar la intensidad del sol que pasaba. A lo largo de toda la película teníamos que crear una sensación y atmósfera como de frio, de nublado…
Marta: Vamos, una atmósfera de desastre natural total.
Um Tae-hwa: Si, y por eso, aun así, una vez grabada la escena tuvimos que retocar el color en el estudio. Ha sido una ardua tarea, pero ha merecido la pena.
Marta: Muchas gracias por contestar a nuestras preguntas. Le deseamos mucha suerte en esa carrera de los Oscars, así como una feliz estancia aquí en Sitges.
Um Tae-hwa: Gracias a vosotros.