En Sitges tuvimos el placer de poder preguntar a Javier Carneros Lorenzo de muchas cosas, entre ellas de su cortometraje ‘El umbral’, el cual presentaba en el festival y que nos cuenta la historia de Mery y Óscar, quienes son una pareja que una mañana se encuentra un vagabundo en el rellano de su céntrico piso de Madrid. Mientras debaten qué hacer, el vagabundo, revelado ya como una criatura informe y voraz, conseguirá entrar en su hogar y amenazar la integridad de la pareja y su bienestar de clase media. Esto nos ha contado:
Jaime: Lo primero, enhorabuena por el corto, es genial. Nos ha gustado mucho a todos.
Javier: ¡Muchas gracias! Lo habéis visto en…
Jaime: Sí, nos pasaron el visionado.
Javier: ¡Claro! Yo es que espero y lo que quiero es… ¡es qué en salas se disfruta mucho! Porque es verdad tenemos una «postpo» de sonido de la que estamos muy contentos y entonces en salas es donde se disfruta más.
Jaime: No, claro… yo espero que todo el mundo la disfrute. ¿Cuál ha sido el germen de ‘El Umbral’? ¿De dónde sale esta idea?
Javier: ¿La idea? La idea sale de… bueno, es una cosa que nos pasó, imagino que además le ha pasado a mucha gente. También eso era parte de la gracia de contarlo. En casa, sales por la puerta un día y resulta que hay alguien durmiendo en la escalera… es un día de invierno, que hace mucho frío y claro, se meten donde pueden, a dormir, intentando escapar del frío. Y a partir de ahí, en realidad, nos provocó todas las reflexiones que luego quise meter en el corto.
Jaime: Sí, que ahora hablaremos de eso porque en la redacción hemos tenido unas cuantas ideas y no se si estaremos cerca, lejos, será una paranoia… (RISAS) así que luego hablaremos de eso. ¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de hacer un corto como ‘El umbral’?
Javier: Bueno, lo que todos los cortos en realidad. Que los cortos se hacen con poco dinero, con muchos amigos, y un poco eso siempre es lo complicado. Lo bueno de nosotros es que tenemos muchos amigos, y a las pruebas me remito porque el corto es la prueba de que hay mucha gente que en cuanto les cuentas lo que quieres hacer, pues se han apuntado.
Jaime: ¿Y cómo es el trabajo de condensar una historia, que la puedes alargar todo lo que quieras, en solo quince minutillos que dura el corto?
Javier: Pues bueno, en realidad es que a mi me gusta mucho el cortometraje, me gusta el formato. Hemos hablado muchas veces de lo difícil que es monetizarlo, cuando en realidad es un formato que teóricamente, y más ahora tal y como se mueve lo audiovisual, debería ser algo que tuviera su oportunidad. Y sin embargo por ahora no parece que sea así… es verdad que luego hay algunos ejemplos, lo digo por las plataformas, evidentemente, y por el consumo más inmediato… están Instagram, TikTok, los formatos cortos, pero en términos de cortometraje, ficción, lo que conocemos como cortos, por ahora sigue sin encontrar su oportunidad, y es algo que sorprende bastante.
Jaime: De hecho muchos de los que hacen cortometraje terminan recurriendo al crowfunding y este tipo de cosas para conseguir sacar dinero para ello.
Javier: Si bueno, es que la financiación en el corto es… ayuda pública, que si es verdad que hay un apoyo al cortometraje, siempre como el primer estadio de la financiación a nuevos creadores. Y esas son realmente las únicas fuentes de financiación porque luego no hay otros instrumentos para que puedas conseguir dinero, inversores, etcétera, porque no hay retorno.
Jaime: Tu por ejemplo, he estado cotilleándote un poco la bio, y llevas mil trabajos en el mundo del cine, de todas las formas y de todos los formatos (RISAS), ¿Cómo te has sentido con la dirección?
Javier: Bueno, es que… el camino para mi, alguna…
Jaime: Por que es tú primera vez, ¿verdad?, perdona.
Javier: Sí, sí. Bueno, te lo cuento. Es el primer trabajo de dirección, después de la escuela. Es decir, el típico corto de escuela de cine que haces cuando acabas, y a partir de ahí siempre piensas que es la primera piedra que pones para seguir con aquello, porque el cine es muy vocacional, y todos, no se si todos, pero la inmensa mayoría entrar por una pasión por el cine y lo que quieres es probarte a ti mismo. Luego la vida te lleva a trabajar, a hacerte mayor y a trabajar. Y algunos van por dirección pero muchos de nosotros empiezan por producción, se meten en arte o te metes en cualquier otra cosa. Mi camino fue ese, yo me metí a trabajar en producción y luego la vida te lleva crecer por ahí, y tuve la suerte de crecer mucho. En mi caso yo estoy muy contento con la carrera que llevé como productor.
Jaime: Y ahora que has dado el primer golpe, digamos…
Javier: Bueno, para mi fue muy natural. Cuando acabé cierta etapa dejé de trabajar como productor en una empresa en la que estuve. En Apaches, con Enrique… en realidad no se habla de empresas, se hablar de productores, eres la mano derecha de un producto, y en mi caso fue con Enrique y con Belén Atienza, en Apaches. Y cuando acabó aquella etapa me pareció muy natural, aparte de pagar las facturas trabajando en cosas, en cosas que sabes, me pareció muy natural retomar la dirección, o las cosas que te apetece rodar y volver a empezar.
Jaime: Y has contado con Carolina Lapaula y Nico Romero.
Javier: Carolina Lapausa.
Jaime: Cierto, perdón. Carolina Lapausa. ¿Amigos o…?
Javier: Pues mira, cada uno es un caso. Con Carolina sí, somos amigos. Nos conocimos en una de esas… trabajó en un proyecto con uno de los productores, y en su día pues nos conocimos, trabajando. Y a partir de ahí siempre sabía que era como alguien a quien llamar y ya «ya tenemos un colega actor», pues eso pasa con Carolina. La teníamos en cabecera por si alguna vez la teníamos en algo.
Jaime: ¡Y lo hace genial, vamos! De hecho, el grito que da… ya llevamos en este momento de la entrevista, podemos hablar un poco de SPOILER. ¿El grito que da sale a la primera?
Javier: ¡Sale a la primera! ¡Sale a la primera! Echó unos cuantos, hombre, repetimos alguna vez. Pero sí, ese grito además tiene como mucha personalidad, parecía como musical, me gusta mucho. Acabó en le tráiler. Le hacíamos una broma, le decíamos que la íbamos a convertir en una «scream queen». Claro ella, el género no… a nosotros si que nos gusta mucho, venimos mucho a Sitges desde hace muchos años, pero ella no es que el género lo tenga super cerca y lo de «scream queen» le hizo mucha gracia.
Jaime: La verdad que el fotograma ese da perfectamente para hacerlo (RISAS). Ahora viene un poco la idea que nosotros hemos tenido en la redacción… yo te la cuenta y ya…
Javier: ¡Sí, sí! ¡Cuenta! Tengo mucho interés…
Jaime: Nosotros hemos pensado, y los que lo hemos visto lo hemos hablado y es verdad que nos sale como acorde a que es una especie de alegoría de la depresión. Porque ella está en la cama, no quiere hacer entrevistas de trabajo, no se levanta que es como una especie de los primeros pasos de una depresión, el no querer relacionarte y demás… a él, que es su pareja, le cuesta mucho bajar la escalera…
Javier: Es una de las aristas. En realidad el corto yo creo que, salvo por como se narra yo creo que tiene una parte muy denotativa. A mi me gusta mucho que haya capas, capas de significado digamos. Pero la primera, la más clara es: el corto lo que quiere contar es un le puede pasar a cualquiera. O como decía un amigo mío: «estamos a tres nóminas impagadas de acabar en la calle», pero nadie es consciente de aquello. Es como la muerte, no puedes pensar en ella porque si no no puedes vivir, pero en realidad, la precariedad no está tan lejos. Y a partir de ahí que relación tenían que tener los personajes para encontrarse en ese punto, a ella le dimos ese punto de partida en el que se ha quedado sin trabajo y eso te baja los biorritmos: por un lado sabes que debes, por otro no quieres, y necesitaba que tuviera ese punto de partida para estar ahí.
Jaime: Además los dos son como muy duales, los dos personajes, porque ella empatiza mucho, le baja una taza de café o de té, no recuerdo ahora mismo…
Javier: De té, de té. De té…
Jaime: Él está ni te acerque ni nada por el estilo…
Javier: Bueno, hicimos dos trabajos con los personajes en el guion. Uno era limar todo lo que no fuese necesario para la historia y que, para que cualquier pudiera empatizar con esos personajes. Que fueran un poco característicos de modo que tu te pudieras ver reflejado en él, que cualquiera se pudiera ver reflejado en él. Pero esos personajes por otro lado había que darles ese punto de partida.
Jaime: Y una pregunta ya un poco de mera curiosidad. Al principio está en el tercer piso, que es dónde viven ellos… ¿y luego por qué acaba en el primer piso?
Javier: Bueno, son… licencias creativas (RISAS). Sí, es parte de lo fantástico, es expulsada a donde ella mismo ha dicho, bueno los dos. En ese caso los dos… ella es algo más ambivalente, lo tiene menos claro digamos, cuando por un lado le quiere ayudar, por otro le parece un fastidio que eso se haya puesto en su casa, se podía haber puesto en otra, etcétera. Y él, decir que lo tiene más claro no sé si es lo correcto, pero desde luego él no quiere saber nada. Él lo dice, hay aquí una manera de actuar, que se lo lleven y listo. En realidad los dos actúan de una forma un poco gilipollas (RISAS) de eso se trataba. Un poco como todos además yo creo, la gracia es que a todos nos nacen esos… pensamientos.
Jaime: Claro, porque además has conseguido que sean dos personajes que tienen una situación complicada, porque al fin y al cabo están en la situación en la que están…
Javier: Bueno, en la que estamos todos, yo que soy autónomo…
Jaime: ¡Qué me vas a contar! (RISAS)
Javier: ¡Pues es en la que estamos todos en realidad!
Jaime: ¡Es que no consiguen llegar a caerte bien! Ninguno de los dos en ningún momento, por lo menos para mi, y eso es algo muy difícil de conseguir que lo has hecho de manera espectacular.
Javier: Sí, sí, sí. De eso se trata. De que en realidad es la parte de ti que no te cae bien. (Y que está ahí siempre, de tapaillo, comenta Marta). Claro, porque esos personajes no te caen bien como esa parte de ti que no te cae bien. No se, te puedo poner el ejemplo más tonto del mundo, como cuando a alguien se le cae algo del bolsillo y tu lo has visto y haces… miras para otro lado y dices: «bueno, yo no lo he visto, a ver si lo ha visto otro y le avisa». Pues eso, eres un poco… todos somos un poco gilipollas a veces (RISAS).
Jaime: En algunos momentos sí, totalmente.
Javier: Había una broma que decía… creo que fue… la otra productora. Que decía: es que este dilema en el que ellos se encuentran, nuestras abuelas no lo tenían. Ya podías salir con el té inmediatamente o ya podías salir con la escoba y pegarle tres escobazos inmediatamente. Pero no tenían dilema. El dilema lo tenemos ahora nosotros en esta sociedad en la que vivimos, que nos han creado estos dilemas, y estos miedos en realidad, porque al final, no en el corto, pero se supone que es una persona como tu con la que puedes interactuar y hacer lo que tu quieras, lo que te nazca, lo que sea, o ayudarle o echarle, lo que sea, pero algo. Aquí no, es más: yo no quiero saber nada, que tengo yo que saber de esto.
Jaime: Y algo ya más en plan técnico, el movimiento de las telas… (RISAS)… ¡esta respuesta te la tienes que traer de casa seguro!
Javier: ¡Sí! (RISAS), si mi problema no es no saber la respuesta si no el no saber si contarla (RISAS) (Secreto de profesión, interviene Marta). Bueno, no, si en realidad para mi es muy evidente como lo hemos conseguido… es que a mi personalmente me encantan los trucos, trucos visuales y la cosa física, evitar… no porque no me guste luego el resultado del CGI, del mundo efectos visuales digitales, pero es verdad que todo lo que consigas, mas en un corto que no tienes dinero, es otro clásico… lo de el hambre agudiza el ingenio, pues lo que haces es trucos con la cámara.
Jaime: De hecho yo creo que queda genial, porque se mueve así lento, a pequeños planitos demasiado lento y yo creo que genera todavía más…
Javier: Bueno hicimos… la idea estaba muy clara desde el principio, luego lo que hicimos pues fueron pruebas, para ver que aquello realmente nos funcionaba. Pero todo tiene que ver con trabajar el caso concreto, aquí lo que tenemos son unas mantas, unas telas… eso funciona muy bien porque a lo mejor con este truco no y necesitas otro, pero sí, la final es agudizar el ingenio para sacar algo que funcione. Y luego confiar en que eso y el resto de elementos lleve al espectador a esa suspensión de la credibilidad, que tu en realidad razonas inmediatamente como lo has conseguido, pero la magia del montaje, el sonido, la música y el cine es lo que hace que tu en una sala oscura te lo creas, suspendas tu realidad y te lo creas.
Jaime: De hecho cuando empieza a moverse entra el cortometraje como en una especie de aura, en una especie de ambiente que es angustia pura…
Javier: Bueno, eso es mérito del guion. Es decir para mi era muy importante y a mi me gusta mucho la secuencia inmediatamente anterior y estás creando ese estado de ánimo y pasas de una cosa que es super real que nos puede pasar a todos que es encontrarte con alguien, y un miedo así muy primario pero muy real… pues había que modular el discurso en esa secuencia ahí intermedia antes de que tengamos el primer susto para crear esa cosa mística que te lleve al mundo de lo fantástico y empieces a entender que aquello te está contando algo.
Jaime: Y bueno, se presenta mañana a las 11:15…
Javier: 11:15, es el primero de la serie… no se si eso es bueno, es malo…
Jaime: Bueno, yo creo que siempre es bueno. ¿Cómo llevas tú personalmente los nervios de cara a presentarlo en un sitio como Sitges?
Javier: (RISAS) Me pasan muchas cosas… conozco a mucha gente y eso siempre en un sitio que haces algo tuyo, porque yo he trabajado con un montón de gente y siempre es lo de los demás. Ahora sientes que te expones y eso siempre te crea nervios, por otro lado también te crea ilusión, porque la gente con la que has trabajado, has creado relaciones muy chulas y les has visto trabajar y también esto te ayuda a entender porque procesos pasan ellos cuando tu has sido su colaborador y ahora, cuando eres tu el que te expones pues recibes el cariño de ellos, entonces esta guay. Pero sí, hay nervios, evidentemente.
Jaime: Claro porque… ¿cuánta gente erais en el equipo del cortometraje?
Javier: Pues… ni muchos ni pocos. Muchos para el espacio que teníamos (RISAS), pero… bueno, pues los suficientes ¿quieres un número? no sé si éramos unos 20 o 30. También el corto… pecamos de una cosa que en realidad cuando haces esto profesionalmente no debes pecar de ello que es conocer bien tu linea de producción, pero en los cortos imagino que esto pasa muy a menudo. Tu empiezas montando aquello y no entiendes muy bien cuál va a ser la linea de producción de tu corto, o sea, hasta que sepas la pasta que vas a tener. En un largo esto no te lo puedes permitir, lo tienes que saber para llegar a buen puerto. En un corto empiezas escribiéndolo, tienes tus dos productores, no sabes si vas a tener mejor o peor dire de foto, mejor o peor dire de arte, o si vas a conseguir una localización y si ya la tienes, y que actores te van a decir que si o que no… por ejemplo esto que me preguntabas antes, Nico fue casting. En realidad vimos a unos cuantos, decidimos y tuvimos la suerte que el primero que queríamos, también porque había currado pues nos dijo que sí.
Jaime: Y… ¿te vas a meter en el largometraje? ¿Tienes algo pensado?
Javier: Sí, sí, si yo estoy encantado de meterme en el largometraje…
Jaime: ¿De terror también?
Javier: Sí, sí… me gustaría, sí sí. Con más poso a menos poso pero el cine fantástico es una cosa que a mi me gusta, ya sea terror o ya sea no terror, pero lo fantástico me parece un vehículo maravilloso o por lo menos a mi me identifica mucho.
Jaime: Bueno Javier, no te quiero robar mucho más tiempo. Muchas gracias y nada, que vaya genial mañana.
Javier: Muy bien, y os recomiendo que lo veáis en la sala si podéis. El sonido es super guay en sala.