Crítica de ‘KIKI, el amor se hace’ (2016, Paco León): Curioso, refrescante y divertido relato

Kiki, el amor se hace - MagaZinema

Título original: KIKI, el amor se hace

Año: 2016 (España)

Duración: 87 min.

Director: Paco León

Reparto: Paco León, Álex García, Natalia de Molina, Belén Cuesta, Luis Callejo, Candela Peña, Luis Bermejo, Alexandra Jiménez, David Mora

Guión: Paco León, Fernando Pérez

Fotografía: Kiko de la Rica

Música: –

Género: Comedia.

Sinopsis: Cinco historias de amor y curiosas filias sexuales coinciden en un calenturiento verano madrileño. Dacrifilia, Elifilia, Somnofilia y Harpaxofilia son algunas de las particulares formas de obtener placer que descubren nuestros protagonistas, pero para disfrutarlas tendrán que decidir cómo integrarlas en sus vidas. Sus sentimientos, sus miedos y sobre todo su sexualidad se transforman rompiendo tabúes, adentrándose en una etapa nueva, emocionante y libre donde no se reniega ni del placer ni del amor.

Crítica de ‘KIKI, el amor se hace’

por Marc Segura

«Curioso, refrescante y divertido relato de amor»

Con una dilata experiencia detrás de la cámara Paco León quiere consolidarse como uno de los directores de referencia del cine español, su último trabajo ‘Kiki, el amor se hace’ nos presenta un largometraje sobre cinco historias de amor con curiosas filias sexuales como componente en común.  Su original argumento la convierte en una atípica comedia romántica que muchos apreciarán por romper con el estereotipo empalagoso y dulzón tan característico del género.

Atrevida pero contenida, el pulso narrativo transmitido por Paco León funciona y sorprende, aunque se echa en falta más atrevimiento en el desarrollo del guion peca, podría haberse exprimido mucho más el potencial del argumento con algunas dosis extra de acidez. Aun así ‘Kiki, el amor se hace’ es un largometraje bien dirigido, interesante y que se deja ver, puede que no sea redondo pero nada sobra en él.

Fantástico y acertado reparto con Paco León, Álex García, Natalia de Molina, Belén Cuesta, Luis Callejo y Candela Peña entre otros, donde todos y cada uno de ellos cumplen y bien, con un equilibrio entre las diferentes historias, todas ellas funcionan por igual gracias en parte a la experiencia de sus personajes y al gancho de su temática.

‘Kiki, el amor se hace’ es un divertido y curioso entretenimiento, los créditos iniciales pueden anunciar erróneamente un largometraje salido de tono, pero nada más lejos de la realidad, las distintas historias de amor y sus filias sexuales son planteadas con tanta sutileza (puede que demasiada) como gracia. ¿Queréis algo distinto a las típicas películas lacrimógenas del género sin renunciar a su ingrediente principal, el amor? ¿Buscáis un planteamiento que aunque algo tímido presenta un lado muy original sobre la sexualidad? ¿Queréis pasar un rato entretenido en el cine huyendo de las tan presentes superproducciones? Entonces ‘Kiki, el amor se hace’ es tu película, sin grandes pretensiones pero efectiva, dulce y simpática, tierna y curiosa y todo ello aderezado con unas buenas interpretaciones.

  • 6.5/10
    Realización - 6.5/10
  • 6/10
    Fotografía - 6/10
  • 6/10
    Montaje y edición - 6/10
  • 6.5/10
    Música - 6.5/10
  • 7/10
    Guión - 7/10
  • 7/10
    Interpretaciones - 7/10
6.5/10

Resumen

Lo mejor: un curioso e interesante argumento representado por un reparto que sabe transmitir el mensaje.
Lo peor: su virtud puede ser su mayor defecto, una pena no haber sacado más jugo al original tema planteado, Paco León tenía aún mucho margen antes de excederse y poder pecar de vulgar.

Tráiler de ‘KIKI, el amor se hace’

3 comentarios en “Crítica de ‘KIKI, el amor se hace’ (2016, Paco León): Curioso, refrescante y divertido relato”

  1. Antes de ver la película leí varias críticas. Sorprendente y alarmantemente ninguna recoge el tema que quiero plantear. Igualmente repugnante es que en pleno siglo XXI, un elenco joven pueda creer que el hecho de que un hombre drogue hasta la pérdida de conciencia a su esposa discapacitada, con el fin de violarla cada noche y someterla a todo tipo de vejaciones, puede tener gracia. No tiene ninguna. Es indignante. Pero no es lo peor. Lo peor es cómo se resuelve esa actividad delictiva y repugnante del marido. Él confiesa a su mujer que ha estado abusando de ella cada noche y se ampara en que (atención) ella le ha negado su cuerpo después de quedar incapacitada y, claro, se ha visto obligado a hacerlo. Lo peor es que tras la confesión, la mujer cae tendida a sus pies. O sea, la violación, el abuso, prescindir de su consentimiento, es una demostración de amor. Eso es extraordinariamente perverso y da una imagen necia y patológicamente distorsionada de la mujer, del amor, y de las relaciones sexuales y afectivas. Asqueroso.
    Por otra parte, el guión adolece de sesgos machistas, rancios y reaccionarios. Considera la infertilidad de una pareja asunto de la mujer; llama a las personas con movilidad reducida, «tullidos» y un sinfín de otros detalles que alarmar a quienes creemos que la sociedad ha dado un paso adelante en la tolerancia y el respeto.

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