Crítica de ‘Nato 0. El origen del mal’ (2023)

Un asesino en serie anda suelto por las principales calles de Nueva York, matando sin ningún tipo de patrón ni perfil de víctima. Para intentar detenerlo, un profesor experto en Criminología (Carlos Olalla) colabora en las investigaciones con una inspectora de policía de homicidios de la Gran Manzana. Una persecución a vida o muerte para descubrir cuanto antes al criminal porque nadie sabe quién será su próxima víctima.

Algo ocurre con ‘Nato 0. El origen del mal’. Y de todo lo que ocurre he de decir que hay algunas cosas que me dan rabia, incluso. Bien es sabido que la creación de esta película no contó con un inmenso presupuesto para llevarla a cabo, pero organizativa y narrativamente no tendría que verse sacudida por este hándicap. La historia de ‘Nato 0. El origen del mal’ está llena de posibilidades para que lo que nos vaya contando sea una estupenda red general con subtramas intensas e interesantes, pero sin embargo nos encontramos ante una historia que, si bien es atractiva medianamente, no llega a tener el buen resultado que casi se presupone desde antes de ponerte a verla.

Esto es lo que cimenta ‘Nato 0. El origen del mal’; esta historia de un asesino en serie en las calles de una Nueva York que se ve hasta el cansancio en cada plano de exterior que posee la película. A raíz de un comienzo directo y con una atractiva puesta en escena, la propia película va quedándose en una obra sin más, interesante en cuanto a lo que nos está contando pero sin ese embelesante halo que todo buen thriller debe poseer que hace que el público se quede absorto y ojiplático con cada escena que se nos presente. No acompaña la fotografía, plana y con un equilibrio que, de no estar hecho adrede, se queda en más mareante que generador de ansiedad; tampoco unas escenas ya colocadas que permiten poco a la imaginación ayudan a ese ambiente de investigación; y ni que decir tiene algunos aspectos que van a caballo entre un intento por lo noir y un resultado triste y con la sensación de estar metido con calzador.

'Nato 0. El origen del mal'

En términos de interpretación lo de ‘Nato 0. El origen del mal’ me chirría también. En primer plano tenemos a Carlos Olalla, hasta ahí todo correcto con su trabajo dentro de la película. A Lucía Guerrero y Geraldine Torres poco hay que achacarles, puesto que su papel dentro de la película tiene esos momentos en los que pueden hacerlo muy bien y lucirse más o menos, pero choca mucho con otros instantes en los que parece que su personajes no ha sido trabajado como debía. John De Luca no llego a creérmelo en ningún instante, lo que es causa de una interpretación que parece forzada en exceso y que no termina de hilar con el trabajo del resto del elenco. Y tener a Jesús Castro para lo que aporta a ‘Nato 0. El origen del mal’ es algo que no llego a comprender; bien podría haberse entretenido en Vulkan Vegas en lugar de formar parte de la película, ya que su escasa presencia no suma nada a la trama de la misma..

En definitiva, no es un no rotundo, pero tampoco es un sí. ‘Nato 0. El origen del mal’ es un thriller falto de tensión, al que se le ve el plumero demasiado pronto y que no deja en exceso a la imaginación. Partiendo de que esto es así y es algo que podemos tener claro desde bien pronto; si nos dejamos llevar por la cinta y no nos desesperamos con ciertos instantes, se puede incluso disfrutar.

Tráiler de ‘Nato 0. El origen del mal’

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  • Fotografía
  • Montaje y edición
  • Música
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