'Notas de soledad', ¿Y tú, cómo te sientes? (Nicolás Muñoz, 2021)

Nicolás Muñoz se atreve con uno de los grandes temas de los que nadie habla en el siglo XXI. Se atreve con el gigante de la soledad, la depresión y las múltiples formas de ver este sustantivo que normalmente nos acompaña en forma de adjetivo. Aún sin quererlo, la pandemia es el fondo histórico que marca este documental, pero no lo define en absoluto, porque con Covid-19 o sin el, la verdadera sombra sobre gran parte de la ciudadanía lleva otro nombre.

Alba, Emilia, Lucio y Tati tienen entre 23 y 86 años. Son hombres, mujeres, y personas sin género definido. Viven en la ciudad, o en un pueblo, o en mitad de un bosque. Sus historias nos hablan de cómo abordar la soledad.

Para muchos el estado de alarma ha supuesto tener que frenar, si o si, y eso ha supuesto un cambio de tempo tan radical que como un bofetón nos ha mostrado que el mundo puede ralentizarse, y ello no supone deje de girar. En una sociedad con un consumismo que desborda el espiritu y la mente, aprendemos a vivir rodeados de todo y todos, pero de una forma quizá demasiado rápida, sin sentido alguno, pues tocamos, pero a un mismo tiempo no lo hacemos, conectamos con personas a lo largo y ancho de todo el globo terráqueo, pero a un mismo tiempo no lo hacemos y somos, en la mayoría de los casos incapaces de conectar con lo que tenemos verdaderamente cerca, porque esa cercanía, ese ser local no es lo que se nos vende como exitoso.

Conocer a los protagonistas de Notas de soledad no lo ha sido menos. Grabar con ellos me ha enseñado cómo la soledad es un concepto con múltiples caras. Y no siempre negativas. Empezamos a filmar durante el confinamiento y todo lo relacionado con la crisis sanitaria ha teñido la película, pero de una forma circunstancial. Este no es un documental sobre la pandemia, es un documental grabado durante ella que habla de la soledad, la deseada y la que no, la que sufren los mayores y también los jóvenes. La experiencia ha sido enriquecedora y espero haber logrado transmitir algo de lo que he vivido y aprendido”.

Es fascinante ver como personas de muy variadas edades, vivencias y formas de ser sienten la soledad y la padecen. Para unos pocos, la soledad es una forma de vida escogida, es volver a las raíces, sentirse en paz y en comunión con aquella naturaleza que les rodea. Depende mucho de las necesidades emocionales y eventos acaecidos en la vida de cada uno, pero como bien muestra Nicolás Muñoz a través de Alba, esa joven a la que acompañamos mientras investiga para un trabajo de la facultad, la soledad es mucho más amarga y oscura para ella y una gran mayoría de la población.

Soledad es sentirse incomprendido y abandonado a pesar de estar continuamente rodeado de gente. La inteligencia emocional, aunque básica para nuestro bienestar y supervivencia, no se enseña en los centros educativos, y no se practica en casa, porque quienes educan nunca han sido enseñados a trabajarla. Así, todos sentimos la presión de las convenciones sociales y a pesar de vivir en ciudades que más bien parecen enjambres, donde siempre hay presencia humana, padecemos desvinculación, olvido y desasosiego por esa necesidad imperiosa de compartir y no tener con quien.

A través de Alba, sus preguntas y una cámara, nos adentramos en el piso de una mujer mayor que vive con su perrita y que cuenta, de cuando en cuando, con la compañía de una voluntaria. Nos mudamos a mitad del campo a conocer a un hombre que decidió dejar la gran ciudad atrás para poder vivir en paz, y por supuesto conocemos las experiencias y cómo piensan un puñado de jóvenes que se sienten oprimidos y asfixiados por un sistema que los devora.

Nicolás Muñoz busca con su relato la empatía, el mostrar formas de vida que bien podrían ser las nuestras, mientras nos hace recapacitar en el sistema social que queremos para nosotros y los nuestros. ¿Estamos preparados para seguir viviendo como lo hacemos? ¿Es vivir ésta desconexión a la que nos enfrentamos?

‘Notas de soledad’ te encantará por su tono distendido, por su montaje fresco y por su tremenda honestidad. Un debate necesario, sin lugar a dudas, presentado en un formato al alcance de todos.