'Soul' (Pete Docter, Kemp Powers, 2020)

¿Alguna vez te has preguntado de dónde provienen tu pasión, tus sueños y tus intereses? ¿Qué es lo que te hace ser… tú? Pixar te lleva en un viaje desde las calles de Nueva York a los reinos cósmicos para descubrir las respuestas a las preguntas más importantes de la vida.

Fotograma de 'Soul' — Fotograma de ‘Soul’

‘Soul’, una celebración a la vida

Sin costes adicionales esta vez, Disney + nos ha regalado en Navidad ‘Soul’, la nueva joya de Disney Pixar, dirigida por Kemp Powers y Peter Docter, director de ‘Inside Out’ y unos de los grandes creativos detrás de ’Up’ y ‘Monstruos, S.A.’. Con su última obra maestra, la cinta que nos ocupa, sigue la estela de ‘Inside Out’, excelente retrato metafórico de los sentimientos humanos. ‘Soul’ es preciosa, honda y rotunda. Con el habitual uso del humor se llega a la ternura, sin sobrepasar nunca la línea azucarada, y logra hacer fácil lo difícil, dar forma a lo deforme, moldear y convertir en sólido conceptos abstractos.

No quiero desvelar nada del argumento, pues es mejor adentrarse en él sin apenas conocer la película. En cualquier caso, con un excelso mosaico de emociones, de una forma divertida y accesible, se dirige a un público más bien adulto, se aborda la complejidad de la existencia humana, su alma, la vida, la muerte, esto es, la existencia y no existencia al mismo tiempo.

Asombrosa y absolutamente imaginativa

Visualmente la cinta es asombrosa y absolutamente imaginativa, el simbolismo en los escenarios, el uso de la luz, los colores o la música es magnífico (el jazz tiene mucha importancia), preciosos planos con detalles picassianos (el cubismo es esencial), dan vida a un mundo que está entre lo material y lo etéreo. Como no podía ser de otra manera, el mensaje existencial de este filme metafórico, poético y metafísico no podía faltar. Muchos de nosotros podemos obcecarnos con un propósito (la chispa) y al ver que no lo alcanzamos aparecen, como molestos fantasmas, las frustraciones, las dudas o los miedos que se revelan en oscuras incertidumbres.

Y realmente, tras reflexionar, concluimos que el sentido de la vida es la propia vida, ir viviendo y construyendo (se) permanentemente una identidad de manera muchas veces improvisada. De igual modo que el jazz rompe el silencio; la vida aparece desde la nada, convirtiéndose esta en algo, para volver de nuevo a su estado primigenio, el no ser después de haber sido.

¿Cómo afrontar la vida y la muerte?, ¿estamos viviendo de verdad?, ¿cuál es el propósito de la vida?, ¿qué nos hace ser nosotros mismos? Son algunas de las preguntas que se toman como punto de partida para construir un relato, esperanzador y vitalista en última instancia, repleto de imaginación, que trata de mostrarnos posibles respuestas a estas cuestiones universales y por tanto inagotables. Adentraos en el interior de ‘Soul’, dejaos llevar por su corriente y recordad este verso nada azaroso, un llamamiento al Carpe Diem, atribuido a Walt Whitman: “No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas”.