Con sus dos films previos – ‘Monstruos S. A.’ (Pete Docter, 2001) y ‘Buscando a Nemo’ (Andrew Stanton y Lee Unkrich, 2003) – el estudio Pixar demostró el nivel de elaboración, tanto técnica como narrativa, que podían alcanzar sus películas. Para su siguiente cinta, John Lasseter consiguió “fichar” a un antiguo compañero de la escuela de animación, el director Brad Bird, quien había cosechado un enorme éxito con su film anterior, ‘El Gigante de Hierro‘ (Brad Bird, 1999), probablemente una de las mejores cintas de animación de los últimos años.
Una vez liberado de sus compromisos con 20th Century Fox, Bird pudo unirse al estudio de su amigo Lasseter, y lo haría entrando por la puerta grande, con una película que el propio Bird escribiría y dirigiría. El título de la cinta en cuestión lo podéis imaginar, se trata de ‘Los Increíbles’ (Brad Bird, 2004).
En una sociedad en la que los superhéroes no solo existen si no que forman parte del día a dia Mr. Increíble desarrolla su labor de luchar contra el crimen. Como todo buen superhéroe, Mr Increíble tiene su alter ego, mundano y corriente, el fortachón Bob Parr. Parr decide contraer matrimonio con la superheroína Elastigirl, o más bien con Helen, su otra identidad, formando así una familia de superhéroes que cerrarán sus hijos Violet, Dash y el pequeño Jack-Jack. Debido a la presión social y popular los héroes caerán en desgracia teniendo que vivir en el olvido, ocultos tras sus identidades secretas.
En este tema en cuestión, Bob Parr no llevará precisamente bien el proceso de adaptación a la vida mundana, atrapado en un insípido trabajo vivirá constantemente añorando los gloriosos días de heroicidades. Pronto aparecerá en la vida de Bob un misterioso personaje, llamado Mirage, con una tentadora propuesta, la cual traerá de nuevo aventuras, pero también peligro para Bob y su familia.
El primer gran acierto de la película no es otro que la incorporación de Brad Bird a la plantilla, quien trae consigo un potente bagaje cinematográfico que aporta aire muy fresco a la narrativa de Pixar, aun algo estancada en esas fechas en tramas demasiado lineales. Bird no es la única incorporación enriquecedora de la cinta, pues ‘Los Increíbles’ es la primera colaboración del estudio de Emeryville con el compositor Michael Giacchino, llamado a ser el sustituto natural de John Williams, quien comenzaría una fructífera relación con Pixar que dura hasta nuestros días y nos ha dejado algunas de las mejores bandas sonoras del estudio de Flexo Jr. Bird se toma muy en serio la narración de la película, dando a cada escena el aire que necesita aunque esto conlleve alargar el metraje hasta casi las dos horas. Giacchino por su parte se entiende perfectamente con Bird, algo que alcanzaría su culmen con su siguiente colaboración ‘Ratatouille’ (Brad Bird, 2007), y sabe captar perfectamente el aire retro y estilizado, heredero del cine de espías y la ciencia-ficción televisiva de los 60 que Bird busca inculcar, creando una banda sonora rica en matices que encaja perfectamente con el tono de cada escena, especialmente en las de acción.
La película es visualmente muy ambiciosa, algo que puede no notarse a primera vista pero que se deja ver tanto en las escenas de acción como en la variedad de espacios e iluminaciones utilizados, con un número mucho mayor al de los films previos. Las dichas escenas de acción son visualmente poderosas y transmiten un ritmo frenético al espectador.
Bird demuestra gran inteligencia a no reducir la cinta a la mera trama de acción, haciendo también hincapié en la parte adulta y humana que plantea, es decir, compaginar la vida familiar con otro tipo de aspiraciones o metas. En cambio, no olvida el fin último de la película que no es otro que el de entretener con la mejor acción y deja las exploraciones personales para futuras cintas de Pixar donde tendrán más cabida, tales como ‘Up’ (Pete Docter y Bob Peterson, 2009) o la reciente ‘Del revés (Inside Out)’ (Pete Docter, 2015)
En conclusión, ‘Los Increíbles’ forma una entretenida cinta de acción para toda la familia, que aun estando lejos del mejor nivel de Pixar es divertida y, sobre todo, digna de ser revisada cada cierto tiempo.