Frank Maldonado es un actor, artista plástico y escritor de Balerma, Almería, que ha desarrollado gran parte de su carrera audiovisual en México y Estados Unidos. En sus inicios en España pudimos verlo en personajes episódicos en series como Motivos personales, Los Serrano o Aída. En 2009 se marchó a México para participar en la telenovela Corazón Salvaje de Televisa, a la que siguieron Antes muerta que Lichita o Como dice el dicho en el país azteca. Señora de acero (Telemundo) y Fortuna (Argos) fueron series destacadas durante esa etapa. Años después, tras conseguir el visado de trabajo como actor, se instaló en Los Ángeles, donde rodó Milagros de Navidad y continúo formándose. En 2019 grabó en Miami la serie Sombras. En 2022 publicó su primera novela Dos mundos en un solo corazón y a principios de 2024 la segunda, Martillo blanco, libro que recientemente ha presentado en Almería. De todo esto y mucho más, vamos a hablar con Frank Maldonado.
Además de por la presentación de Martillo blanco, ha habido otro proyecto profesional que te ha traído de vuelta a España. ¿Qué puedes contarnos sobre él?
Sí, ha sido una coincidencia. Yo tenía previsto venir a Almería para la presentación de Martillo Blanco y han coincidido las fechas con la grabación de una serie en España. Es una producción de ViX+ México y se está grabando entre Toledo y Madrid. Es la segunda temporada de Isla Brava. Mi personaje es secundario e interpreto a un reportero que intenta indagar sobre la información del conflicto que se lleva a cabo en la historia.
La presentación de Martillo blanco fue el pasado 3 de mayo en Balerma. ¿Qué puedes contar de la presentación a aquellas personas que no pudieron asistir?
Pues hicimos la presentación en la Sala Cultural del Pabellón Deportivo de Balerma y se proyectó el booktrailer de la novela. Estuvimos comentando como fue el proceso de investigación y que tuve que hacer como escritor para meterme en la mente de un skinhead. Una de las cosas fue Entrevistarme con una persona que lo había sido, un ex – skinhead, y me dio mucha información para representar la psicología de este tipo de personas. También hablamos de las diferencias de Martillo blanco, que es un thriller, con mi anterior novela, que es más un drama romántico.
Tu primera novela es Dos mundos en un solo corazón. ¿Qué te lleva a dar el paso de publicar?
Cuando conocí la historia real de Dos mundos en un solo corazón había terminado un máster de guion de cine y quise escribir su guion para una película. Comencé a investigar sobre la donación de órganos, especialmente el corazón, y fue tanta la información que recopilé, que a la hora de desarrollar el guion no podía incluir todo lo que quería. Decidí entonces formarme para escribir una novela y publicar Dos mundos en un solo corazón. Me gustó tanto la experiencia que me decidí a publicar otra historia que llevaba en mente: Martillo blanco.
¿Entonces hay un guion escrito de Dos mundos en un solo corazón? ¿Existe un proyecto para su película?
Sí, sí que lo hay. Lo escribí con un vocabulario de España, pensando que tal vez se podría llevar a cabo aquí; pero al desarrollar la mayor parte de mi carrera como actor en México, creo que será más factible hacerlo allí y lo he adaptado.
¿Cómo fueron tus inicios en Almería?
Estudié en la Escuela de Arte de Almería, y el último año entré en una escuela de actuación y comencé a hacer cortometrajes. Mi primera obra de teatro la hice con la compañía Miguel Hernández Teatro y mi debut fue precisamente en el Pabellón de Balerma, con trece años, donde acabo he presentado Martillo blanco. Recuerdo que en aquel debut interpretaba a un cura y que tenía que hablar en latín. Mi profesora de teatro en mis inicios vino a la presentación y estuvimos recordando aquella obra.
En mis inicios también participé en la serie Arrayán, en Málaga, y más tarde, tras un paso por Almería, me fui a Madrid. Allí estudié Bellas Artes, que lo compaginaba con interpretación.
¿Cómo surge la posibilidad de marcharte a trabajar a Ciudad de México?
Pues conocí a Fernanda Castillo en Madrid, la actriz protagonista ahora en Isla Brava, que había venido a interpretar a la protagonista del musical Hoy no me puedo levantar, algo que ya hacía en México. Fue ella quien me dijo que en Televisa había un Centro de Educación Artística (CEA) que todos los años hacían castings para formar a los protagonistas de las telenovelas. Así que decidí ir, me escogieron para formarme y desde entonces allí estuve durante siete años hasta que me fui a Los Ángeles.
¿Cómo fue tu formación en México? Y, ¿qué importancia tiene trabajar el acento?
En CEA, a los extranjeros nos ponían un profesor para neutralizar nuestro acento. Ahí aprendí a trabajar con pinganillo, por donde te van diciendo el texto y como moverte. La telenovela, al ser tantos capítulos, necesita grabar rápido, que no haya muchos fallos. Era algo que en España no había hecho, pues siempre rodaba de memoria, al igual trabajar el melodrama, pues las telenovelas tienen ese color melodramático. Terminada la formación, fui haciendo castings para Televisa y luego ya comencé a trabajar en otras televisiones.
En España, las telenovelas tuvieron su momento en los 80 /90, ¿recuerdas alguna?
Recuerdo La usurpadora, producida por Salvador Mejía y protagonizada por Gabriela Spanic, a quien luego conocí. Era una telenovela que veía con mi madre y con mi abuela.
Continuando con lo del acento y el vocabulario, ¿qué palabras son las que más te llamaron la atención cuando llegaste a México?
Me llamaron la atención los insultos. Pendejo que vendría a ser como gilipollas. Hijo de la chingada, que no lo voy a traducir ja, ja, ja. Cabrón, que, aunque es igual, allí es mucho más fuerte que aquí, o añadiéndole pinche: pinche cabrón que todavía lo hace más fuerte. Güey también me llamó la atención, aunque eso vendría a ser más como tío.
¿Qué destacas de tu paso por Hollywood, Los Ángeles?
Mi paso por Los Ángeles fue un antes y un después tanto en mi vida profesional como en la personal. Hollywood es algo bestial. Te sientes vulnerable, te sientes chiquito, inseguro. Hay otro idioma. Es una ciudad muy dura, pero te hace fuerte. Te empodera más como actor. Como persona te conoces más a ti mismo porque estás tú y la soledad. Para mí fue un antes y después. Allí saqué toda la frustración y enojo que llevaba dentro en la pintura y tuve la gran suerte, después de tocar en muchas puertas de galerías de arte, de exponer. Agradezco haber ido, pues crecí mucho como actor y como persona.
¿Qué personajes de los que has interpretado ha supuesto un mayor reto para ti hasta la fecha?
Sin duda ha sido Billy Baldwin en Sombras. Era un personaje con dualidad actoral, es el antagonista de la serie. Meterme en la mente de un asesino tan macabro requería mucha fuerza. Yo venía de hacer personajes buenos, niño rico, el novio perfecto… y ahí me rompí. Necesitaba ese personaje para sacar cosas de dentro de mí. Fue muy duro, pero a la vez muy gratificante actoralmente.
¿Y cómo fue la elección para este papel?
Buscaban un actor que tuviese acento latino, que tuviese papeles para trabajar en Estados Unidos y que diese una imagen de niño bueno, pero a la vez de loco asesino psicópata. Les costó mucho encontrar al actor. De hecho, yo que creo que los personajes te encuentran a ti. Ese casting ya tenía casi todo el reparto, faltaban solo dos personajes.
Ese sería un buen titular para esta entrevista: «Los personajes te encuentran a ti». ¿Qué te parece?
Sí, totalmente. He hecho castings para personajes que he dicho: ¡soy yo! Y le pones ímpetu y luego no tienes ni callback. Y en otras ocasiones, he ido hacer castings y me han dicho, estúdiate esta escena que creo que me encajas para este personaje, un personaje que no es para el que ibas a hacer el casting y quedarme con él.
Estudiar Arte Dramático y Bellas Artes te ha permitido desarrollar de forma paralela una carrera como actor y otra como artista plástico. Rostros del destino fue tu primera exposición individual. En julio presentas una nueva en México, ¿qué puedes contarnos sobre ella?
Que se va a exponer en el Senado de la República. Todavía no tiene definido el título. Y es una colección, a diferencia de la anterior, en la que me retiro del lienzo, aunque sigo con espátulas, pero con pintura acrílica. Además, incorporo luces de neón, lo que va a darle un toque muy visual.
¿Qué te permite expresar la pintura que no lo hace la actuación?
En la pintura me dejo llevar por mis emociones y no sigo directrices. En la actuación no lo puedo hacer. Puedo indagar sobre el personaje que voy a interpretar, crearlo, pero cuando estás en un proyecto tienes que respetar el trabajo de los guionistas y seguir las órdenes del director.
Un lugar de Almería que recomiendas visitar sería…
Pues diría Mojácar. El pueblo y toda esa parte de playas y calas. Siempre que voy las visito.
¿En qué enclave o escenario te gustaría rodar una escena?
Me gustaría grabar en escenarios de supervivencia, por ejemplo, en la nieve o un naufragio.
¿Cuál es tu plato favorito de México?
Pues no suelo comer picante porque no me sienta bien, así que voy a decir camarones a la diabla.
Y para terminar, queremos hacerlo con una sonrisa, ¿qué hace reír a Frank Maldonado?
Una reunión con mis amigos y hablar de nuestras anécdotas. Eso para mí es un momento increíble. Recordar cuando te conociste, divertiste, viajes…
Hasta aquí la entrevista con el actor, escritor y artista plástico Frank Maldonado, quién ha regresado a España durante unos días para presentar su segunda novela: Martillo Blanco en Balerna, Almería, localidad en la que se crio, y para participar en Madrid y en Toledo en el rodaje de la segunda temporada de Isla Brava, que próximamente se emitirá en ViX.
Si quieres conocer más sobre su mundo artístico: https://frankmaldonado.net/
Imagen de portada: @estudio_14
Pingback: Entrevista a Frank Maldonado – Sinhorizonte_comunicación