En 1997, Takeshi Kitano ganó el León de Oro del Festival de Venecia por ‘Hana-bi’, un violento drama que narra las andanzas de Nishi, un agente de policía que debe enfrentarse a la enfermedad terminal de su esposa, sus relaciones con la yakuza y con la invalidez de un compañero tras sufrir un disparo en una operación policial. La cinta encandiló a todos en el certamen italiano, ensalzándose la capacidad de Kitano para combinar la sensibilidad con la que desarrolla la relación del matrimonio los últimos días de la esposa con una violenta historia de yakuzas, llegándose a afirmar que Kitano había alcanzado su máximo como cineasta. Teniendo en cuenta este éxito, todos podrían tener una idea más o menos clara de cuál sería el siguiente paso en la carrera del japonés, pues lo fácil hubiera sido realizar otra película dramática, un thriller policiaco o una historia sobre yakuzas, sin embargo, de quien estamos hablando es de Takeshi Kitano, por lo que el japonés cambiaría totalmente de registro con su siguiente película, ‘El verano de Kikujiro’, una comedia con tintes dramáticos que, en forma de una particular road movie, supone la vuelta al Kitano más optimista.
Señor, ¿Cómo te llamas? Kikujiro, maldita sea. ¡Ahora vete de aquí!
El verano y el aburrimiento.
Masao es un tímido niño que vive solo con su abuela, tras comenzar las vacaciones de verano, se encuentra la mayor parte del día solo, ya que todos sus amigos se han marchado a pasar el verano fuera, mientras que la abuela se encuentra trabajando. Un día encuentra un álbum de fotos de su madre, a la que no conoce pues según su abuela trabaja fuera para poder enviarles dinero, y una dirección, por lo que el pequeño Masao decide ir en su busca. Al salir de casa se encuentra con un matrimonio formado por una vieja amiga de su abuela, tras enterarse de sus planes, ésta decide que su marido acompañe al niño en su viaje, el problema está en que el hombre no parece ser la mejor compañía posible para un niño.
El verano de sus vidas.
El hombre, al que Masao llama “El Señor”, es una persona con un carácter difícil a quien no le importa mucho el niño, no tiene prisa por llegar a casa de la madre en Toyohashi, en cambio tiene otros planes, como llevar al pequeño a apostar en carreras de bicicletas, ir unos días a un hotel, o pasar las horas en una taberna mientras que Masao espera en la calle, debido a este carácter derrochador se quedan sin dinero rápidamente, por lo que se ven obligados a hacer autostop para continuar un viaje en el que se encontrarán con diferentes personajes y vivirán todo tipo de situaciones disparatadas. Todo el viaje se presenta desde el punto de vista del pequeño, así, la película se estructura en capítulos, cada uno de los cuáles representa una fotografía en el álbum particular de Masao, siendo él quien titula cada uno de los capítulos, de esta forma, ‘El señor es muy raro’ o ‘El hombre que da miedo’ son dos de los capítulos que conforman la cinta.
Uno de los puntos más interesantes de la película es la diferencia entre la visión del niño y la del adulto, ya que la cinta presenta situaciones que tienen para el pequeño protagonista una interpretación muy distinta, de esta manera, que su compañero de viaje tenga un enorme tatuaje en la espalda que da mucho miedo tan solo es una muestra de que se trata de un hombre que es muy raro, mientras que el espectador adulto se da cuenta que estamos ante un antiguo miembro de la yakuza, lo que hace comprender el carácter tan particular, agresivo o incluso de matón, que muestra el adulto de la pareja protagonista.
Ida y vuelta
Durante su viaje, los protagonistas se encuentran con diferentes personas, una pareja que se encuentra en plena cita, un par de moteros o un poeta que se encuentra recorriendo el país, viviendo todo tipo de situaciones, la mayoría de ellas cómicas, otras más dramáticas, pero que marcan una relación de amistad, o incluso paterno-filial, entre los dos protagonistas que va evolucionando en dos partes bien diferenciadas. En un principio, el adulto no está conforme con el viaje que va a realizar, así todas sus locuras y acciones impulsivas, desde el robo de un taxi al despilfarro en las carreras de bicicletas, las realiza buscando su interés particular, de la misma manera, el pequeño Masao no entiende bien a ese hombre que le acompaña y que no conoce, poco a poco eso va cambiando, Masao empieza a encontrar a su compañero divertido y el adulto empieza a coger cariño a un niño en el que se ve reflejado. Es al comienzo del viaje de vuelta cuando la amistad entre los personajes alcanza su máximo, si bien el adulto continúa cometiendo acciones disparatadas, que en ocasiones le originan algún problema, las realiza buscando siempre el bienestar de Masao, o simplemente para arrancar al pequeño una sonrisa, incluso protegiéndole de la cruda realidad, asimismo, Masao termina por coger cariño a ese señor tan raro que le acompaña a conocer a su madre, en definitiva, ambos terminan por cuidar el uno del otro.
Hay que destacar el trabajo de Takeshi Kitano, tanto en las labores de dirección como en la de actuación. Respecto a la dirección, si bien Kitano ya había demostrado una gran sensibilidad en sus anteriores trabajos, en éste se encuentra especialmente inspirado, hay que ensalzar la manera en que desarrolla la relación entre los dos protagonistas, sorprendiendo la manera en que un viejo yakuza y un niño pequeño pueden forjar una relación de amistad y protegerse el uno al otro. Respecto a la actuación, Kitano realiza una de sus mejores actuaciones como Kikujiro, ese sinvergüenza que resulta ser capaz de cuidar, a su manera, de un niño pequeño.
La banda sonora
Mención especial merece la banda sonora de Joe Hisaishi, habitual colaborador de Takeshi Kitano y del Studio Ghibli, y es que no se puede entender ‘El verano de Kikujiro’ sin la partitura del compositor japonés. El tema ‘Summer’ es sencillamente una de sus mejores composiciones, de una belleza mayúscula, captura a la perfección el espíritu de la película.
En conclusión
‘El verano de Kikujiro’ es una divertida y conmovedora historia sobre la amistad, con muchas situaciones cómicas, y otros momentos más dramáticos, la historia de Masao, un inocente niño pequeño sin padres, y Kikujiro, un viejo yakuza golpeado por la vida, es una de las más entrañables vistas en la gran pantalla. Con la maravillosa banda sonora de Joe Hisaishi, se trata de uno de los trabajos más reconocidos de Takeshi Kitano.
Tráiler
¿Pasa el corte?
Overall
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Fotografía
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Edición y montaje
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Banda Sonora
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Interpretaciones
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Originalidad
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Guion