Quien diga que no hacía falta hacer tener entre nosotros una nueva producción de ‘Downton Abbey’ sencillamente no está diciendo la verdad. Si en algún momento de tu vida has disfrutado de la familia británica de las últimas décadas por excelencia, sabrás, como yo, que se echan de menos, cada día, incluso si no eres consciente de ello.
A los protagonistas de Downton les ocurre como a los buenos amigos, no importa el tiempo que ha pasado desde la última vez que os viéseis, todo está donde debe cuando nuevamente os reunís. No es tarea fácil hacer conectar al espectador con la historia y mucho menos hacerlo empatizar tanto que es consciente del dolor y la alegría de quienes forman parte de la trama, casi antes de que ocurra, pero con los Crowley es algo natural.
Violet, la condesa viuda de Grantham, ha heredado una villa en el sur de Francia de un viejo amigo. Mientras tanto, un cineasta obtiene el permiso de Mary para rodar una película en Downton Abbey. Robert piensa que tener actores y actrices dando vueltas, maquillados, es una idea terrible, pero otros miembros de la familia, y los sirvientes, están encantados con la idea. Para perderse la «película espantosa» de Mary, como la llama Robert, algunos miembros de la familia viajan al sur de Francia para resolver el misterio de por qué el amigo de Violet le dejó una villa. Secuela de la adaptación cinematográfica de la popular serie.
‘Downton Abbey: una nueva era’ consigue hacerte reír y llorar como siempre, sin mesura. Es parte de la esencia Downton y no ibas a quedarte sin ello en esta nueva entrega. Por supuesto, hay también espacio para momentos inocentes, pícaros y por supuesto ácidos, porque si una cosa destaca por encima de todas las demás es la impresionante capacidad que tienen en esta casa de reírse de sí mismos, sabiéndose muy ingleses, para lo bueno y malo.
Una vez más, es Maggie Smith la encargada de ponerlos a todos en su lugar, ella es la estrella que quieres ver y nos la dan en todo su esplendor gracias a una trama que centra la atención en su pasado y presente, permitiendo hablar de como aquellos que se encuentran ahora al final de sus días, después de una larga carrera, también fueron jóvenes, atrevidos y amaron apasionadamente, abrazando su juventud, sabiendo no volvería. Esta parte es sin lugar a dudas la más emotiva de todas, y la que mueve toda la acción hasta llevarla a la Riviera francesa.
¿Nos vamos a ir sin hablar de tus personajes favoritos? Claro que no. No has visto a Carlson en todo su poderío inglés hasta que has visto esta entrega, y cómo bien sabes, es algo difícil de superar, siendo estas palabras mayores que te retarán a ver la película si aun no lo has hecho. Te puede la curiosidad, ¿verdad? También ganan, por fin, algo de atención Cora, la condesa de Grantham, interpretada por una soberbia Elizabeth McGovern y Miss Patmore (Lesley Nicol), que deja alguna de las escenas más memorables de la película bien guardadas en tu recuerdo. Prepárate para reír, sonreír y todo lo bueno que hay entre medias con ella y Daisy.
Obviamente hay que hablar de la producción. Elegancia y Downton Abbey van siempre de la mano, son la misma cosa, te guste o no su estilazo, que aquí, gracias a ese viaje a climas más cálidos nos permite disfrutar de unos blancos ibicencos preciosos, camisas desabrochadas y vestidos que te pondrías sin dudar si tuvieras una mansión por la que pasear en la costa.
Pero no es lo único glamuroso para dejarnos con la boca abierta y muertas de envidia. Gracias a la llegada de Hollywood a la campiña inglesa, habrá una revolución técnica y, por supuesto, moral. El vestuario y maquillaje se lleva a otro nivel cuando se reproduce el set de grabación de una gran superproducción en el salón de la mansión. Actrices de renombre salen de las portadas de las revistas para contornearse por los pasillos de Downton, la modernidad ha entrado por la puerta principal y piensa irse dejando una gran impresión en la familia al completo, sin importar el piso en el que vivan.
Así el maquillaje y vestuario es extraordinario y te hace soñar con un mundo de fantasía, color y elegancia que ya sabemos hace tiempo perdido, pero que aquí parece cercano, posible y familiar. La fotografía y la atención que con la cámara se le muestra al detalle, puede parecer corriente y casi normalizada, porque estamos muy bien acostumbrados al gran hacer de Simon Curtis, el que fuera director de ‘La dama de oro’ y al de Julian Fellowes, que nos ha dejado obras recientes como ‘La edad dorada‘, pero eso no puede restarle nunca importancia, y debe ser siempre comentado y alabado.
Cinematográficamente, ‘Downton Abbey: una nueva era’ es un compendio mucho más complejo que la entrega anterior. A nivel de guion, ata cabos sueltos y da cierre a historias que ya estaban necesitadas de un cierre digno mientras insufla vida en otras que estábamos deseosas de experimentar, haciéndonos soñar con la posibilidad de más y mejor Downton Abbey en el futuro.
Conocer a tus ídolos de la gran pantalla es un sueño, poder estar en la misma habitación puede darte la razón o hacerte caer del burro. ¿Cómo se transformará la vida en Downton cuando las cámaras tomen la mansión? Vete al cine y disfrútala en la mejor pantalla posible, y, si tienes la posibilidad, hazlo en versión original, bien acompañada de alguien dispuesto a reír y llorar a tu lado, vas a necesitar el apoyo moral y tener con quien comentar la película nada más salir. Nosotros esperamos tu comentarios en redes y la web.
Tráiler de ‘Downton Abbey: una nueva era’
¿Nos encanta?
Overall
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Fotografía
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Guion
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Interpretaciones
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Banda Sonora
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Vestuario y maquillaje
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Edición y montaje
User Review
( votes)Puntos fuertes
- La gran actuación coral de unos intérpretes que no dejan de sorprendernos con el paso de los años.
- Volver a casa y hacerlo como si el tiempo no hubiera pasado.