La vida de la familia Bruni Tedeschi da para más de un largometraje, eso lo sabe muy la hija mayor del clan, Valeria, cuyo tercer trabajo como directora, ‘Un castillo en Italia’, llegó a las salas españolas recientemente. Esta producción compitió en la Selección Oficial del Festival de Cannes del pasado 2013 y vuelve a demostrar el talento que posee esta actriz detrás de las cámaras.
Porque hablar de ‘Un castillo en Italia’ es, en gran parte, hablar de la vida personal de su directora. Valeria Bruni Tedeschi utiliza el cine a modo de terapia personal, cosa que ya se pudo ver en sus dos anteriores filmes. Si en ‘Es más fácil para un camello’ hablaba de su relación con su hermana (interpretada magistralmente por Chiara Mastroianni) y la próxima muerte de su padre; y en ‘Actrices’ relataba como una actriz que entraba en los 40 años se enamoraba de un actor mucho más joven que ella; con ‘Un castillo en Italia’ se muestra la pérdida del patrimonio de su familia, sus ansias para ser madre, así como su complicada relación con un hombre más joven.
Louise Rossi Levi, una actriz de 43 años que obtuvo cierta fama y que está ahora retirada, vive a cuestas entre París, ciudad en la que su familia, aristócratas ilustres italianos, tuvo que exiliarse, y un castillo en el norte de Italia, patrimonio del clan. Su madre le recrimina que nunca se ha interesado verdaderamente en nada ni en nadie, que no tiene pareja, ni amigos, ni hijos. Junto con esto, Louise también tiene que lidiar con la salud de su hermano Ludovico, enfermo de sida y cuya vida se va consumiendo a la par que el patrimonio familiar, que está en crisis debido a los problemas económicos que heredaron del fallecido padre de la familia. En medio de este drama aparecerá Nathan, un joven actor, hijo de un afamado cineasta, que enamorará a Louise.
Y es que la realizadora tiene una estupenda destreza. Hablar de uno mismo puede parecer tarea sencilla pero hacerlo de manera equilibrada, distante y acorde puede resultar complicado. Por eso, Bruni Tedeschi se reserva los principales papeles para ella y seres más cercanos. Ella interpreta a Louise, actriz retirada algo neurótica, y lo hace acercándose mucho a la intimidad de su vida, dándole igual si la muestra demasiado. La actriz y directora se desnuda ante la cámara mirándola directamente a los ojos. Una artista que nunca ha estado a la sombra de su hermana, Carla Bruni, y se nota. Su madre, Marisa Borini, es también su madre en la película y tiene uno de los personajes mejor retratados de la cinta. Borini debe lidiar con los problemas sentimentales de su hija, la enfermedad agónica de su hijo, la pérdida del patrimonio familiar que se esfuma lentamente, la vuelta de antiguas amistades interesadas. Louis Garrel, ex pareja sentimental de la directora, es Nathan, ese actor al que le pesa la fama de su padre, un reconocido cineasta, y que no sabe exactamente que desea en la vida. Garrel se ríe de sí mismo mostrando un personaje insatisfecho, caprichoso, y adorablemente egoísta.
La reconocida actriz demuestra su habilidad como guionista y directora, su tercer largometraje tiene ya unas señas de identidad y marca personal. La cineasta se burla ácidamente de sí misma, manteniendo una paradójica distancia con su personaje para evitar la sensación de estar viendo banalidades. Quizás peca de ser excesivamente autocomplaciente en algunas escenas y que el guion no guarde una lógica completa en sus personajes pero ‘Un castillo en Italia’ es un estupendo reflejo de la decadencia de una familia aristocrática europea, de cómo esa gloria pasada se va esfumando lentamente, del peso de la herencia familiar. Una comedia dramática o drama cómico según como se vea, donde los ricos también padecen y su declive resulta ciertamente agridulce.