Crítica de ‘Objetivo: Londres’ (2016, Babak Najafi)

Año: 2016 (Estados Unidos)

Duración: 99 min.

Director: Babak Najafi

Guión: Katrin Benedikt, Christian Gudegast, Creighton Rothenberger

Fotografía: Ed Wild

Música: Jeffrey Michael

Género: Acción.

Sinopsis: Tras el fallecimiento del primer ministro británico en extrañas circunstancias, todos los líderes mundiales se reúnen para su funeral. Pero existen planes para que el acto, que cuenta con la mayor seguridad del planeta, sea una oportunidad para acabar con los mandatarios y sembrar el caos en todo el mundo. El presidente de los Estados Unidos y sus colaboradores del Servicio Secreto son los únicos capaces de evitar la tragedia.

Crítica de ‘Objetivo: Londres’

por Jaime Garzía

«Más de lo de siempre, pero bien»

A ver, ‘Objetivo: Londres’ es más de lo de siempre: acción, coches rápidos, disparos, explosiones y un héroe cachas que machaque a los malos. El tema es que aquel que se acerque al cine a disfrutar de la película sabiendo esto, hará exactamente eso: disfrutar de la cinta tanto como parece divertirse Gerard Butler en su rodaje. La película nos ofrece 99 minutos de la acción más pura que el cine pueda recordar, sin entrar en parafernalias de si está bien o está mal; únicamente dando por sentado que la acción es lo que ha de primar por encima de cualquier otro detalle de la película.

Gerard Butler es la muestra perfecta de un hombre que realiza su trabajo de manera correcta, aunque sin sobresalir en demasía; y hablamos de la interpretación, no de salvaguardar al Presidente de los EE.UU. Su interpretación resulta ser una muestra de cátedra en cuanto a como interpretar a un héroe nacional, y, quitando que las frases post-asesinato o post-situación chunga arreglada sean más bien malos, es el gran atractivo de ‘Objetivo: Londres’. Aaron Eckart, el presi, también se mantiene tan regular como en la cinta predecesora a esta, y a pesar de estar en territorio enemigo, demuestra una gran interpretación.

Por tanto, y sin alargar más de la cuenta la crítica de una película que tampoco tiene mucho de que hablar; es una película realizada por y para el disfrute más auténtico del espectador que no busque más que una muestra de testosterona, adrenalina o fuerza en pantalla. Unas interpretaciones decentes, un guion escaso -al igual que innecesario-, y todo ello acompañado por una música y una fotografía que están a la altura de lo que se necesita. ‘Objetivo: Londres’ mola, por que sí, por que no hay que pedirle más.