Dicen el refrán que segundas partes nunca buenas. Sin embargo, ‘Monstruos University’ no puede entrar en esta categoría, básicamente porque es una precuela, la primera de Pixar. Tras haber la denostada ‘Cars 2’ y la infravalorada ‘Brave (Indomable)’, llegó este regreso al pasado de ‘Monstruos S.A.’ aunque sin el genial Pete Docter en la realización. Sin embargo, ‘Monstruos University’ continuaba una línea estable y constante que a Pixar no se le acepta.
Mike Wazowski desea ser asustador, es lo que quiere desde que de niño visitó Monstruos S.A. Por ello, ingresa en la Monstruos University, donde puede a aprender las habilidades para convertirse en un auténtico asustador. Debido a su aspecto afable, esto no será una tarea sencilla. Todo lo contrario para James P. Sullivan, “Sullie”, que entró en la facultad sobradamente y que proviene de una familia de reconocidos asustadores. Lo que empezará como una rivalidad y una relación conflictiva se convertirá una amistad donde el compañerismo y la ayuda mutua serán lo primordial.
Algo que parece que no puede realizar Pixar son cintas menores, este apelativo no debe ser tomado como algo negativo, claro que no. El estudio de animación ha creado excelentes filmes, prácticamente todos joyas y obras maestras que van más allá de catalogación absurda de llamarlo género de animación.
Sin embargo, el nivel de excelencia es prácticamente imposible de llevarlo en cada nueva producción si se facturan películas anualmente o cada dos años. Por ello, como pasa con la filmografía de Woody Allen, es necesaria la existencia de esas mal llamadas obras menores, las que hacen que la buena calidad fluya pero que guardan la excelencia para futuros largometrajes. Hay que pagar las cuentas, no se puede vivir del arte pero tampoco se puede abandonar los ideales. ‘Monstruos University’ representa todo lo anteriormente dicho.
Una película que sabe utilizar todos los clichés de la comedia universitaria y hacerlos accesibles al público infantil, y esto se suma a estar ante una cinta de superación deportiva. Una experiencia cinematográfica que supera, por ejemplo, la reciente estrenada ‘Con todas nuestras fuerzas’. El filme funciona, todo está en su sitio, pero el seguidor de Pixar, malacostumbrado a esas excelentes obras que son ‘Up’ y ‘Toy Story 3’, tiene la sensación de no se le está ofreciendo algo realmente novedoso.
Y es verdad, ‘Monstruos University’ no es precisamente un relato innovador, ya se le pueden ver las costuras antes de llegar a la mitad del metraje. Sin embargo, pese a ello, demuestra que la maestría de Pixar puede verse hasta en producciones de corte menos ambicioso. Un ejemplo de ello es Studio Ghibli, que tras producir esas míticas cintas que son ‘La princesa Mononoke’ y ‘El viaje de Chihiro’ hicieron filmes de corte menor como ‘Haru en el reino de los gatos’ y ‘Cuentos de Terramar’, que no son precisamente maravillas pero tampoco fiascos.
Otro apunte es que se está ante el debut en la realización de Dan Scalon, que empezó con el documental ‘Tracy’ pero que se estrenaba en un largometraje de ficción. Pixar tiene a sus grandes directores como son John Lasseter, Andrew Stanton, Bob Peterson, Brad Bird, Lee Unkrich y Pete Docter, artífices de esas grandes que son ‘Bichos’, ‘Buscando a Nemo’, ‘Up’, ‘Ratatouille’, ‘Toy Story 3’ y la reciente ‘Del revés (Inside Out)’. Pero estos realizadores tarden o temprano tendrán que retirarse y el estudio necesita un reemplazo generacional. Con lo cual, es normal que ante los comienzos se les den obras menos ambiciosas pero no por ello malas, como pasa con Scalon o sucedió con Mark Andrews en ‘Brave (Indomable)’ o como lo ocurrido con Peter Sohn con ‘El viaje de Arlo’, que se podrá ver a finales de año (aunque esta viene firmada por uno de los grandes cineastas de la casa).
Dicho lo cual, ‘Monstruos University’ es una cinta que demuestra que Pixar para poder estar en buena forma debe tomar sus descansos. Pese a ello, y esto se ve en el tramo final de la película, su maestría y su magia siguen intactos, dando sorpresas y auténticos giros en momentos en los que se pensaba que, al no arriesgar durante casi todo el metraje, ya no se podía. Y lo hacen derrochando ingenio y saber hacer. Una propuesta notable y muy disfrutable. ¿Acaso alguien se negaría a un refresco de verano?