Quino, el creador de ‘Mafalda’ dijo: “Tal vez algún día dejen a los jóvenes inventar su propia juventud”. La cinta mexicana ‘Güeros’ es la ópera prima de Alonso Ruizpalacios. Una estupenda cinta ganadora del premio a la Mejor Ópera Prima en la Berlinale 2014, se alzó con el galardón de Mejor Filme Latinoamericano en el último Festival de San Sebastián y se convirtió en la gran triunfadora de los Premios Ariel, con cinco victorias (incluidas la de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Ópera Prima).
Tomás es lo que denominan un chico güero, o sea, de cabello rubio y piel blanca. Harta de sus travesuras, su madre decide enviarle desde su natal Veracruz a Ciudad de México, donde vive su hermano ya que está estudiando en la universidad de la capital. Su hermano, al que llaman Sombra, comparte piso con su mejor amigo Santos. El hermano mayor es físicamente lo opuesto a Tomás, moreno y con rasgos amerindios. Los chicos viven a la deriva puesto que la universidad está de huelga y ellos están “de huelga de la huelga”. Un conflicto hará que deciden buscar a una estrella del rock que escuchaba su padre y que “hizo llorar al mismísimo Bob Dylan”. La búsqueda les llevará por toda la ciudad.
Extraño, curioso y estupendo debut como director de largometrajes. Ruizpalacios ya tenía experiencia como guionista de la serie mexicana ‘XY. La revista’, que era la precursora de la celebrada serie ‘The Newsroom’. Esta serie de periodistas sobre una revista masculina se convirtió en una revelación por la innovación que supuso para la televisión mexicana, más dada a culebrones y remakes de series estadounidenses o argentinas.
Con ‘Güeros’ sigue esa estela de autor diferente. Rodada en blanco y negro, esta cinta difiere sustancialmente de otra road movie mexicana, ‘Y tú mamá también’, debido a que se centra en la capital del país y no pretende convertirse en un viaje catártico sobre el ciclo de la vida, no. Esta cinta, con arranque aparentemente forzado, se convierte en un estupendo ejercicio artístico, innovador que es un tipo de ensoñación de las noches de un viaje sin destino.
No se sabe si el director simplemente decide mostrar cómo una generación entera está perdida, sin saber qué hacer y ni siquiera saber cómo realmente organizar algo que realmente repercuta en la sociedad o es que el director pretende mostrar una metáfora con esos estudiantes que pertenecen a una clase social que, al igual que la juventud, no sabe realmente qué hacer. Esos dos hermanos pueden también significar uno de los problemas que tiene México desde su concepción como país moderno: el de la discriminación racial y de clase. Uno es rubio y blanco, parte con más ventajas, y el otro es moreno y mestizo, parte con más prejuicios. Sin embargo, ambos no saben qué hacer realmente en la sociedad, cuál es su sitio.
A este trío de jóvenes se une Ana, universitaria activista e interés romántico de Sombra. Esta muchacha se une a esa extraña discusión en forma de ensoñación y en esa búsqueda de esa estrella del rock, que es realmente un MacGuffin para mostrar las contradicciones de una ciudad y, por ende, extenderlas a un país entero.
Actuaciones espontáneas, magnífica fotografía y momentos en los que el realizador y guionista decide “romper la cuarta pared” para invitar al público a esa interesante reflexión donde hay hasta sitio para la autocrítica. Una estupenda ópera prima que demuestra que el cine de autor iberoamericano puede ir más allá del clásico cine social activista. Una deliciosa road movie a ritmo de rock. El 15-M se contagia a las juventudes mexicanas, aunque a su manera.