Crítica | 'El corredor del laberinto: Las pruebas'

Las sagas distópicas para adolescentes llevan desde hace un tiempo siendo sinónimo de taquillazo (casi) asegurado. Tras cintas de jóvenes magos y vampiros románticos, ‘Los Juegos del Hambre’ abrió la veda a otro tipo de producciones, aquellas en las que los jóvenes adolescentes se enfrentan a un sistema dominado por adultos. Tras el enorme éxito de la franquicia basada en los libros de Suzanne Collins (y en la cinta de culto japonesa ‘Battle Royale’) llegó ‘La serie Divergente’, con otra líder igual de carismática. Y después llegó una perspectiva masculina con ‘El corredor del laberinto’, basada en la primera de las tres novelas de la saga de James Dashner. Ahora llega ‘El corredor del laberinto: Las pruebas’, decidida a convertirse en la segunda parte de una trilogía de éxito.

Thomas, Teresa y el resto de los chicos supervivientes que consiguieron traspasar el laberinto creen que están a salvo, pero eso sólo es inicialmente. Ahora deberán enfrentarse a la Fase 2: Las Pruebas. Thomas, junto con la ayuda de un chico llamado Aris, consigue averiguar que la líder de CRUEL, Ava Paige, sigue con vida. No sólo deberán enfrentarse a esa sociedad científica de horrible métodos para conseguir sus logros científicos, también deberán lidiar con los humanos infectados por el Bielas, que los convierte en seres semejantes a zombis.

‘Las pruebas’ continúa en Wes Ball en la dirección y con T.S. Nowlin en el guión. El ritmo sigue siendo desde el inicio frenético, es una extensión de la primera parte, aquella en la que sus virtudes eran fraccionar la información y mantener en vilo al espectador hasta el último momento. Y eso es una de las virtudes de esta segunda parte, el ritmo de acción se mantiene, la información se sigue dando en pequeñas dosis, el filme desvela poco a poco sus datos para llegar a una conclusión: Hay que luchar contra “esos adultos” y sus horribles experimentos y hay que salvar a los compañeros y a la civilización.

Si ‘El corredor del laberinto’ podría catalogarse como una versión oscura y distópica de ‘Los Goonies’, esta continuación se desvincula de ese aura para meterse de lleno en una cinta llena de acción, aventura y un elemento muy de moda, zombis. ‘Las pruebas’ convierte a sus protagonistas en personajes más arquetípicos cometiendo fallos semejantes al del final de la primera parte, utilizando excesivamente el recurso Deux ex machina.

Aunque siga con el sistema de dosificación de la información, esto realmente le perjudica enormemente. No tanto por ese halo de misterio, sino porque en una secuela e espera que esa información sea más detallada. El guión no explica ninguno de los motivos que llevó a la civilización a acabar de esa manera ni como realmente lograron sobrevivir. Elementos importantes para construir un sistema con el que poder rebelarse de verdad. Con la inclusión de los humanos infectados, que ya se dejó ver en la primera película, hace que esta segunda parte tenga elementos claramente llamativos por la moda del momento (‘The Walking Dead’ claramente ha hecho mella) pero que no se saben utilizar.

‘Las pruebas’ no logra mantener la calidad de la primera parte, su reiterativo ritmo hace de esta propuesta una repetición de esquemas de su predecesora. Es más, se da la sensación de que este largometraje es un puente para la verdadera secuela de ‘El corredor del laberinto’, la que se verá en 2017. Aunque, gracias a sus escenas de acción y adrenalina, será una propuesta ideal para los amantes del cine de género.