Mahatma Gandhi dijo: “Sostengo que cuanto más indefensa es una criatura, más derechos tiene a ser protegida por la persona contra la crueldad del ser humano”. La actriz, director, productora y, ante todo, firme defensora de los derechos humanos, Angelina Jolie, decidió darle voz a ‘Difret’, producción etíope que no hubiera podido tener la repercusión internacional que ha obtenido sin su ayuda o dicho reconocimiento le hubiera costado mucho más.
Adís Abeba, años 90, la abogada Meaza Ashenafi ha creado una asociación que ayuda a mujeres y niños pobres que necesiten la ayuda de un letrado. Se enfrenta a un hostigamiento constante por parte de la Policía y del Gobierno. Pese a esto, se atreve a defender a Hirut, una niña de 14 años a la que secuestraron y violaron cuando regresaba del colegio y que consiguió matar a uno de sus raptores antes de escapar. A pesar de haber actuado en defensa propia, Hirut es repudiada por su pueblo y se enfrenta a una condena con pena de muerte.
Premiada por el público en el Festival de Sundance y la sección Panorama de la Berlinale, ‘Difret’ tiene dos significados en su idioma original, el amhárico. Por un lado, significa valiente y; por otro, quiere decir violación. Palabra con dos significados tan equidistantes muestran lo complicado, simbólicamente, de luchar contra las tradiciones en el presente actual en algunas partes del mundo.
Este caso real quiere ser la voz y la imagen de todas aquellas niñas, aquellas mujeres, que han sido secuestradas, violadas y tratadas como mero objeto de intercambio. Esto, aunque el caso sea de los años 90, sigue sucediendo en el mundo y el que Angelina Jolie haya decidido darles esa visibilidad a esas niñas africanas; acerca y concientiza al primer mundo de lo que se vive en ciertos países, lo que se sigue sufriendo.
A diferencia de sus dos patinazos como realizadora, ‘En tierra de sangre y miel’ e ‘Invencible’, con ‘Difret’ la popular actriz delega toda la visión artística y cinematográfica de la obra en un director nativo del país y también novel, Zeresenay Mehari, que también se hace cargo del guion. La verdad es que, teniendo en cuenta estos y primando la importancia de su menaje, esta propuesta didáctica se hace necesaria, convirtiéndose en una película que debería verse en colegios e institutos puesto que es un alegato vivo sobre los Derechos del Niño y sobre los Derechos de las Mujeres.
Cierto es que no innova en el género, porque también es una cinta judicial, y que a la hora de presentar la trama y los personajes lo hacen de forma muy convencional. Pero también es verdad que, debido a su labor didáctica y divulgativa, estas maneras de rodar la película se convierten en comprensibles (es difícil calar a un público mayoritario si se quiere hacer cine de autor). Como también lo que narra, un suceso tan real como horrible y que ha sido tratado con el mayor respeto hacia la pequeña víctima.
No será la obra maestra que es ‘Timbuktu’ pero esta propuesta es una denuncia diplomática que aboga por los derechos de los niños y las mujeres, aquellos con los que se ceba esa dominación machista que sólo sabe hacer daño debido a la toxicidad que desprende. Un rayo de esperanza y confianza para ver que es posible seguir hacia delante gracias a la ayuda colectiva y a la creencia de los derechos universales de la humanidad. Una invitación a unirse en proteger a aquellos que no pueden protegerse. ‘Difret’ no será cine de autor pero su crudo mensaje la vuelve necesaria.