Es difícil abordar la crítica de una película sobre la que se tienen tantas ideas preconcebidas. Ideas de todo tipo, también hay que decirlo. Vamos a analizar los posibles interrogantes que le surgirán al espectador cuando oiga hablar de ‘Snowpiercer‘, para pasar finalmente a realizar una modesta crítica sobre este gran film.
¿Cuáles son los puntos a favor que pueden animar al espectador a ver una película de este tipo? En primer lugar, se trata de una coproducción Corea del Sur/EE.UU de unos 40 millones de dólares, presupuesto que recuperó en tan sólo 10 días en las salas de cine. Está firmada por Boon Joon-Ho, autor de cintas como ‘Memories of murder’ (2003) y ‘Mother’ (2009), lo que significa que viene respaldada por un director coreano de culto que ha cosechado muy buenas críticas y que con el éxito internacional de ‘The Host’ (2006), revolucionó el cine de monstruos gigantes. Para los amantes del cómic, la película tiene otro punto positivo: está basada en la novela gráfica ‘Le Transperceneige’, de los franceses Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette. Estos son, a grandes rasgos, los puntos que apoyan la película de cara a su estreno, a los que con toda seguridad se le sumaría el argumento (leer más abajo).
¿Qué puntos en contra podrían disuadir al espectador de ver ‘Snowpiercer’? Para los no tan amantes de la ciencia-ficción y de las superproducciones americanas (semiamericana, en este caso), podría pasar perfectamente por otra película más del género. Ciencia-ficción, acción, drama y futuro post-apocalíptico (muy de moda este último desde hace algunos años) son las etiquetas que recibe este film. Nada nuevo, ¿verdad? Otra superproducción con un reparto que cuenta con Chris Evans como protagonista, al que ya hemos visto en películas como ‘Los 4 Fantásticos'(2005), ‘El Capitán América’ (2011) y ‘Los vengadores’ (2012), y que viene acompañado de Jamie Bell (‘Billy Elliot’, 2000), de John Hurt (‘Alien,el octavo pasajero’, 1979), de Tilda Swinton (‘Michael Clayton’, 2007) y de Ed Harris (‘El show de Truman’, 1998). Por desgracia, para un espectador que no haya visto ninguna otra cinta del director y que no se sienta atraído por el cine de ciencia-ficción, su estreno pasará totalmente desapercibido y las ganas de ir al cine y pagar la entrada se esfumarán con tan solo leer el argumento. Pero nuestro objetivo en MagaZinema es acercaros a una película que a pesar de venir cargada de prejuicios, nos ha sorprendido gratamente.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=jAPQzW_djGY]
Un fallido experimento para solucionar el calentamiento global acabó con la mayoría de la vida en la Tierra, cubriéndola de una capa de hielo de kilómetros de grosor. El último tren, llamado Snowpiercer (Rompenieves), alberga a los supervivientes mientras recorre el mundo movido por un motor en perpetuo funcionamiento. Pero las circunstancias dentro del tren no favorecen la supervivencia: en la sección de cola se agrupa la clase explotada, que sufre hambre y frío y se alimenta de unas barras de proteínas de dudosa procedencia, mientras que los primeros vagones están ocupados por la clase poderosa, con todo tipo de privilegios, comodidades y excesos. La vida en el tren transcurre de la misma manera día tras día, hasta que Curtis (Chris Evans), un joven perteneciente a la sección de cola, decide rebelarse y cambiar el estado de las cosas. Para ello contará con la ayuda de su compañero Edgar (Jamie Bell), y del sabio anciano Gilliam (John Hurt). Juntos tendrán que enfrentarse a Mason (Tilda Swinton), líder del grupo de privilegiados, que representa al todopoderoso Wilford (Ed Harris), creador de la maquinaria sobre la que tiene el control absoluto…o eso cree.
El espectador afortunado que apueste por esta película saldrá del cine cuestionándose muchas cosas. Porque no se trata de otro film de acción y ciencia-ficción que pasa por nuestra retina sin dejar ninguna huella. Esta vez estamos ante una película de ciencia-ficción distópica y acción épica como pocas. Una historia oscura que va desmenuzando plano a plano la naturaleza egoísta del ser humano. Lo que empieza siendo una caracterización del instinto de supervivencia del hombre en una situación extrema, termina convirtiéndose en un reflejo de nuestro lado más salvaje. El ser humano quiere sobrevivir, y para ello se aferra a lo artificial, a la maquinaria que él mismo ha construido y que curiosamente es el desencadenante del calentamiento global que desemboca en tan desesperada situación. El hombre propone, la naturaleza dispone. Al borde de la extinción, el ser humano vuelve a ser arrogante y construye un poderoso tren que albergará a los pocos supervivientes y que a largo plazo salvará a la Humanidad de la extinción. Pero con lo que el hombre nunca cuenta es con su propia naturaleza, algo que llevamos dentro y que suponemos tan distante, algo que creemos tan propio de otras especies y tan ajeno a nosotros. Somos expertos en complicar aún más una situación ya de por sí catastrófica, de manera que en el tren que conducirá a la “salvación” se establecen clases sociales donde dominante somete a aborregado sin posibilidad de rebelión, y día tras día se cometen las mismas injusticias. Fuera de la pantalla la Tierra se muere y el ser humano acelera su destrucción, en esta película la Humanidad se extingue y el ser humano sigue acabando con sus congéneres. Una frase que podría resumir perfectamente esta gran película. La cinta de Bong Joon-Ho es un potente espectáculo audiovisual que te acerca a dos realidades incómodas: las consecuencias del castigo al que estamos sometiendo al planeta y la gran falta de coherencia de los actos humanos (si se me permite el eufemismo).
‘Snowpiercer’ es una película necesaria. Es ideal para aquellos que huyen de las producciones norteamericanas vacías y carentes de todo sentido, para los que buscan acción con una historia dramática como telón de fondo, para el espectador preocupado por la situación de nuestro planeta y la influencia de la actividad humana en él, incluso para los nostálgicos del omnipresente Ed Harris de ‘El show de Truman’. Es una película que tiene tintes surrealistas que toman forma humana con la maravillosa interpretación de Tilda Swinton, e incluso pinceladas cómicas gracias al personaje al que da vida Jamie Bell. Pero es sobre todo una película recomendada para todo aquel que quiera hurgar en nuestros errores como especie, algo que tan poco gusta y a lo que deberíamos prestar más atención.
¡Disfrutadla!