La dama del crimen y el misterio, Agatha Christie, dijo: “Lo más razonable que se ha dicho sobre el matrimonio y sobre el celibato es esto: hagas lo que hagas te arrepentirás”. Frases ácidas e irónicas que sirven para abrir el análisis de la última película protagonizada por Jennifer Lopez, ‘Obsesión’, un thriller erótico dirigido por Rob Cohen que ya se ha encargado de grandes producciones como ‘Dragonheart’, la primera entrega de ‘Fast & Furious’ o la tercera película de ‘La Momia’.
Claire Peterson es una madre recién separada y profesora de literatura en un instituto que intenta reestructura su vida sola y con su hijo adolescente Kevin. Al lado de su casa se instala Noah, un joven veinteañero que se acaba de mudar con su tío abuelo al que cuida. El chico ayuda a Claire en labores de bricolaje y traba amistad con Kevin. Pronto, Noah intenta seducir a la profesora y ésta, en un momento de debilidad mental, cae en sus redes. Al darse cuenta del error, Claire intentará zanjar el asunto y ahí es cuando el joven Noah empieza a sacar su verdadero rostro, el de un ser obsesivo y peligroso. Claire deberá lidiar ante el acoso y las amenazas de su vecino de al lado.
Este tipo de tramas tuvieron su máximo auge en los 90 con producciones como ‘La mano que mece la cuna’, ‘De repente, un extraño’ o ‘Juegos salvajes’. Cintas en las que un vecino o un conocido psicópata acechaban al protagonista. Era la época post-‘Atracción fatal’, un filme que cuentan las leyendas consiguió bajar las tasas de infidelidad debido a su turbia trama. Y es que el film protagonizado por Glenn Close inició una época… que terminó hace unos 15 años.
Por eso, ‘Obsesión’ (traslación al castellano del título original ‘The Boy Next Door’, cuyo traducción literal sería ‘El chico de la puerta de al lado’) suena a película trasnochada, con caspa y anacrónica. Una propuesta que utiliza los tópicos del género de manera desordenada pero completamente predecible.
Pese a lo que la mayoría de los críticos y analistas de cine opinan, Jennifer Lopez es buena actriz. Es capaz de realizar comedia, romance, drama, suspense y acción, demuestra ser una intérprete versátil porque en cada uno de esos géneros ha conseguido sobresalir aunque no de manera excepcional. Quizás su gran problema es la falta de buenos títulos en su filmografía en pos de otros con dudosa reputación. No hay que engañarse, será admirada como actriz el día que haga algo serio de verdad, como ya le pasó en su momento a Sandra Bullock con ‘The Blind Side’, ‘Crash’ y, sobre todo, ‘Gravity’.
Lopez es casi lo único salvable de esta producción cercana a los telefilmes que exhiben en La 1 o Antena 3 durante las sobremesas. De hecho, la estructura en la que está diseñada, recuerda a ‘Un extraño en la intimidad’ o ‘Falso culpable’, dos telefilmes que acaban de emitirse por la cadena pública. La actriz latina consigue dar algo de credibilidad a su personaje, consigue transmitir ansiedad, frustración y desesperación pero poco más. Después están John Corbett y Kristin Chenoweth que apenas tienen tiempo para poder destacar en algo, convirtiéndose en meras comparsas de la diva hispana. El mensaje es horrorosamente ultraconservador.
Por lo demás, todo se puede considerar absurdo e insuficiente. Con un Ryan Guzman que pretende hacer de joven veinteañero psicópata que, casualmente, sabe recitar a Homero como también es un maestro de las artes marciales como buen mecánico. El morbo de ver a un jovencito con una mujer madura se pierde cuando dicha mujer se mantiene en estupenda forma y el jovencito está más cerca de la treintena. Un completo despropósito que, afortunadamente, se le ven tanto las costuras que no se le puede tomar en serio.