La pérdida de memoria en el cine ha sido uno de los temas recurrentes por el séptimo arte para poder dar rienda suelta a diferentes historias, ya sean de temática dramática, de thriller, de miedo e inclusive de comedia. En esta ocasión la amnesia forma parte de la vida de Christine y el mundo que girará a su alrededor en ‘No confíes en nadie’.
Se puede ver a una Nicole Kidman, que pese a no parecer tener 40 años sino unos pocos más, es capaz de transmitir la angustia personal que vive su personaje, la expresividad inexpresiva a la que suele estar acostumbrarse el público en esta ocasión juega a su favor, ya que da a una Kidman desesperada, perdida y con ganas de encontrar la verdad, una faceta perfecta para el personaje que representa, y sin duda, lo mejor del film.
Sus compañeros de reparto no se quedan atrás pero no pueden dar mucho más de sí. Colin Firth da lo mejor de él en esta pesadilla, y en ciertas escenas consigue mantener al espectador en tensión y mantener el suspense pero no consigue el clímax perfecto, son solo efectos, una pena desperdiciar la capacidad artística de Firth pero ha puesto todo su empeño. Mark Strong, interpretando al Dr. Nash, da ese contrapunto de la acción, el despiste al espectador, pese a ser un personaje prometedor se apaga según va transcurriendo la acción.
El gran problema que presenta el largometraje de Rowan Joffé es el estilo es muy parecido al telefilm o a una TV-Movie de Antena 3, un domingo a las 4 de la tarde. Es algo que ya ha sido contado, algo que parece repetitivo, un refrito del refrito, podría decirse que es la versión dramática e intento de thriller de ‘50 primeras citas‘.
Los personajes secundarios parecen puestos en el momento oportuno en la situación perfecta, demasiado premeditado, no transcurre con naturalidad, parece todo creado de manera que ocurra para dar esa sensación de agobio y tensión, pero es tan predecible en algunos momentos que pierde la gracia intentar sorprenderse.
El elemento de los vídeos como recordatorio me hace recordar a ‘Memento‘ y la búsqueda de poder acordarse de las cosas, o de la reciente ‘Siempre Alice‘, que a diferencia de este film, ha servido para que su actriz protagonista, Julianne Moore, se lleve el Oscar a la mejor actriz. Pese a que pueda parecer repetitivo, tiene coherencia en este sentido, ha sabido el guion resolver esta parte de la historia de manera correcta y con sentido. Además, se convierte en la excusa perfecta de en quién o no confiar, en qué es verdad y qué no, sirve para dar el conflicto principal pero por desgracia, no han sabido sacar el jugo completo de la fruta y se han quedado en la pulpa.
En una parte más técnica, los planos y la construcción del montaje no ha habido algo innovador, ha seguido un modelo clásico, intercalado con la fragmentación y distorsión de la realidad, algo común entre las películas de este estilo, por lo que no es algo nuevo. Podría haberse convertido en una distorsión visual, meter algún estilo de narración o de visualización pero no ha sido así, por lo que queda carente de elementos que destacar en la parte técnica.
El final es una de las pocas cosas que sí son salvables, muestra un final convencional, esperado por muchos pero que a la par es merecida para la trama, ya que de lo contrario, una de dos: podría dar pie a una secuela (y esto no es necesario) o acabaría con la coherencia que ha ido consiguiendo a lo largo de la historia, por lo que pese a que es un final que en mi opinión era de esperar, no es erróneo.
‘No confíes en nadie’ es una de las películas que pertenecerán al club de largometrajes que pasan sin pena ni gloria por las grandes pantallas, pese a que cuentan con grandes nombres como elenco principal como lo son los de Nicole Kidman y Colin Firth. Un thriller demasiado típico y con falta de entusiasmo por parte de la narración, han decidido tirar por lo seguro y no arriesgar, y por lo tanto han obtenido una película más, del montón. Sin duda, no confíes en que esta película sea buena.