Biopic sobre Richard Williams, un padre inasequible que ayudó a formar a dos de las deportistas más extraordinarias de todos los tiempos, dos atletas que acabarían marcando época en el deporte del tenis. Richard tenía una visión muy clara del futuro de sus hijas, y sirviéndose de métodos arriesgados y poco convencionales, elaboró un plan que llevaría a Venus y Serena Williams de las calles de Compton, California, al Olimpo del deporte, convirtiéndolas en iconos del tenis.
‘El método Williams’ —pedestre traducción con acento de escuela de negocios para un original ‘King Richard’ de hermosas resonancias shakesperianas— es una película impecable desde el punto de vista formal y perfectamente inofensiva desde el argumental, reflejo ilustrativo de los asépticos usos dictados por el algoritmo y la tendencia generalizada a molestarse por casi cualquier cosa.
Lo que debiera haberse erigido en una fiera denuncia del racismo estructural que, todavía hoy, carcome la sociedad estadounidense y del elitismo endogámico de un deporte a priori precioso como es el tenis se queda en mero entretenimiento para todos los públicos y apología de valores veterotestamentarios —familia, fe, humildad, etc.—, donde apenas si se deja traslucir una crítica —y bastante más benévola de lo que muchos merecen— a esa caterva de padres que van al partido del domingo de sus hijos no a animarlos ni a felicitarlos en la victoria y consolarlos en la derrota, sino a sublimar sus frustraciones adultas con malos modos y peor ejemplo.
Will Smith, a cuya mayor gloria está planteado el film —no en vano ha puesto él (parte de) los cuartos—, entrega un trabajo estupendo, eso resulta indiscutible. Todo lo sobreactuado que quieran —la sutileza no se cuenta entre sus principales virtudes interpretativas—, su personaje presenta los claroscuros que le faltan a la película.
La de mejor actor parece, de hecho, la única categoría con posibilidades reales de Oscar de las seis a las que ‘El método Williams’ ha sido nominada. Claro que, habida cuenta de la querencia de la Academia por las historias de superación con tintes raciales —por diluidos que éstos vengan—, tampoco me atrevería a descartar el galardón a la mejor película del año. Premios más raros se han visto; en el último Cannes, por ejemplo.
Tráiler de ‘El método Williams’.
¿Nos encanta?
Overall
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Originalidad
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Fotografía
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Montaje y edición
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Música
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Guion
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Interpretaciones
User Review
( votes)A destacar
- Lo mejor: Will Smith, sin lugar a duda. Su papel, de una complejidad de la que carece el resto de la cinta, sí merece el Oscar.
- Lo peor: su falta de valentía a la hora de atacar el racismo y el elitismo de, respectivamente, la sociedad americana y el mundo del tenis.