Cuando en 1974 el director checo-británico Karel Reisz y el guionista James Toback crearon ‘El jugador’ no imaginaron que una cinta muy propia de su época podría dar para un remake. De hecho, esta nueva versión iba a ser dirigida, en 2011, por Martin Scorsese y protagonizada por Leonardo DiCaprio. Sin embargo, el proyecto fue retomado en 2014 por Rupert Wyatt con Mark Wahlberg como el protagonista.
Jim Bennett es un profesor de Literatura en una universidad en Los Ángeles que tiene un severo problema de ludopatía. Por su adicción, debe más de 40.000 dólares a tres mafias diferentes. Pese a que su madre desea ayudarle, dándole la cantidad deudor, Bennett decide jugarlo todo para multiplicar beneficios. Pero su carácter huraño y autodestructivo provoca que vuelva a perderlo todo. Sólo una ayuda externa le hará salir de ese círculo vicioso en el que se ha metido.
Wyatt intenta mantener la esencia del complejo personaje creado por James Toback y que sirvió de precedente para esa obra maestra llamada ‘Melodía para un asesinato’ y que también supo homenajear Jacques Audiard en su excelente ‘De latir, mi corazón se ha parado’. Y es que la original propuesta de 1974 emulaba, en cierta manera, al cine noir europeo. Reisz pero, especialmente Toback, crearon una película con identidad y muy propia de la época. Sin embargo, esta revisión con 40 años de diferencia tiene ese problema: carece de una personalidad autoral.
El director ha sabido crearse una carrera prometedora. Su ópera prima, ‘The Escapist’ resultó una interesante perspectiva británica al ‘Ocean’s Eleven’de Steven Soderbergh, que no al de Lewis Milestone. Y supo darle originalidad al reinicio de la saga del Planeta de los Simios con su ‘El origen del planeta de los simios’. Sin embargo, quizás ha pecado de ambicioso el tomar el relevo a un proyecto rechazado por el maestro Scorsese.
‘El jugador’ inicia con un personaje odiable durante todo el metraje. No resulta un antihéroe, pues su forma de ver la vida no es coherente en sus últimos actos. Sin embargo, su excelente reparto ayuda a meterse en una atmósfera de thriller con pedigrí. Mark Wahlberg sabe meterse en su papel aunque su elección está algo cogida por pinzas. El intérprete transmite ese poco amor por la vida, ese desapego a la sociedad y cierto afán de autodestrucción pero cuesta verlo como profesor universitario amargado. Aunque su transformación física y sus momentos fuera de clase son los que ayudan a conectar. Mención aparte para Jessica Lange, Brie Larson, John Goodman y Michael K. Williams. Cada uno está más que correcto en su papel, Lange demuestra ser una especie de nueva Jane Fonda, una actriz que sabe envejecer con elegancia y admirable estoicismo; Larson acierta en mostrar un papel menor pero relevante en el cambio de rumbo del protagonista; Goodman y Williams están en su salsa con sus papeles de mafiosos carismáticos.
Con un elenco que da una notable labor y una cuidada estética, ‘El jugador’ resulta un film ambivalente en cuestión de su valoración. Los precedentes de Toback y Audiard ensombrecen una propuesta irregular que, si se hubiera realizado de otra manera, podría haber sido una ingeniosa reinterpretación de cine de suspense.